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Presentación De Libro
NASCA, LA PRIMERA BATALLA POR LA INDEPENDENCIA
A poco tiempo de la celebración del Bicentenario de la Independencia del Perú, el economista Wilfredo Gameros Castillo ha publicado el libro Nasca: La Primera Batalla; obra documentada que reivindica a Nasca como escenario del primer encuentro armado entre las tropas realistas y patriotas, lideradas por San Martín.
La publicación narra desde que las fuerzas patriotas desembarcaron, cinco semanas antes, en Paracas – Pisco, integrando la Expedición Libertadora del Generalísimo José de San Martín, hasta el triunfo en Nasca.
Entre las fuentes documentarias se encuentran, el parte de batalla del jefe patriota argentino, teniente coronel Manuel Rojas Argerich, donde registró que el 14 de octubre de 1820 derrotó en Nasca a las tropas realistas del coronel Manuel Quimper; el Boletín N°2 del Ejército Libertador, y la carta escrita por el general José de San Martín, en Pisco, que elogia el triunfo de Nasca.
Propuesta
El autor plantea derogar la Ley Nº 11634 del año 1951, la cual decretó que aquella acción armada fue en Changuillo, 40 kilómetros al norte de Nasca, a pesar de que el Centro de Estudios Histórico Militares y el Instituto Sanmartiniano, a requerimiento de la Cámara de Diputados, habían informado que ello había acaecido en Nasca.
Datos
La cita será el miércoles 19 de setiembre a las 6:30 p. m., en el Auditorio del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (Plaza Bolívar s/n, Pueblo Libre. Frente a la Municipalidad del distrito).
La obra será comentada por Aníbal Paredes Galván, Editor; Lucas Demaría, Secretario de la Embajada Argentina; Alcibíades Salazar Saenz, Presidente del Instituto Sanmartiniano; y Hermann Hamann Carrillo, Presidente del Centro de Estudios Histórico Militares.
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PRESENTAN CATÁLOGO DE DOCUMENTOS DE LA INDEPENDENCIA EN EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
El viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Rafael Varón Gabai, presentó el “Catálogo de Documentos de la Independencia del Perú (1820-1826)” en la sede del Archivo General de la Nación.
Este catálogo –elaborado en el marco del Proyecto ADAI, fondo financiero multilateral de fomento al desarrollo archivístico en Iberoamérica– es un compendio de más de cinco mil documentos, folios e imágenes que corresponden al periodo de la Emancipación, Independencia y los primeros años de la República.
También contiene archivos que grafican las negociaciones y la dimisión del virrey Pezuela con las fuerzas expedicionarias, noticias de la Batalla de Ayacucho, despachos del virrey La Serna y del general Canterac, entre otros documentos importantes en el proceso emancipatorio de nuestro país.
“Hacer un catálogo no es únicamente realizar un registro de documentos sino poner a disposición de los investigadores una guía que va a permitir usarlos de forma eficaz, conservarlos, brindarles mayor seguridad y posibilitar su difusión entre los investigadores pero también entre el público en general”, aseguró el viceministro durante la presentación.
A ésta también asistieron el director del Archivo General de la Nación, Pablo Maguiña Minaya, el representante de la embajada de España en el Perú, David Barreda, la ex directora del AGN, Miriam Salas, y el director nacional de Archivo Histórico, Eleodoro Balboa.
Una muestra de los documentos que forman parte de este catálogo se exhibe en la exposición documental “La independencia del Perú 1820-1826” que estará disponible hasta el 16 de septiembre en la sala de exposiciones de la Dirección del Archivo Colonial, para quienes visiten la sede ex Correo Central del Archivo General de la Nación (Jr. Camaná 125 c/ pasaje Piura, Lima).
FIESTA DE SANTIAGO EL MAYOR, PATRONO DE ESPAÑA.
Este25 de julio se celebra la fiesta del apóstol Santiago el Mayor, el “primo” de Jesús, patrono de España y venerado en el mundo hispano; pensemos en tantos lugares con su nombre: Hacienda Santiago Punchauca, Santiago de Chuco, Santiago de Surco, Santiago de Cuba, Santiago de Chile…. Les comparto diversas notas y en especial la catequesis de Benedicto XVI. ¡Feliz día!
I. ¿Quién es Santiago Matamoros? Manuel Fernández Espinosa Publicado en ARBIL: Arbil, nº81 Mi espada por Santiago
A pesar del apellido, tan políticamente incorrecto, se trata del mismo Apóstol Santiago bajo la faz y hechuras guerreadoras. Él es Santiago el Mayor, el de los Evangelios, hijo de Zebedeo y Salomé y hermano del joven Juan, el apóstol amado del Señor. Jesucristo llamó a ambos hermanos los "Boanerges" -los Hijos del Trueno-, por el celo que mostraron por la honra del Señor cuando pidieron que cayera fuego del cielo sobre una aldea que había impedido el paso a Jesús y a sus acompañantes. La madre de ambos siempre estaba alrededor de Cristo, pidiéndole que reservara a sus hijos elevados puestos de gloria en el Reino que estaba por venir. Jesucristo les preguntó si serían capaces de beber el cáliz y ellos contestaron: "possumus!" -¡podemos!. La tradición sitúa a Santiago en la antigua Hispania, propagando el Evangelio. A las orillas del Ebro, en Cesaraugusta -Zaragoza-, se le apareció la Virgen María (que todavía vivía en este mundo sin haber sido asunta al cielo). Nuestra Señora le previno de los peligros que se cernían sobre el grupo de cristianos que él formaba, animándolo a seguir con su labor apostólica. Santiago siguió predicando hasta que decidió regresar a Jerusalén, donde fue martirizado. Según la venerable leyenda su cadáver fue trasladado por sus discípulos y depositado en Compostela -el campo de la estrella-, donde Europa lo continua venerando.
Ejecutoria del Celestial Caballero Santiago Matamoros. La tradición del Matamoros se remonta al reinado de Ramiro I (muerto en 850) que sucedió en el trono de Asturias y León a su tío Alfonso el Casto (muerto en 842). Al fallecer su tío, los moros reclamaron el tributo de las cien doncellas (cincuenta hidalgas y cincuenta plebeyas) que tenían impuesto a los cristianos. Ramiro I que estaba en Bardulia (antiguo nombre de Castilla la Vieja) no quiso entregarles las cien doncellas y se encontró frente a frente con la morisma en Clavijo donde en la víspera de la batalla, según la tradición, se le aparece en sueños el Apóstol Santiago. Santiago le comunica que ha sido designado por Dios como Patrón de las Españas. Santiago anima a Ramiro al combate y le pide que lo invoque. Los cristianos dan batalla al grito de "¡Dios ayuda a Santiago!", y los moros son vencidos. Aquella gloriosa jornada de las armas cristianas será la fundación de la Orden de Santiago.
En la batalla de Hacinas entre el Conde Fernán González (muerto en 970) y el caudillo moro Almanzor aparece otra vez Santiago, que le dice al conde de Castilla: "¡Ferrando de Castiella, hoy te crece gran bando!". Las huestes de Fernán González vencen a los moros al grito de "¡Santiago y cierra!" (es la primera vez que se registra el que luego será grito famoso entre los cristianos peninsulares cuando entran en batalla; este grito de guerra viene a significar: Santiago y choquemos contra ellos). Entre la leyenda y la historia, muchas serán las apariciones de Santiago en la historia bélica de España.
II. El apóstol Santiago y el mundo hispanoamericano por Zacarías de Vizcarra. http://www.arbil.org/(86)text.htm
Principales fragmentos del estudio publicado en Buenos Aires por Don Zacarías de Vizcarra, honra de nuestro sacerdocio, para animar, durante las presentes tribulaciones, a los católicos españoles, con la visión de las pasadas misiones y de los destinos futuros de España y de la Hispanidad
Las angustias presentes nos obligan a levantar nuestros ojos y nuestros corazones hacia la gran figura de Santiago el Mayor, Padre, Fundador y Patrono celestial de la Iglesia Española, en busca de aliento, consuelo, protección y esperanzas.
Nuestro Apóstol, en el breve espacio de los nueve años que transcurrieron entre la muerte de Jesucristo (año 33) y su martirio en Jerusalén (año 42), supo hacer honor al sobrenombre que le había puesto su Divino Maestro, cuando le denominó «Hijo del Trueno».
Caballero andante de Cristo, se alejó de la Palestina y de las regiones colindantes, mucho antes que ningún otro Apóstol, y, en una correría evangélica tan rápida como arrolladora, llegó hasta el confín del mundo entonces conocido, recorrió a lo largo y a lo ancho la Península Ibérica, y fundó en ella la Iglesia Española, que había de ser a su vez, con el tiempo, Madre fecunda de otras veinte Iglesias, en mundos desconocidos de América y Oceanía.
Terminada esta gran obra, retornó a la Palestina, cuando aún no se habían alejado de ella los demás Apóstoles, y comenzó a predicar públicamente, en Jerusalén, la doctrina de su Maestro, con tal brío y elocuencia, que mereció ser sacrificado por Herodes Agripa, como se narra en el sagrado libro de los Hechos de los Apóstoles (XII, 2), por haberse concentrado en su persona el odio de los judíos contra los discípulos de Cristo.
Fue el primer Apóstol que selló con su sangre el Evangelio, entregando su cuello a la espada. Es también el que ha dado a la Iglesia Romana mayor número de hijos espirituales, en las veinte naciones por las que se extendió y consolidó la Iglesia española, fundada por él.
La paternidad espiritual de Santiago nos impone deberes que fácilmente descuidamos y olvidamos, tanto en España como en América, porque: 1.º, cada Iglesia debe amar y venerar especialmente al Apóstol que la fundó, reconociendo en él a su Padre en Cristo; 2.º, los fieles de cada Iglesia deben imitar especialmente el carácter y virtudes de su propio Apóstol.
La razón de este segundo deber está en que Jesucristo, con la sabiduría infinita de que estaba dotado, preveía las necesidades especiales de cada uno de los pueblos adonde se había de dirigir cada uno de sus Apóstoles, y destinó para ellos al Padre espiritual que más les convenía, sobre todo tratándose de pueblos como el español, que tenían reservadas altas misiones en su Providencia.
Desde hace poco más de un siglo, las Iglesias de América han constituido Provincias desligadas de su antigua Metrópoli; pero, en los tres primeros siglos de su nacimiento, constitución y crecimiento, han sido mero desarrollo extensivo y parte integrante de la Iglesia española, que es la Iglesia de Santiago.
Por consiguiente, su Padre en la fe, lo mismo que el de las restantes diócesis españolas, es Santiago el Mayor, y siguen siendo moralmente una parte integrante de la gran Iglesia Jacobea, extendida por todo el hemisferio occidental.
Santiago, uno de los tres Apóstoles predilectos de Cristo
Consta por los Santos Evangelios que Jesucristo distinguió con un amor especial a tres de sus Apóstoles: a Simón Pedro, a Santiago el Mayor y a su hermano Juan Evangelista. Sólo a estos tres distinguió Jesucristo con sobrenombres nuevos, impuestos por El. A Simón le llamó Pedro (es decir, «Cefas», que significa «Piedra» , porque había de ser el Jefe Supremo y «Piedra fundamental» de su Iglesia futura. A Santiago y a Juan los llamó «Boanerges», que quiere decir «Hijos del trueno».
Sólo a estos tres Apóstoles separó de los demás, en las ocasiones más solemnes, para darles muestra de su especial aprecio. Ellos sólo fueron elegidos para verle transfigurado en el Tabor; ellos solos presenciaron la resurrección de la hija de Jairo, porque Jesucristo, como dice San Marcos «no permitió que le siguiese ninguno, fuera de Pedro y Santiago y Juan el hermano de Santiago» (V, 37); ellos solos fueron testigos de su agonía en el Huerto de las Olivas.
¿Qué representaban estos tres Apóstoles? San Pedro representaba la cabeza del futuro cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia; Santiago y San Juan Evangelista representaban el brazo derecho y el brazo izquierdo de Jesucristo y de su representante San Pedro.
La Iglesia Romana es indiscutiblemente el centro de la Iglesia de Cristo. A los dos lados de la Iglesia Romana se levantan la Iglesia Occidental fundada por Santiago, y la Iglesia Oriental que reconoce como su principal Apóstol a su hermano San Juan, el más joven de todos los Apóstoles.
La Iglesia Oriental tuvo una brillantísima juventud; pero luego decayó lamentablemente, con tenaces herejías y con el funestísimo Cisma Oriental, que todavía dura. La Iglesia del joven San Juan, después de su juventud, fue más bien carga que apoyo para Pedro, y el mismo San Juan abandonó su sepultura del Oriente Cismático y se refugió en Roma, junto al sepulcro de Pedro. La Iglesia de Juan es desde hace siglos la izquierda de Pedro. Hasta en el mapa mundi físico, la Iglesia Oriental queda a la izquierda de Roma. Porque la orientación normal es la del Sol. Y mirando a éste desde Roma, en su curso medio, la Iglesia Oriental queda a la izquierda de la Iglesia Romana.
En cambio, la Iglesia de Santiago, aun físicamente considerada, queda a la derecha de la Iglesia Romana, tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. Y mucho más si consideramos la derecha en su sentido moral. La Iglesia de Santiago es la que ha dado mayor número de fieles y de naciones enteras a la Iglesia Romana. Es la que ha mantenido siempre, en conjunto, mejores relaciones y más leal adhesión a la Cátedra de Pedro. Es la que ha defendido a la Iglesia Católica más denodadamente, en las grandes crisis de la historia. Es la primera nación que reconoció prácticamente, desde el año 254, la suprema potestad judicial del Romano Pontífice, apelando a ella contra la sentencia pronunciada por un concilio nacional de la misma Península. (Marx, Historia de la Iglesia, pág. 99.)
Vemos, pues, que se cumplió literalmente lo que había pedido para los dos primos de Jesucristo su madre Santa María Salomé, cuando ésta, postrada a los pies del divino Maestro, le dijo: «Manda que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» (Evangelio de San Mateo, XX, 20.)
Derrota del Arrianismo.– El arrianismo fue la primera herejía que desgarró a la Iglesia, después de su libertad, en el siglo IV, y también la más peligrosa de todas las que ha sufrido la Iglesia, hasta la rebelión protestante. Negaba solapadamente la divinidad de Cristo, y arrastró hacia el error a gran número de Obispos e Iglesias particulares, hasta llegar a dar la impresión de que todo el orbe se estaba convirtiendo en arriano.
El brazo fuerte que tuvo a raya esta gran rebelión contra la Iglesia, fue el de Osio el Grande, secundado por el infatigable doctor alejandrino San Atanasio.
Osio aconsejó la convocación del primer Concilio Universal de la Iglesia; Osio lo organizó en Nicea, con la ayuda de Constantino, enviando carros y viáticos a todos los Obispos del mundo, para trasladarse a aquella primera augusta asamblea; Osio la presidió en nombre del Romano Pontífice; Osio dictó solemnemente al secretario del Concilio el Símbolo de la Fe Ortodoxa, que fue aclamado y suscrito por la augusta asamblea y sigue rezándose y cantándose por toda la Iglesia, en las misas de los domingos y días solemnes, para proclamar a Jesucristo: «Dios verdadero procedente de Dios verdadero, engendrado y no hecho, consubstancial con el Padre, &c.» .
De tal manera se convirtió Osio en campeón de la fe católica, que llegó a ser presidente obligado de los concilios subsiguientes, como el de Milán y el de Sárdica, recibió el título de «Príncipe de los Concilios», y mereció que los arrianos, después de haber arrastrado a su bando al sucesor de Constantino, escribieran así al emperador arriano: «Todo es inútil mientras Osio de Córdoba esté en pie... Basta la autoridad de su palabra para arrastrar a todo el mundo contra nosotros. El símbolo de Nicea es obra suya, y somos herejes porque él lo pregona.»
Fue tal el odio de los arrianos contra Osio, que la tempestad de calumnias y libelos desatada contra él, en vida y después de muerto, llegó a impedir que fuera venerado en los altares por las Iglesias del Occidente, aunque recibe culto en las del Oriente, donde vindicó su memoria San Atanasio el Grande.
Notemos finalmente que el triunfo decisivo contra el arrianismo tuvo también lugar en España, el año 589, cuando el Rey visigodo Recaredo, con todo el ejército y pueblo germánico arriano que había invadido a España, abjuró sus errores en el famoso Concilio III de Toledo, y abrazó la fe católica de los españoles.
Derrota del Mahometismo
Nadie ignora que España fue el muro en que se estrelló la expansión arrolladora del imperio mahometano, que, desde el Africa, había invadido a Europa, a través del estrecho de Gibraltar.
Siete siglos y medio luchó España sin tregua contra los feroces muslimes, cuya religión prometía el paraíso a todos los que muriesen guerreando con la espada contra los que no abrazasen la doctrina del Corán.
Esta lucha titánica se terminó el mismo año 1492, en que las naves españolas descubrieron un nuevo mundo infiel, que había de ser convertido a la fe de Cristo.
Tampoco es preciso recordar que el predominio creciente del imperio turco mahometano, en el Oriente de Europa, tuvo su tumba en las aguas de Lepanto, bajo el mando del príncipe español don Juan de Austria y por el valor de los marinos españoles, acompañados solamente por los soldados pontificios y venecianos.
Victoria del Universalismo Católico.– Dos tumbas, en los dos puntos extremos del mundo cristiano, fueron, como dice Guéranger { L'anné liturgique, XXV juillet.}, en la Edad Media, los dos polos predestinados por Dios para un movimiento absolutamente incomparable en la historia de las naciones.
La tumba de Jesucristo en Jerusalén, y la tumba del Hijo del Trueno en Compostela fueron las que arrastraron hacia sí el corazón de la Europa medioeval, enviando a la primera ejércitos de guerreros y peregrinos, y a la otra ejércitos mucho mayores de solos peregrinos, en que iban confundidos en un solo ideal hombres de todas las razas y naciones, cantando en todas las lenguas las alabanzas de Jesucristo y de Santiago.
Estas dos peregrinaciones dieron origen a las Ordenes caballerescas, destinadas primitivamente a proteger a los peregrinos.
Cuentan los viejos cronistas de Carlomagno, que el emperador de la barba florida, en el atardecer de un día de recia labor guerrera, en los bordes del mar de Frisia, se quedó contemplando, en el cielo claro, la Vía Láctea, cuajada de innumerables estrellas; y, recordando con nostalgia, en aquellas lejanas riberas, a los peregrinos de Santiago, dijo a sus guerreros que aquella faja brillante que atravesaba el cielo azul de oriente a occidente, era la línea que señalaba a los peregrinos de todo el mundo la dirección que habían de seguir para encontrar la Casa del Señor Santiago.
La tumba de Compostela fue cátedra sagrada de toda Europa.
Derrota de la Idolatría en el Nuevo Mundo.– El vasto hemisferio de América y Oceanía, esclavo de la idolatría, de la antropofagia y de la corrupción moral más degradante, fue puesto por la Providencia en manos de España, para que desterrase de él la idolatría y la barbarie.
España cumplió con su misión de una manera tan rápida y asombrosa que, cincuenta años después del descubrimiento, apenas había sin bautizar más indios que los dispersos en los lugares más inaccesibles. Se cubrió toda América de parroquias, conventos, residencias misioneras, obispados, y arzobispados. Las listas de embarque de pasajeros para América, conservadas en el Archivo de Indias, demuestran que el diez por ciento de todos los que se embarcaban eran misioneros y sacerdotes. En 1649, había en América 840 conventos. Sólo en Méjico, llegaron a contarse, en el momento de la mayor actividad misionera, hasta 15.000 sacerdotes.
En presencia de estos datos, no es de extrañar lo que afirmaba un sacerdote francés especializado en cuestiones misioneras, el cual decía que España, durante solo el siglo XVI, había dado a la Iglesia mayor número de misioneros de infieles que todo el resto del mundo en todos los siglos de existencia del Cristianismo.
Así logró España la victoria más grande que se ha conseguido sobre la idolatría, y agregó a la Iglesia Romana diez y ocho naciones soberanas, engendradas por ella con indecibles trabajos y heroísmo que hacen exclamar al protestante norteamericano Charles Lummis: «Ninguna otro nación madre dio jamás a luz cien Stanleys y cuatro Julios Césares en un siglo; pero eso es una parte de lo que hizo España para el Nuevo Mundo.» (Los exploradores españoles, pág. 51. Ed. Araluce, Barcelona.)
Derrota del protestantismo
Nunca perdonarán los protestantes a España el celo con que se opuso a la difusión del Protestantismo, durante los reinados de Carlos V y Felipe II. La única fuerza humana que impidió el triunfo completo de los protestantes en toda Europa, ante los esfuerzos combinados de los luteranos de Alemania y Holanda, de los anglicanos y puritanos de Inglaterra, de los hugonotes de Francia, de los valdenses de Italia, &c., &c., fue la tenacidad con que España hizo frente simultáneamente a casi toda Europa, en los más distantes campos de batalla, desde Flandes hasta Sicilia, y desde Varsovia hasta París, que fue ocupada por las tropas españolas, hasta que Enrique IV abjuró el protestantismo en Saint Denis. Hubo momentos en que los únicos grandes Estados oficialmente católicos del mundo fueron España, Portugal y Roma, es decir, San Pedro y Santiago.
Las regiones de Europa en que sobrevivió el catolicismo, después de la rebelión protestante, deben eterna gratitud a España, que se sacrificó, desangró y empobreció, por su tesón en conservar este tesoro para sí y para todas las demás naciones del continente,
Tenían, pues, razón los Pontífices que, en documentos solemnes, llamaban entonces a España y a sus católicos monarcas «Brazo derecho de la Cristiandad».
España no hacía más que cumplir la misión de su Apóstol Santiago, brazo derecho de Jesucristo y de su Vicario en la tierra. El envió al caballero Iñigo de Loyola, para fundar la guardia de corps del Pontífice Romano y luchar sin tregua contra el protestantismo. El envió a Teresa de Jesús, a Juan de la Cruz y a la pléyade de santos y sabios españoles que apuntalaron a la Iglesia en aquella terrible crisis.
Misiones que están reservadas a España para los tiempos venideros. Nuevos días de gloria para los hijos de Santiago. Sin pecar de crédulos, podemos prestar piadoso asentimiento a lo que anunció Santa Brígida, en el siglo XIV, sobre las futuras misiones de España, tanto porque se cumplió ya la primera parte de aquellas predicciones, desde siglo y medio después que fueron escritas, como porque la Iglesia, en el Breviario, las mira con extraordinario respeto, al asegurar que «le fueron revelados por Dios muchos arcanos». (Breviario Romano, 8 de octubre.)
La santa princesa sueca escribió en la primera mitad del siglo XIV sus famosas revelaciones, entre las cuales hay una, en que anuncia los sucesos principales que han de ocurrir antes de la venida del Anticristo y del fin del mundo. Comienza por anunciar que se convertirán al cristianismo algunas naciones desconocidas, lo cual se verificó siglo y medio más tarde con el descubrimiento y conversión del nuevo mundo:
«...Antes que venga el Anticristo –dice– se abrirán las puertas de la fe a algunas naciones, en las cuales se cumplirán las palabras de la Escritura: 'Un pueblo que no sabe me glorificará, y los desiertos serán edificados para mí.'»
La época que ha de seguir a la del descubrimiento del Nuevo Mundo, la describe de este modo:«Después serán muchos los cristianos amadores de herejías y los inicuos perseguidores del clero, y los enemigos de la justicia.»
Tenemos aquí tres rasgos que retratan la historia religiosa del mundo, desde el descubrimiento de América hasta hoy: l.º, la aparición de numerosas herejías entre los cristianos; lo cual se verificó veinticinco años después del descubrimiento de América, cuando en 1517 se rebeló contra el Papa el monje alemán Fray Martín Lutero, y, tras él, fueron apareciendo innumerables sectas de calvinistas, zuinglianos, anabaptistas, anglicanos, puritanos, socinianos, &c.; 2.º, el anticlericalismo, que sobre todo desde el siglo XVIII prevaleció en los gobiernos de las naciones católicas, multiplicándose en ellas las expulsiones de religiosos, desamortizaciones, despojos y atropellos de todas clases, llevados a cabo por los inicuos perseguidores del clero, y principalmente por los masones; 3.º, la lucha de clases, exacerbada por los enemigos de la justicia social, abusando los unos de su capital y los otros de su trabajo y su número. Este tercer período lo estamos recorriendo actualmente en casi todas las naciones del mundo, aunque en ninguna de ellas reviste un carácter más injusto y trágico que en Rusia, donde clases enteras de la sociedad han sido esclavizadas y despojadas de sus derechos más elementales.
A continuación describe la Santa lo que sucederá después de la época de la injusticia, y dice:
«Finalmente, vendrá el más criminal de los hombres, el cual, unido con los judíos, combatirá contra todo el mundo, y hará todo esfuerzo para borrar el nombre de los cristianos. Muchísimos serán muertos.»
Una pequeña muestra de lo que ha de ser esta persecución la tenemos en lo que están haciendo los judíos en Rusia, con su guerra nunca vista contra el cristianismo y sus ocho millones de socios activos para la propaganda del ateísmo, primera etapa destructiva, según sus dirigentes, para construir en la segunda etapa, sobre las ruinas de todas las religiones, el monopolio del judaísmo.
Pero, en esta terrible crisis, aparecerá, como en las demás grandes crisis de la Iglesia, el brazo de Santiago y de su pueblo, para defender a la Cristiandad, según lo dice a continuación la Vidente sueca:
«Tendrá fin aquella funestísima guerra, cuando sea proclamado Emperador un hombre engendrado de la estirpe de España. Este vencerá maravillosamente, con el signo de la Cruz, y será el que ha de destruir la secta de Mahoma y restituirá el templo de Santa Sofía.» (Véanse las palabras de Santa Brígida, en la obra L'odierna guerra, de Ciuffa, págs. 181 y 184, ed. Roma. Tipografía Pontificia, nell'Istituto Pío IX, 1916.)
Según esta predicción, abonada por el cumplimiento de lo sucedido hasta hoy, y por la respetable autoridad de su origen, tenemos que España y su estirpe, es decir, toda la Hispanidad, debe cumplir todavía dos brillantes misiones en la Cristiandad, para salvar a la Humanidad en su más terrible crisis:
1.º Debe derrotar al Anticristo y a toda su corte de judíos, con el signo de la Cruz.
(Bien podría ser la Cruz Roja flordelisada de Santiago, que ha sido suprimida por la actual República Española, juntamente con la Orden Militar que la ostentaba, cargada de glorias y recuerdos, y que nosotros, en desagravio, hemos colocado al frente de esté opúsculo, asociada con la Cruz Blanca de Covadonga, llamada también de la Victoria y de la Reconquista, porque lo que ahora esperamos de Santiago es especialmente «reconquista» y «victoria» contra los opresores de la Iglesia Española.)
2.º Debe España completar la obra iniciada en Covadonga, Las Navas, Granada y Lepanto, destruyendo completamente la secta de Mahoma y restituyendo al culto católico la catedral de Santa Sofía, en Constantinopla.
¡Qué hermoso ideal para enardecer el entusiasmo de las juventudes españolas e hispánicas, fraternalmente unidas bajo el signo de Santiago!
Confirmación de las grandiosas misiones futuras de España y de la Hispanidad
Coincide con lo que predijo en el siglo XIV la Vidente de Suecia, lo que escribió en su libro de Memorias, el año 1606 otro vidente y taumaturgo, residente entonces en Mallorca, San Alonso Rodríguez.
Escribe este gran Santo, en el lugar citado, que uno de los días de aquel año caminaba muy triste por las costas de Mallorca, pensando en las dolorosas noticias que había recibido de Africa, sobre los sufrimientos de unos religiosos que habían sido cautivados por los moros, y de repente «sin darse cato de tal cosa –dice, según su costumbre, en tercera persona– vio a deshora una gran armada en los mares de Mallorca. Iba Jesús en la vanguardia, María en la retaguardia, muchos Angeles entre los soldados. La mandaba el Rey en su propia persona, con una gran ejército que había de conquistar toda la Morisma, y sujetarla, y ella se convertiría con gran facilidad a la fe de Cristo Nuestro Señor.»
Y añade: «La victoria será tan grande cual, por ventura, rey cristiano haya tenido jamás, y resultará gran gloria de Dios y bien de las almas.» (Memorias de San Alonso Rodríguez, año 1606.)
Si queremos apresurar la hora del triunfo de España y de la Hispanidad, imitemos las virtudes de Santiago
Todos los Apóstoles murieron de muerte violenta, excepto San Juan. Pero el primero que regó con su sangre el Evangelio que predicaba, y el único cuyo martirio se narra en la Sagrada Escritura, fue el Apóstol Santiago.
Consta también, por la misma Sagrada Escritura, el género de muerte que le dieron: le degollaron «con espada».
Es la muerte más apropiada para un carácter tan caballeresco como el de Santiago.
En recuerdo de esta muerte, la Cruz de Santiago termina en una espada.
Y no sólo por esto, sino también porque, en varias batallas contra los invasores infieles, apareció Santiago confortando a los guerreros cristianos y hasta peleando a su lado, con su caballo y su espada.
Así lo dice el himno del Breviario Romano, en el oficio propio de España: «Cuando por todas partes nos apretaban las guerras, fuiste visto Tú, en medio de la batalla, abatiendo brioso a los desaforados moros, con tu corcel y con tu espada.» (Oficio del 25 de julio.)
Santiago fue el patrón y modelo de los esforzados caballeros de la Cruz, en los heroicos siglos de la Edad Media. El rey caballero San Luis, al morir lejos de Francia, en su tienda de campaña, bajo los muros enemigos de Túnez, en la octava Cruzada, balbuceaba agonizante la oración de la misa de Santiago: «Sed, Señor, para vuestro pueblo, santificador y custodio; a fin de que fortificado con el auxilio de vuestro Apóstol Santiago, os agrade con su conducta y os sirva con tranquilo corazón.»(Guéranger, L'année, liturgique, XXV, juillet.)
Y en efecto, los rasgos morales del carácter de Santiago son los de un caballero andante de Cristo. Por eso la Cruz de Santiago, además de la espada en que termina, tiene tres flores de lis, que son los símbolos heráldicos del honor sin mancha que profesaban los caballeros.
Y hasta, si creemos a Alfonso el Sabio, en su Primera Crónica General, el mismo Santiago se mostró defensor de su título de caballero de Cristo.
Cuenta el Rey Sabio que, en el siglo XI, reinando Fernando el Magno, fue en peregrinación a Santiago de Compostela el Obispo griego Estiano, y que, al oír que Santiago «parescíe como cavallero en las lides a los cristianos», les dijo con enojo y porfía: «Amigos, non le llamedes cavallero, mas pescador».
Pero el Santo se encargó de desengañarle; porque aquella misma noche se le apareció Santiago «a guisa de cavallero muy bien garnido de todas armas claras et fermosas» y le dijo: «Estiano, tú tienes por escarnio, porque los romeros me llaman cavallero, et dizes que non lo so; ...nunqua iamás dubdes que yo non so cavallero de Cristo et ayudador de los cristianos contra los moros».
En confirmación de ello, le dijo que al día siguiente a las nueve de la mañana, entregaría la ciudad de Coimbra al rey Fernando, que la tenía cercada hacía mucho tiempo. A la mañana siguiente comunicó el Obispo al pueblo, en la Catedral, que Santiago le había anunciado para aquel día la toma de Coimbra; y, en efecto, días más tarde llegó a la ciudad del Apóstol la noticia de la victoria, que tuvo lugar el mismo día y hora que había anunciado el Obispo. (Primera Crónica General, cap. 807.)
Santiago, ferviente devoto de la Virgen María
Los dos hijos del Zebedeo y de María Salomé se distinguieron por su amor a su augusta tía la Virgen Santísima, que había sido encomendada por Jesucristo, desde la Cruz, a los cuidados filiales del hermano menor de Santiago, en cuya casa tuvo desde entonces su residencia la Madre de Dios.
Antes de que partiera Santiago para su audaz y remota expedición a España, refiere la tradición que se despidió de la Santísima Virgen (si es que no fue ella la inspiradora del viaje), y le prometió visitarle en aquella ciudad de España en que iluminase a mayor número de fieles con la luz del Evangelio.
En efecto, la Santísima Virgen vino un día maravillosamente en carne mortal a Zaragoza, visitó al Apóstol, le entregó una columna de mármol, que simbolizaba la firmeza de la fe sembrada por él en la Península Ibérica, le pidió que levantará allí una capilla donde ella fuese invocada (la primera que se erigió en el mundo, en honor de la que había dicho de sí misma en el «Magnificat»: Me llamarán bienaventurada todas las generaciones), y le avisó que volviera después a Jerusalén, donde había de tener término su misión.
La Iglesia de España, fundada por el caballeresco sobrino de María Santísima, y honrada por ella, antes de su muerte, con su visita corporal y con el regalo de su Pilar, no podía menos de ser devotísima de la celestial Señora, como en efecto lo ha sido, a través de todos los siglos.
Santiago, amigo fidelísimo de San Pedro
Santiago fue llamado por Jesucristo al Apostolado el mismo día y en el mismo sitio que San Pedro.
Jesucristo quiso anudar una amistad especialísima entre San Pedro y Santiago, separándolos de los demás Apóstoles, y llevándolos en su más íntima compañía, junto con San Juan, en las ocasiones más solemnes.
Santiago correspondió a esta amistad recibiendo en su cabeza la cuchillada que iba dirigida al jefe de la Iglesia cristiana, en la intención de Herodes y de los judíos.
San Pedro correspondió a la amistad de Santiago, ordenando de Obispos a los Siete Varones Apostólicos, discípulos de Santiago, y enviándolos a fundar otras tantas Sedes en el Sur de España, donde Santiago no había dejado Obispos.
La Iglesia española, a semejanza de su fundador, ha sido siempre muy adicta a la autoridad del Romano Pontífice, y seguirá siéndolo, por merecer el honor de desempeñar en los momentos críticos el oficio jacobeo de brazo derecho de San Pedro.
Santiago sabe cambiar su armamento según las necesidades de la época
Nota muy bien Dom Guéranger, en el lugar antes citado, que Santiago, después de su temprana muerte, continuó su Apostolado en el mundo, por medio de la Iglesia española, y que, en cada época, adoptó las armas y los medios que reclamaban las circunstancias.
Hubo una época en que no se podía defender a la Iglesia eficazmente con predicaciones, ni libros, ni discusiones; porque los mahometanos, por mandato de su ley, rechazaban toda discusión. Y entonces Santiago apoyaba a los guerreros de la Cruz, apareciendo entre ellos, como un rayo, tremolando con una mano su estandarte blanco adornado con la Cruz Roja, y blandiendo con la otra su espada reluciente.
Pero, «cuando los Reyes Católicos arrojaron al otro lado de los mares a la turba infiel que nunca debió pasarlos –añade Guéranguer– el valiente jefe de los ejércitos de España, se despojó de su brillante armadura, y el terror de los moros se convirtió en mensajero de la fe.
»Subiendo a su barca de pescador de hombres y rodeándose de las flotas de Cristóbal Colón, de Vasco de Gama o de Albuquerque, los guiará por mares desconocidos, en busca de playas a donde hasta entonces no había sido llevado el nombre del Señor.
»Para traer su contribución a los trabajos de los Doce, Santiago acarreará del Occidente, del Oriente, del Mediodía, mundos nuevos que renovarán el estupor de Pedro, a la vista de tales presas.»
Y aquél, cuyo apostolado, en tiempo del tercer Herodes, pudo creerse tronchado en flor, antes de haber dado sus frutos, podrá repetir aquellas palabras (de San Pablo): «No me creo inferior a los más grandes Apóstoles; porque por la gracia de Dios, he trabajado más que todos ellos.» (L'année liturgique, XXV juillet, págs. 226, 227).
Las armas actuales de Santiago y de sus caballeros
Hoy día, los hijos de Santiago, esparcidos por Europa, América, Oceanía y algunos también por las colonias españolas y portuguesas de Africa y Asia, deben imitar a su Apóstol, con las armas que les impone la imperiosa necesidad del momento crítico en que nos encontramos.
Las armas jacobeas de hoy son cuatro: enseñanza catequística; prensa, sobre todo diaria y periódica; cátedra, sobre todo la oficial; y organización obrera.
Los modernos «caballeros de Santiago», deben adiestrarse y ejercitarse en el manejo de estas armas, sin descuidar, por supuesto, los demás medios de santificación y defensa que son eternos, y no necesitan cambios, sino reparaciones.
Súplica de Dom Guéranguer por España
El sabio escritor francés a quien acabamos de citar, conocía y penetraba, mejor que muchos españoles, el sentido de la Historia de España y su misión providencial en el mundo.
España ha sido destinada por Dios para proseguir la misión del Hijo del Trueno, proclamando y defendiendo, en gran estilo, como lo hizo en Nicea, en Toledo y en Trento, las verdades católicas fundamentales; y su mayor desgracia sería la de inutilizarse para esa misión, por el debilitamiento, o como dice gráficamente el mismo escritor, por el achicamiento de esas grandes verdades en su espíritu público.
Por eso dirige él a Santiago esta súplica, que gustosos reproducimos y repetimos:
«¡Oh Patrón de las Españas! No os olvidéis del ilustre pueblo que os debe a Vos su nobleza espiritual y su prosperidad temporal. Protegedle contra el achicamiento de las verdades que hicieron de él, en sus días de gloria, la sal de la tierra. Haced que piense en la terrible sentencia de Jesucristo, en que se advierte que 'si la sal se vuelve insípida, no vale va para nada sino para ser arrojada y pisada por las gentes'.» (San Mateo, V, 13.)
¡No! ¡El espíritu de España no ha de tolerar mucho tiempo este achicamiento!
¡El espíritu de España se erguirá caballeresco y altivo contra el masonismo, laicismo y judaísmo que lo pisotea!
¡El espíritu de España defenderá el tesoro de Santiago contra los moros modernos que han invadido su herencia sagrada!
Porque Santiago y España tienen que cumplir todavía dos misiones a cual más gloriosas:
Santiago y España tienen que defender un día a la Iglesia de San Pedro, combatiendo y derrotando al Anticristo y a su corte de judíos;
Santiago y España tienen que cantar un día el Credo de Nicea en la mezquita de Santa Sofía, después de haber rasgado en su pórtico, entre los aplausos de la Morisma bautizada, los falsos mandamientos de Mahoma.
Así sea. •• Zacarías de Vizcarra
III. Santiago mata-indios. La creencia en Santiago como portador de rayo y trueno terminó por asentarse en el folklore latinoamericano. En algunas regiones andinas, señala Emilio Choy en el estudio de los documentos de Castro Pozo, “creen que el rayo es arrojado por Santiago en su lucha con el demonio”. Guamán Poma de Ayala lo llama "Santiago mata-indios", acorde al prestigio de "mata-moros" que tenía al llegar a América. Hasta rinden tributo a estatuillas donde aparece arrollando a un indio con su poderoso corcel. Más detalles en el artículo "Santiago Mataindios". Entre los meses de julio y agosto se celebran las fiestas de la Herranza o marcación del ganado - también conocidas como Santiago - para agradecer a la tierra y los apus tutelares y pedir al santo que como dueño de la lluvia fecunde los pastos y haga reproducir el ganado. Es un santo amigo de profundo arraigo, especialmente entre los campesinos de diferentes regiones.
Santiago está vinculado a Illapa, dios milenario de origen pre-inca, muy temido en el mundo andino y asociado al rayo, el trueno y las tempestades, que trae la lluvia que beneficia los campos y da la vida, pero también envía las descargas eléctricas e incendios producidos por el rayo, los que pueden causar la muerte de los animales.
IV. Benedicto XVI. El apóstol Santiago el Mayor enseña a los cristianos de todos los tiempos que la gloria está en la Cruz de Cristo y no en el poder, constató Benedicto XVI este miércoles. El pontífice dedicó su intervención en la audiencia general a recordar la figura del hermano del apóstol Juan, los «hijos del trueno», como les llamaba Jesús, que, a través de su madre pidieron al Señor un lugar de preferencia en su Reino.
Santiago se convertiría en el primero de los apóstoles en «beber del cáliz de la pasión» a través del martirio en Jerusalén, a inicios de los años 40 del siglo I. De este modo, ante los más de 30 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre continuó con la serie de meditaciones sobre la Iglesia y sus orígenes, en las que está repasando las figuras de los doce apóstoles. Hasta ahora ha presentado las figuras de Pedro y Andrés.
La plaza de San Pedro se encontraba bajo un tremendo sol y temperaturas muy elevadas. El Papa, compadecido de los fieles, abrevió su intervención, concentrándose en los dos momentos decisivos de la vida de Jesús que Santiago vivió de cerca junto a Pedro y a Juan: la transfiguración en el monte Tabor y la agonía, en el Huerto de Getsemaní.Esta última experiencia, explicó Benedicto XVI, «constituyó para él una oportunidad para madurar en la fe, para corregir la interpretación unilateral, triunfalista de la primera: tuvo que atisbar cómo el Mesías, esperado por el pueblo judío como un triunfador, en realidad no sólo estaba rodeado de honor y gloria, sino también de sufrimientos y debilidad».
«La gloria de Cristo se realiza precisamente en la Cruz, en la participación en nuestros sufrimientos», añadió.
«Esta maduración de la fe fue llevada a cumplimiento por el Espíritu Santo en Pentecostés», preparando a Santiago para aceptar el martirio a manos del rey Herodes Agripa.
El Papa recordó también las sendas tradiciones en las que se narra el ministerio de Santiago como evangelizador de España, ya sea antes de morir, o después de su muerte, con el traslado de su cuerpo a Compostela.
La intervención del Papa concluyó sacando las lecciones que los cristianos pueden aprender hoy de Santiago: en particular, «la prontitud para acoger la llamada del Señor, incluso cuando nos pide que dejemos la “barca” de nuestras seguridades humanas».
Del hijo de Zebedeo es posible imitar, añadió, «el entusiasmo» para seguir a Jesús «por los caminos que Él nos indica más allá de nuestra presunción ilusoria; la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía y, si es necesario, con el sacrificio supremo de la vida».
«De este modo, Santiago el Mayor se nos presenta como ejemplo elocuente de generosa adhesión a Cristo», concluyó, viendo en su vida terrena «un símbolo de la peregrinación de la vida cristiana, entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios».
«Siguiendo a Jesús, como Santiago, sabemos, incluso en las dificultades, que vamos por el buen camino», aseguró.
PROYECTO IDENTIFICARÁ PUNTOS VULNERABLES DEL PATRIMONIO
Un gran proyecto en el que colabora el Cepac de la UCSS a través de su Co-director el arquitecto Luis Villacorta.
Catedral de ICA
Interesante entrevista en el diario la república acerca de la construcción, restauración, en que se menciona la colaboración de la UCSS en la catedral de Ica a través del arquitecto Luis Villacorta, Co-director del Cepac.
Luego de un año: Catedral de Huacho
reconstruida ya luce hermosa
TOUR:
“FORTALEZA DE COLLIQUE”
UNA NUEVA PERSPECTIVA
Si usted es arqueólogo académico, magister de historia, estudiante de arqueología, de arquitectura. Docente o estudiante de turismo. Va tener que actualizar sus conocimientos acerca de este sitio arqueológico. Pues desde el año 1989 todo lo que se afirmaba y suponía de este sitio ya son obsoletos, Y no concuerdan con su verdadera significancia y uso.
La escasa compresión de la cosmovisión de los pobladores prehispánicos Yungas de parte de los arqueólogos e historiadores ocasiono que durante mas de 2 siglos este importante sitio haya sido considerado como una “fortaleza de tipo militar” cuando no lo fue. De ahí que el nombre que le dieron los arqueólogos e historiadores no le aviene, pues no ayuda a comprender su valor.
Quienes debieron hacerlo en su tiempo no escudriñaron la evolución de la ocupación del peñón rocoso donde asienta el sitio a través del tiempo. Ni ubicaron los vestigios y huellas de esas etapas en el lugar. Obnubilados más en estudiar las estructuras de la edificación y los restos que aparecían se olvidaron observar el peñón rocoso.
Fue el investigador Enrique Niquin Castillo quien el año 1971 después de unas lluvias torrenciales descubrió un extraño promontorio rocoso en uno de los flancos del peñón que aunado a la observación del sitio desde el km 27 de la carretera Panamericana norte. Y al levantamiento de un plano de su contenido logro entender su significancia y valor.
Su trabajo dado a conocer a un grupo de profesores el año 1989 en una conferencia titulada: “Fortaleza de Collique / Una nueva Perspectiva”, a venido revolucionando los tradicionales conocimientos que se tenían de este sitio dejando atrás viejos conceptos dados por arqueólogos e historiadores fosilizados en sus asientos.
LA PARTIDA
Los que deseen conocer este sitio arqueológico y asimilar nuevos datos pueden separar su salida los sábados del mes de Mayo. La partida será a las 9am desde el “Museo de los Colli” sito en el Pasaje Libertad, Lote 5, Mza LL de la 3ra Zona de Collique. Y terminara a las 1pm. El costo del Tour es S/. 5 por persona incluyen guía, y folleto.
Traer cuaderno de notas, cámara fotográfica o equipo de video. Mochila con sus alimentos, buenas zapatillas. Y estar en buen estado de salud ya que es un Tracking.
Pd.
Informes:
“Proyecto Collique Monumental”
Pasaje Libertad, Lote 5, Mza LL, 3ra Zona de Collique Comas
CEL. 999333552 / 986388583
Javicho siempre te recordaremos como un amigo y hombre de prensa. Maestro de maestro siempre con sonrisa afable y con la palabra adecuada para quienes te conocimos, gracias por darnos a conocer el Perú y sobre todo por enseñarnos el valor de la palabra Periodismo.
http://elcomercio.pe/actualidad/1492447/noticia-fotos-javier-ascue-mas-40-anos-periodismo-comercio/1
http://elcomercio.pe/actualidad/1493283/noticia-mitico-javier-ascue-fue-despedido-entre-palmas-pesar-absoluto-comercio
Presentación De Libro
NASCA, LA PRIMERA BATALLA POR LA INDEPENDENCIA
A poco tiempo de la celebración del Bicentenario de la Independencia del Perú, el economista Wilfredo Gameros Castillo ha publicado el libro Nasca: La Primera Batalla; obra documentada que reivindica a Nasca como escenario del primer encuentro armado entre las tropas realistas y patriotas, lideradas por San Martín.
La publicación narra desde que las fuerzas patriotas desembarcaron, cinco semanas antes, en Paracas – Pisco, integrando la Expedición Libertadora del Generalísimo José de San Martín, hasta el triunfo en Nasca.
Entre las fuentes documentarias se encuentran, el parte de batalla del jefe patriota argentino, teniente coronel Manuel Rojas Argerich, donde registró que el 14 de octubre de 1820 derrotó en Nasca a las tropas realistas del coronel Manuel Quimper; el Boletín N°2 del Ejército Libertador, y la carta escrita por el general José de San Martín, en Pisco, que elogia el triunfo de Nasca.
Propuesta
El autor plantea derogar la Ley Nº 11634 del año 1951, la cual decretó que aquella acción armada fue en Changuillo, 40 kilómetros al norte de Nasca, a pesar de que el Centro de Estudios Histórico Militares y el Instituto Sanmartiniano, a requerimiento de la Cámara de Diputados, habían informado que ello había acaecido en Nasca.
Datos
La cita será el miércoles 19 de setiembre a las 6:30 p. m., en el Auditorio del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (Plaza Bolívar s/n, Pueblo Libre. Frente a la Municipalidad del distrito).
La obra será comentada por Aníbal Paredes Galván, Editor; Lucas Demaría, Secretario de la Embajada Argentina; Alcibíades Salazar Saenz, Presidente del Instituto Sanmartiniano; y Hermann Hamann Carrillo, Presidente del Centro de Estudios Histórico Militares.
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NUESTRA SEÑORA DE LA EVANGELIZACIÓN en el RETABLO DE LA CONCEPCIÓN de la Catedral de Lima: descrito por el P. San Cristóbal
Personajes de Lima Norte: César Cortez
PRESENTAN CATÁLOGO DE DOCUMENTOS DE LA INDEPENDENCIA EN EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
El viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Rafael Varón Gabai, presentó el “Catálogo de Documentos de la Independencia del Perú (1820-1826)” en la sede del Archivo General de la Nación.
Este catálogo –elaborado en el marco del Proyecto ADAI, fondo financiero multilateral de fomento al desarrollo archivístico en Iberoamérica– es un compendio de más de cinco mil documentos, folios e imágenes que corresponden al periodo de la Emancipación, Independencia y los primeros años de la República.
También contiene archivos que grafican las negociaciones y la dimisión del virrey Pezuela con las fuerzas expedicionarias, noticias de la Batalla de Ayacucho, despachos del virrey La Serna y del general Canterac, entre otros documentos importantes en el proceso emancipatorio de nuestro país.
“Hacer un catálogo no es únicamente realizar un registro de documentos sino poner a disposición de los investigadores una guía que va a permitir usarlos de forma eficaz, conservarlos, brindarles mayor seguridad y posibilitar su difusión entre los investigadores pero también entre el público en general”, aseguró el viceministro durante la presentación.
A ésta también asistieron el director del Archivo General de la Nación, Pablo Maguiña Minaya, el representante de la embajada de España en el Perú, David Barreda, la ex directora del AGN, Miriam Salas, y el director nacional de Archivo Histórico, Eleodoro Balboa.
Una muestra de los documentos que forman parte de este catálogo se exhibe en la exposición documental “La independencia del Perú 1820-1826” que estará disponible hasta el 16 de septiembre en la sala de exposiciones de la Dirección del Archivo Colonial, para quienes visiten la sede ex Correo Central del Archivo General de la Nación (Jr. Camaná 125 c/ pasaje Piura, Lima).
FIESTA DE SANTIAGO EL MAYOR, PATRONO DE ESPAÑA.
Este25 de julio se celebra la fiesta del apóstol Santiago el Mayor, el “primo” de Jesús, patrono de España y venerado en el mundo hispano; pensemos en tantos lugares con su nombre: Hacienda Santiago Punchauca, Santiago de Chuco, Santiago de Surco, Santiago de Cuba, Santiago de Chile…. Les comparto diversas notas y en especial la catequesis de Benedicto XVI. ¡Feliz día!
I. ¿Quién es Santiago Matamoros? Manuel Fernández Espinosa Publicado en ARBIL: Arbil, nº81 Mi espada por Santiago
A pesar del apellido, tan políticamente incorrecto, se trata del mismo Apóstol Santiago bajo la faz y hechuras guerreadoras. Él es Santiago el Mayor, el de los Evangelios, hijo de Zebedeo y Salomé y hermano del joven Juan, el apóstol amado del Señor. Jesucristo llamó a ambos hermanos los "Boanerges" -los Hijos del Trueno-, por el celo que mostraron por la honra del Señor cuando pidieron que cayera fuego del cielo sobre una aldea que había impedido el paso a Jesús y a sus acompañantes. La madre de ambos siempre estaba alrededor de Cristo, pidiéndole que reservara a sus hijos elevados puestos de gloria en el Reino que estaba por venir. Jesucristo les preguntó si serían capaces de beber el cáliz y ellos contestaron: "possumus!" -¡podemos!. La tradición sitúa a Santiago en la antigua Hispania, propagando el Evangelio. A las orillas del Ebro, en Cesaraugusta -Zaragoza-, se le apareció la Virgen María (que todavía vivía en este mundo sin haber sido asunta al cielo). Nuestra Señora le previno de los peligros que se cernían sobre el grupo de cristianos que él formaba, animándolo a seguir con su labor apostólica. Santiago siguió predicando hasta que decidió regresar a Jerusalén, donde fue martirizado. Según la venerable leyenda su cadáver fue trasladado por sus discípulos y depositado en Compostela -el campo de la estrella-, donde Europa lo continua venerando.
Ejecutoria del Celestial Caballero Santiago Matamoros. La tradición del Matamoros se remonta al reinado de Ramiro I (muerto en 850) que sucedió en el trono de Asturias y León a su tío Alfonso el Casto (muerto en 842). Al fallecer su tío, los moros reclamaron el tributo de las cien doncellas (cincuenta hidalgas y cincuenta plebeyas) que tenían impuesto a los cristianos. Ramiro I que estaba en Bardulia (antiguo nombre de Castilla la Vieja) no quiso entregarles las cien doncellas y se encontró frente a frente con la morisma en Clavijo donde en la víspera de la batalla, según la tradición, se le aparece en sueños el Apóstol Santiago. Santiago le comunica que ha sido designado por Dios como Patrón de las Españas. Santiago anima a Ramiro al combate y le pide que lo invoque. Los cristianos dan batalla al grito de "¡Dios ayuda a Santiago!", y los moros son vencidos. Aquella gloriosa jornada de las armas cristianas será la fundación de la Orden de Santiago.
En la batalla de Hacinas entre el Conde Fernán González (muerto en 970) y el caudillo moro Almanzor aparece otra vez Santiago, que le dice al conde de Castilla: "¡Ferrando de Castiella, hoy te crece gran bando!". Las huestes de Fernán González vencen a los moros al grito de "¡Santiago y cierra!" (es la primera vez que se registra el que luego será grito famoso entre los cristianos peninsulares cuando entran en batalla; este grito de guerra viene a significar: Santiago y choquemos contra ellos). Entre la leyenda y la historia, muchas serán las apariciones de Santiago en la historia bélica de España.
Ejecutoria del Celestial Caballero Santiago Matamoros. La tradición del Matamoros se remonta al reinado de Ramiro I (muerto en 850) que sucedió en el trono de Asturias y León a su tío Alfonso el Casto (muerto en 842). Al fallecer su tío, los moros reclamaron el tributo de las cien doncellas (cincuenta hidalgas y cincuenta plebeyas) que tenían impuesto a los cristianos. Ramiro I que estaba en Bardulia (antiguo nombre de Castilla la Vieja) no quiso entregarles las cien doncellas y se encontró frente a frente con la morisma en Clavijo donde en la víspera de la batalla, según la tradición, se le aparece en sueños el Apóstol Santiago. Santiago le comunica que ha sido designado por Dios como Patrón de las Españas. Santiago anima a Ramiro al combate y le pide que lo invoque. Los cristianos dan batalla al grito de "¡Dios ayuda a Santiago!", y los moros son vencidos. Aquella gloriosa jornada de las armas cristianas será la fundación de la Orden de Santiago.
En la batalla de Hacinas entre el Conde Fernán González (muerto en 970) y el caudillo moro Almanzor aparece otra vez Santiago, que le dice al conde de Castilla: "¡Ferrando de Castiella, hoy te crece gran bando!". Las huestes de Fernán González vencen a los moros al grito de "¡Santiago y cierra!" (es la primera vez que se registra el que luego será grito famoso entre los cristianos peninsulares cuando entran en batalla; este grito de guerra viene a significar: Santiago y choquemos contra ellos). Entre la leyenda y la historia, muchas serán las apariciones de Santiago en la historia bélica de España.
II. El apóstol Santiago y el mundo hispanoamericano por Zacarías de Vizcarra. http://www.arbil.org/(86)text.htm
Principales fragmentos del estudio publicado en Buenos Aires por Don Zacarías de Vizcarra, honra de nuestro sacerdocio, para animar, durante las presentes tribulaciones, a los católicos españoles, con la visión de las pasadas misiones y de los destinos futuros de España y de la Hispanidad
Las angustias presentes nos obligan a levantar nuestros ojos y nuestros corazones hacia la gran figura de Santiago el Mayor, Padre, Fundador y Patrono celestial de la Iglesia Española, en busca de aliento, consuelo, protección y esperanzas.
Nuestro Apóstol, en el breve espacio de los nueve años que transcurrieron entre la muerte de Jesucristo (año 33) y su martirio en Jerusalén (año 42), supo hacer honor al sobrenombre que le había puesto su Divino Maestro, cuando le denominó «Hijo del Trueno».
Caballero andante de Cristo, se alejó de la Palestina y de las regiones colindantes, mucho antes que ningún otro Apóstol, y, en una correría evangélica tan rápida como arrolladora, llegó hasta el confín del mundo entonces conocido, recorrió a lo largo y a lo ancho la Península Ibérica, y fundó en ella la Iglesia Española, que había de ser a su vez, con el tiempo, Madre fecunda de otras veinte Iglesias, en mundos desconocidos de América y Oceanía.
Terminada esta gran obra, retornó a la Palestina, cuando aún no se habían alejado de ella los demás Apóstoles, y comenzó a predicar públicamente, en Jerusalén, la doctrina de su Maestro, con tal brío y elocuencia, que mereció ser sacrificado por Herodes Agripa, como se narra en el sagrado libro de los Hechos de los Apóstoles (XII, 2), por haberse concentrado en su persona el odio de los judíos contra los discípulos de Cristo.
Fue el primer Apóstol que selló con su sangre el Evangelio, entregando su cuello a la espada. Es también el que ha dado a la Iglesia Romana mayor número de hijos espirituales, en las veinte naciones por las que se extendió y consolidó la Iglesia española, fundada por él.
La paternidad espiritual de Santiago nos impone deberes que fácilmente descuidamos y olvidamos, tanto en España como en América, porque: 1.º, cada Iglesia debe amar y venerar especialmente al Apóstol que la fundó, reconociendo en él a su Padre en Cristo; 2.º, los fieles de cada Iglesia deben imitar especialmente el carácter y virtudes de su propio Apóstol.
La razón de este segundo deber está en que Jesucristo, con la sabiduría infinita de que estaba dotado, preveía las necesidades especiales de cada uno de los pueblos adonde se había de dirigir cada uno de sus Apóstoles, y destinó para ellos al Padre espiritual que más les convenía, sobre todo tratándose de pueblos como el español, que tenían reservadas altas misiones en su Providencia.
Desde hace poco más de un siglo, las Iglesias de América han constituido Provincias desligadas de su antigua Metrópoli; pero, en los tres primeros siglos de su nacimiento, constitución y crecimiento, han sido mero desarrollo extensivo y parte integrante de la Iglesia española, que es la Iglesia de Santiago.
Por consiguiente, su Padre en la fe, lo mismo que el de las restantes diócesis españolas, es Santiago el Mayor, y siguen siendo moralmente una parte integrante de la gran Iglesia Jacobea, extendida por todo el hemisferio occidental.
Las angustias presentes nos obligan a levantar nuestros ojos y nuestros corazones hacia la gran figura de Santiago el Mayor, Padre, Fundador y Patrono celestial de la Iglesia Española, en busca de aliento, consuelo, protección y esperanzas.
Nuestro Apóstol, en el breve espacio de los nueve años que transcurrieron entre la muerte de Jesucristo (año 33) y su martirio en Jerusalén (año 42), supo hacer honor al sobrenombre que le había puesto su Divino Maestro, cuando le denominó «Hijo del Trueno».
Caballero andante de Cristo, se alejó de la Palestina y de las regiones colindantes, mucho antes que ningún otro Apóstol, y, en una correría evangélica tan rápida como arrolladora, llegó hasta el confín del mundo entonces conocido, recorrió a lo largo y a lo ancho la Península Ibérica, y fundó en ella la Iglesia Española, que había de ser a su vez, con el tiempo, Madre fecunda de otras veinte Iglesias, en mundos desconocidos de América y Oceanía.
Terminada esta gran obra, retornó a la Palestina, cuando aún no se habían alejado de ella los demás Apóstoles, y comenzó a predicar públicamente, en Jerusalén, la doctrina de su Maestro, con tal brío y elocuencia, que mereció ser sacrificado por Herodes Agripa, como se narra en el sagrado libro de los Hechos de los Apóstoles (XII, 2), por haberse concentrado en su persona el odio de los judíos contra los discípulos de Cristo.
Fue el primer Apóstol que selló con su sangre el Evangelio, entregando su cuello a la espada. Es también el que ha dado a la Iglesia Romana mayor número de hijos espirituales, en las veinte naciones por las que se extendió y consolidó la Iglesia española, fundada por él.
La paternidad espiritual de Santiago nos impone deberes que fácilmente descuidamos y olvidamos, tanto en España como en América, porque: 1.º, cada Iglesia debe amar y venerar especialmente al Apóstol que la fundó, reconociendo en él a su Padre en Cristo; 2.º, los fieles de cada Iglesia deben imitar especialmente el carácter y virtudes de su propio Apóstol.
La razón de este segundo deber está en que Jesucristo, con la sabiduría infinita de que estaba dotado, preveía las necesidades especiales de cada uno de los pueblos adonde se había de dirigir cada uno de sus Apóstoles, y destinó para ellos al Padre espiritual que más les convenía, sobre todo tratándose de pueblos como el español, que tenían reservadas altas misiones en su Providencia.
Desde hace poco más de un siglo, las Iglesias de América han constituido Provincias desligadas de su antigua Metrópoli; pero, en los tres primeros siglos de su nacimiento, constitución y crecimiento, han sido mero desarrollo extensivo y parte integrante de la Iglesia española, que es la Iglesia de Santiago.
Por consiguiente, su Padre en la fe, lo mismo que el de las restantes diócesis españolas, es Santiago el Mayor, y siguen siendo moralmente una parte integrante de la gran Iglesia Jacobea, extendida por todo el hemisferio occidental.
Santiago, uno de los tres Apóstoles predilectos de Cristo
Consta por los Santos Evangelios que Jesucristo distinguió con un amor especial a tres de sus Apóstoles: a Simón Pedro, a Santiago el Mayor y a su hermano Juan Evangelista. Sólo a estos tres distinguió Jesucristo con sobrenombres nuevos, impuestos por El. A Simón le llamó Pedro (es decir, «Cefas», que significa «Piedra» , porque había de ser el Jefe Supremo y «Piedra fundamental» de su Iglesia futura. A Santiago y a Juan los llamó «Boanerges», que quiere decir «Hijos del trueno».
Sólo a estos tres Apóstoles separó de los demás, en las ocasiones más solemnes, para darles muestra de su especial aprecio. Ellos sólo fueron elegidos para verle transfigurado en el Tabor; ellos solos presenciaron la resurrección de la hija de Jairo, porque Jesucristo, como dice San Marcos «no permitió que le siguiese ninguno, fuera de Pedro y Santiago y Juan el hermano de Santiago» (V, 37); ellos solos fueron testigos de su agonía en el Huerto de las Olivas.
¿Qué representaban estos tres Apóstoles? San Pedro representaba la cabeza del futuro cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia; Santiago y San Juan Evangelista representaban el brazo derecho y el brazo izquierdo de Jesucristo y de su representante San Pedro.
La Iglesia Romana es indiscutiblemente el centro de la Iglesia de Cristo. A los dos lados de la Iglesia Romana se levantan la Iglesia Occidental fundada por Santiago, y la Iglesia Oriental que reconoce como su principal Apóstol a su hermano San Juan, el más joven de todos los Apóstoles.
La Iglesia Oriental tuvo una brillantísima juventud; pero luego decayó lamentablemente, con tenaces herejías y con el funestísimo Cisma Oriental, que todavía dura. La Iglesia del joven San Juan, después de su juventud, fue más bien carga que apoyo para Pedro, y el mismo San Juan abandonó su sepultura del Oriente Cismático y se refugió en Roma, junto al sepulcro de Pedro. La Iglesia de Juan es desde hace siglos la izquierda de Pedro. Hasta en el mapa mundi físico, la Iglesia Oriental queda a la izquierda de Roma. Porque la orientación normal es la del Sol. Y mirando a éste desde Roma, en su curso medio, la Iglesia Oriental queda a la izquierda de la Iglesia Romana.
En cambio, la Iglesia de Santiago, aun físicamente considerada, queda a la derecha de la Iglesia Romana, tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. Y mucho más si consideramos la derecha en su sentido moral. La Iglesia de Santiago es la que ha dado mayor número de fieles y de naciones enteras a la Iglesia Romana. Es la que ha mantenido siempre, en conjunto, mejores relaciones y más leal adhesión a la Cátedra de Pedro. Es la que ha defendido a la Iglesia Católica más denodadamente, en las grandes crisis de la historia. Es la primera nación que reconoció prácticamente, desde el año 254, la suprema potestad judicial del Romano Pontífice, apelando a ella contra la sentencia pronunciada por un concilio nacional de la misma Península. (Marx, Historia de la Iglesia, pág. 99.)
Vemos, pues, que se cumplió literalmente lo que había pedido para los dos primos de Jesucristo su madre Santa María Salomé, cuando ésta, postrada a los pies del divino Maestro, le dijo: «Manda que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» (Evangelio de San Mateo, XX, 20.)
Derrota del Arrianismo.– El arrianismo fue la primera herejía que desgarró a la Iglesia, después de su libertad, en el siglo IV, y también la más peligrosa de todas las que ha sufrido la Iglesia, hasta la rebelión protestante. Negaba solapadamente la divinidad de Cristo, y arrastró hacia el error a gran número de Obispos e Iglesias particulares, hasta llegar a dar la impresión de que todo el orbe se estaba convirtiendo en arriano.
El brazo fuerte que tuvo a raya esta gran rebelión contra la Iglesia, fue el de Osio el Grande, secundado por el infatigable doctor alejandrino San Atanasio.
Osio aconsejó la convocación del primer Concilio Universal de la Iglesia; Osio lo organizó en Nicea, con la ayuda de Constantino, enviando carros y viáticos a todos los Obispos del mundo, para trasladarse a aquella primera augusta asamblea; Osio la presidió en nombre del Romano Pontífice; Osio dictó solemnemente al secretario del Concilio el Símbolo de la Fe Ortodoxa, que fue aclamado y suscrito por la augusta asamblea y sigue rezándose y cantándose por toda la Iglesia, en las misas de los domingos y días solemnes, para proclamar a Jesucristo: «Dios verdadero procedente de Dios verdadero, engendrado y no hecho, consubstancial con el Padre, &c.» .
De tal manera se convirtió Osio en campeón de la fe católica, que llegó a ser presidente obligado de los concilios subsiguientes, como el de Milán y el de Sárdica, recibió el título de «Príncipe de los Concilios», y mereció que los arrianos, después de haber arrastrado a su bando al sucesor de Constantino, escribieran así al emperador arriano: «Todo es inútil mientras Osio de Córdoba esté en pie... Basta la autoridad de su palabra para arrastrar a todo el mundo contra nosotros. El símbolo de Nicea es obra suya, y somos herejes porque él lo pregona.»
Fue tal el odio de los arrianos contra Osio, que la tempestad de calumnias y libelos desatada contra él, en vida y después de muerto, llegó a impedir que fuera venerado en los altares por las Iglesias del Occidente, aunque recibe culto en las del Oriente, donde vindicó su memoria San Atanasio el Grande.
Notemos finalmente que el triunfo decisivo contra el arrianismo tuvo también lugar en España, el año 589, cuando el Rey visigodo Recaredo, con todo el ejército y pueblo germánico arriano que había invadido a España, abjuró sus errores en el famoso Concilio III de Toledo, y abrazó la fe católica de los españoles.
Derrota del Mahometismo
Nadie ignora que España fue el muro en que se estrelló la expansión arrolladora del imperio mahometano, que, desde el Africa, había invadido a Europa, a través del estrecho de Gibraltar.
Siete siglos y medio luchó España sin tregua contra los feroces muslimes, cuya religión prometía el paraíso a todos los que muriesen guerreando con la espada contra los que no abrazasen la doctrina del Corán.
Esta lucha titánica se terminó el mismo año 1492, en que las naves españolas descubrieron un nuevo mundo infiel, que había de ser convertido a la fe de Cristo.
Tampoco es preciso recordar que el predominio creciente del imperio turco mahometano, en el Oriente de Europa, tuvo su tumba en las aguas de Lepanto, bajo el mando del príncipe español don Juan de Austria y por el valor de los marinos españoles, acompañados solamente por los soldados pontificios y venecianos.
Victoria del Universalismo Católico.– Dos tumbas, en los dos puntos extremos del mundo cristiano, fueron, como dice Guéranger { L'anné liturgique, XXV juillet.}, en la Edad Media, los dos polos predestinados por Dios para un movimiento absolutamente incomparable en la historia de las naciones.
La tumba de Jesucristo en Jerusalén, y la tumba del Hijo del Trueno en Compostela fueron las que arrastraron hacia sí el corazón de la Europa medioeval, enviando a la primera ejércitos de guerreros y peregrinos, y a la otra ejércitos mucho mayores de solos peregrinos, en que iban confundidos en un solo ideal hombres de todas las razas y naciones, cantando en todas las lenguas las alabanzas de Jesucristo y de Santiago.
Estas dos peregrinaciones dieron origen a las Ordenes caballerescas, destinadas primitivamente a proteger a los peregrinos.
Cuentan los viejos cronistas de Carlomagno, que el emperador de la barba florida, en el atardecer de un día de recia labor guerrera, en los bordes del mar de Frisia, se quedó contemplando, en el cielo claro, la Vía Láctea, cuajada de innumerables estrellas; y, recordando con nostalgia, en aquellas lejanas riberas, a los peregrinos de Santiago, dijo a sus guerreros que aquella faja brillante que atravesaba el cielo azul de oriente a occidente, era la línea que señalaba a los peregrinos de todo el mundo la dirección que habían de seguir para encontrar la Casa del Señor Santiago.
La tumba de Compostela fue cátedra sagrada de toda Europa.
Derrota de la Idolatría en el Nuevo Mundo.– El vasto hemisferio de América y Oceanía, esclavo de la idolatría, de la antropofagia y de la corrupción moral más degradante, fue puesto por la Providencia en manos de España, para que desterrase de él la idolatría y la barbarie.
España cumplió con su misión de una manera tan rápida y asombrosa que, cincuenta años después del descubrimiento, apenas había sin bautizar más indios que los dispersos en los lugares más inaccesibles. Se cubrió toda América de parroquias, conventos, residencias misioneras, obispados, y arzobispados. Las listas de embarque de pasajeros para América, conservadas en el Archivo de Indias, demuestran que el diez por ciento de todos los que se embarcaban eran misioneros y sacerdotes. En 1649, había en América 840 conventos. Sólo en Méjico, llegaron a contarse, en el momento de la mayor actividad misionera, hasta 15.000 sacerdotes.
En presencia de estos datos, no es de extrañar lo que afirmaba un sacerdote francés especializado en cuestiones misioneras, el cual decía que España, durante solo el siglo XVI, había dado a la Iglesia mayor número de misioneros de infieles que todo el resto del mundo en todos los siglos de existencia del Cristianismo.
Así logró España la victoria más grande que se ha conseguido sobre la idolatría, y agregó a la Iglesia Romana diez y ocho naciones soberanas, engendradas por ella con indecibles trabajos y heroísmo que hacen exclamar al protestante norteamericano Charles Lummis: «Ninguna otro nación madre dio jamás a luz cien Stanleys y cuatro Julios Césares en un siglo; pero eso es una parte de lo que hizo España para el Nuevo Mundo.» (Los exploradores españoles, pág. 51. Ed. Araluce, Barcelona.)
Derrota del protestantismo
Nunca perdonarán los protestantes a España el celo con que se opuso a la difusión del Protestantismo, durante los reinados de Carlos V y Felipe II. La única fuerza humana que impidió el triunfo completo de los protestantes en toda Europa, ante los esfuerzos combinados de los luteranos de Alemania y Holanda, de los anglicanos y puritanos de Inglaterra, de los hugonotes de Francia, de los valdenses de Italia, &c., &c., fue la tenacidad con que España hizo frente simultáneamente a casi toda Europa, en los más distantes campos de batalla, desde Flandes hasta Sicilia, y desde Varsovia hasta París, que fue ocupada por las tropas españolas, hasta que Enrique IV abjuró el protestantismo en Saint Denis. Hubo momentos en que los únicos grandes Estados oficialmente católicos del mundo fueron España, Portugal y Roma, es decir, San Pedro y Santiago.
Las regiones de Europa en que sobrevivió el catolicismo, después de la rebelión protestante, deben eterna gratitud a España, que se sacrificó, desangró y empobreció, por su tesón en conservar este tesoro para sí y para todas las demás naciones del continente,
Tenían, pues, razón los Pontífices que, en documentos solemnes, llamaban entonces a España y a sus católicos monarcas «Brazo derecho de la Cristiandad».
España no hacía más que cumplir la misión de su Apóstol Santiago, brazo derecho de Jesucristo y de su Vicario en la tierra. El envió al caballero Iñigo de Loyola, para fundar la guardia de corps del Pontífice Romano y luchar sin tregua contra el protestantismo. El envió a Teresa de Jesús, a Juan de la Cruz y a la pléyade de santos y sabios españoles que apuntalaron a la Iglesia en aquella terrible crisis.
Misiones que están reservadas a España para los tiempos venideros. Nuevos días de gloria para los hijos de Santiago. Sin pecar de crédulos, podemos prestar piadoso asentimiento a lo que anunció Santa Brígida, en el siglo XIV, sobre las futuras misiones de España, tanto porque se cumplió ya la primera parte de aquellas predicciones, desde siglo y medio después que fueron escritas, como porque la Iglesia, en el Breviario, las mira con extraordinario respeto, al asegurar que «le fueron revelados por Dios muchos arcanos». (Breviario Romano, 8 de octubre.)
La santa princesa sueca escribió en la primera mitad del siglo XIV sus famosas revelaciones, entre las cuales hay una, en que anuncia los sucesos principales que han de ocurrir antes de la venida del Anticristo y del fin del mundo. Comienza por anunciar que se convertirán al cristianismo algunas naciones desconocidas, lo cual se verificó siglo y medio más tarde con el descubrimiento y conversión del nuevo mundo:
«...Antes que venga el Anticristo –dice– se abrirán las puertas de la fe a algunas naciones, en las cuales se cumplirán las palabras de la Escritura: 'Un pueblo que no sabe me glorificará, y los desiertos serán edificados para mí.'»
La época que ha de seguir a la del descubrimiento del Nuevo Mundo, la describe de este modo:«Después serán muchos los cristianos amadores de herejías y los inicuos perseguidores del clero, y los enemigos de la justicia.»
Consta por los Santos Evangelios que Jesucristo distinguió con un amor especial a tres de sus Apóstoles: a Simón Pedro, a Santiago el Mayor y a su hermano Juan Evangelista. Sólo a estos tres distinguió Jesucristo con sobrenombres nuevos, impuestos por El. A Simón le llamó Pedro (es decir, «Cefas», que significa «Piedra» , porque había de ser el Jefe Supremo y «Piedra fundamental» de su Iglesia futura. A Santiago y a Juan los llamó «Boanerges», que quiere decir «Hijos del trueno».
Sólo a estos tres Apóstoles separó de los demás, en las ocasiones más solemnes, para darles muestra de su especial aprecio. Ellos sólo fueron elegidos para verle transfigurado en el Tabor; ellos solos presenciaron la resurrección de la hija de Jairo, porque Jesucristo, como dice San Marcos «no permitió que le siguiese ninguno, fuera de Pedro y Santiago y Juan el hermano de Santiago» (V, 37); ellos solos fueron testigos de su agonía en el Huerto de las Olivas.
¿Qué representaban estos tres Apóstoles? San Pedro representaba la cabeza del futuro cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia; Santiago y San Juan Evangelista representaban el brazo derecho y el brazo izquierdo de Jesucristo y de su representante San Pedro.
La Iglesia Romana es indiscutiblemente el centro de la Iglesia de Cristo. A los dos lados de la Iglesia Romana se levantan la Iglesia Occidental fundada por Santiago, y la Iglesia Oriental que reconoce como su principal Apóstol a su hermano San Juan, el más joven de todos los Apóstoles.
La Iglesia Oriental tuvo una brillantísima juventud; pero luego decayó lamentablemente, con tenaces herejías y con el funestísimo Cisma Oriental, que todavía dura. La Iglesia del joven San Juan, después de su juventud, fue más bien carga que apoyo para Pedro, y el mismo San Juan abandonó su sepultura del Oriente Cismático y se refugió en Roma, junto al sepulcro de Pedro. La Iglesia de Juan es desde hace siglos la izquierda de Pedro. Hasta en el mapa mundi físico, la Iglesia Oriental queda a la izquierda de Roma. Porque la orientación normal es la del Sol. Y mirando a éste desde Roma, en su curso medio, la Iglesia Oriental queda a la izquierda de la Iglesia Romana.
En cambio, la Iglesia de Santiago, aun físicamente considerada, queda a la derecha de la Iglesia Romana, tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. Y mucho más si consideramos la derecha en su sentido moral. La Iglesia de Santiago es la que ha dado mayor número de fieles y de naciones enteras a la Iglesia Romana. Es la que ha mantenido siempre, en conjunto, mejores relaciones y más leal adhesión a la Cátedra de Pedro. Es la que ha defendido a la Iglesia Católica más denodadamente, en las grandes crisis de la historia. Es la primera nación que reconoció prácticamente, desde el año 254, la suprema potestad judicial del Romano Pontífice, apelando a ella contra la sentencia pronunciada por un concilio nacional de la misma Península. (Marx, Historia de la Iglesia, pág. 99.)
Vemos, pues, que se cumplió literalmente lo que había pedido para los dos primos de Jesucristo su madre Santa María Salomé, cuando ésta, postrada a los pies del divino Maestro, le dijo: «Manda que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» (Evangelio de San Mateo, XX, 20.)
Derrota del Arrianismo.– El arrianismo fue la primera herejía que desgarró a la Iglesia, después de su libertad, en el siglo IV, y también la más peligrosa de todas las que ha sufrido la Iglesia, hasta la rebelión protestante. Negaba solapadamente la divinidad de Cristo, y arrastró hacia el error a gran número de Obispos e Iglesias particulares, hasta llegar a dar la impresión de que todo el orbe se estaba convirtiendo en arriano.
El brazo fuerte que tuvo a raya esta gran rebelión contra la Iglesia, fue el de Osio el Grande, secundado por el infatigable doctor alejandrino San Atanasio.
Osio aconsejó la convocación del primer Concilio Universal de la Iglesia; Osio lo organizó en Nicea, con la ayuda de Constantino, enviando carros y viáticos a todos los Obispos del mundo, para trasladarse a aquella primera augusta asamblea; Osio la presidió en nombre del Romano Pontífice; Osio dictó solemnemente al secretario del Concilio el Símbolo de la Fe Ortodoxa, que fue aclamado y suscrito por la augusta asamblea y sigue rezándose y cantándose por toda la Iglesia, en las misas de los domingos y días solemnes, para proclamar a Jesucristo: «Dios verdadero procedente de Dios verdadero, engendrado y no hecho, consubstancial con el Padre, &c.» .
De tal manera se convirtió Osio en campeón de la fe católica, que llegó a ser presidente obligado de los concilios subsiguientes, como el de Milán y el de Sárdica, recibió el título de «Príncipe de los Concilios», y mereció que los arrianos, después de haber arrastrado a su bando al sucesor de Constantino, escribieran así al emperador arriano: «Todo es inútil mientras Osio de Córdoba esté en pie... Basta la autoridad de su palabra para arrastrar a todo el mundo contra nosotros. El símbolo de Nicea es obra suya, y somos herejes porque él lo pregona.»
Fue tal el odio de los arrianos contra Osio, que la tempestad de calumnias y libelos desatada contra él, en vida y después de muerto, llegó a impedir que fuera venerado en los altares por las Iglesias del Occidente, aunque recibe culto en las del Oriente, donde vindicó su memoria San Atanasio el Grande.
Notemos finalmente que el triunfo decisivo contra el arrianismo tuvo también lugar en España, el año 589, cuando el Rey visigodo Recaredo, con todo el ejército y pueblo germánico arriano que había invadido a España, abjuró sus errores en el famoso Concilio III de Toledo, y abrazó la fe católica de los españoles.
Derrota del Mahometismo
Nadie ignora que España fue el muro en que se estrelló la expansión arrolladora del imperio mahometano, que, desde el Africa, había invadido a Europa, a través del estrecho de Gibraltar.
Siete siglos y medio luchó España sin tregua contra los feroces muslimes, cuya religión prometía el paraíso a todos los que muriesen guerreando con la espada contra los que no abrazasen la doctrina del Corán.
Esta lucha titánica se terminó el mismo año 1492, en que las naves españolas descubrieron un nuevo mundo infiel, que había de ser convertido a la fe de Cristo.
Tampoco es preciso recordar que el predominio creciente del imperio turco mahometano, en el Oriente de Europa, tuvo su tumba en las aguas de Lepanto, bajo el mando del príncipe español don Juan de Austria y por el valor de los marinos españoles, acompañados solamente por los soldados pontificios y venecianos.
Victoria del Universalismo Católico.– Dos tumbas, en los dos puntos extremos del mundo cristiano, fueron, como dice Guéranger { L'anné liturgique, XXV juillet.}, en la Edad Media, los dos polos predestinados por Dios para un movimiento absolutamente incomparable en la historia de las naciones.
La tumba de Jesucristo en Jerusalén, y la tumba del Hijo del Trueno en Compostela fueron las que arrastraron hacia sí el corazón de la Europa medioeval, enviando a la primera ejércitos de guerreros y peregrinos, y a la otra ejércitos mucho mayores de solos peregrinos, en que iban confundidos en un solo ideal hombres de todas las razas y naciones, cantando en todas las lenguas las alabanzas de Jesucristo y de Santiago.
Estas dos peregrinaciones dieron origen a las Ordenes caballerescas, destinadas primitivamente a proteger a los peregrinos.
Cuentan los viejos cronistas de Carlomagno, que el emperador de la barba florida, en el atardecer de un día de recia labor guerrera, en los bordes del mar de Frisia, se quedó contemplando, en el cielo claro, la Vía Láctea, cuajada de innumerables estrellas; y, recordando con nostalgia, en aquellas lejanas riberas, a los peregrinos de Santiago, dijo a sus guerreros que aquella faja brillante que atravesaba el cielo azul de oriente a occidente, era la línea que señalaba a los peregrinos de todo el mundo la dirección que habían de seguir para encontrar la Casa del Señor Santiago.
La tumba de Compostela fue cátedra sagrada de toda Europa.
Derrota de la Idolatría en el Nuevo Mundo.– El vasto hemisferio de América y Oceanía, esclavo de la idolatría, de la antropofagia y de la corrupción moral más degradante, fue puesto por la Providencia en manos de España, para que desterrase de él la idolatría y la barbarie.
España cumplió con su misión de una manera tan rápida y asombrosa que, cincuenta años después del descubrimiento, apenas había sin bautizar más indios que los dispersos en los lugares más inaccesibles. Se cubrió toda América de parroquias, conventos, residencias misioneras, obispados, y arzobispados. Las listas de embarque de pasajeros para América, conservadas en el Archivo de Indias, demuestran que el diez por ciento de todos los que se embarcaban eran misioneros y sacerdotes. En 1649, había en América 840 conventos. Sólo en Méjico, llegaron a contarse, en el momento de la mayor actividad misionera, hasta 15.000 sacerdotes.
En presencia de estos datos, no es de extrañar lo que afirmaba un sacerdote francés especializado en cuestiones misioneras, el cual decía que España, durante solo el siglo XVI, había dado a la Iglesia mayor número de misioneros de infieles que todo el resto del mundo en todos los siglos de existencia del Cristianismo.
Así logró España la victoria más grande que se ha conseguido sobre la idolatría, y agregó a la Iglesia Romana diez y ocho naciones soberanas, engendradas por ella con indecibles trabajos y heroísmo que hacen exclamar al protestante norteamericano Charles Lummis: «Ninguna otro nación madre dio jamás a luz cien Stanleys y cuatro Julios Césares en un siglo; pero eso es una parte de lo que hizo España para el Nuevo Mundo.» (Los exploradores españoles, pág. 51. Ed. Araluce, Barcelona.)
Derrota del protestantismo
Nunca perdonarán los protestantes a España el celo con que se opuso a la difusión del Protestantismo, durante los reinados de Carlos V y Felipe II. La única fuerza humana que impidió el triunfo completo de los protestantes en toda Europa, ante los esfuerzos combinados de los luteranos de Alemania y Holanda, de los anglicanos y puritanos de Inglaterra, de los hugonotes de Francia, de los valdenses de Italia, &c., &c., fue la tenacidad con que España hizo frente simultáneamente a casi toda Europa, en los más distantes campos de batalla, desde Flandes hasta Sicilia, y desde Varsovia hasta París, que fue ocupada por las tropas españolas, hasta que Enrique IV abjuró el protestantismo en Saint Denis. Hubo momentos en que los únicos grandes Estados oficialmente católicos del mundo fueron España, Portugal y Roma, es decir, San Pedro y Santiago.
Las regiones de Europa en que sobrevivió el catolicismo, después de la rebelión protestante, deben eterna gratitud a España, que se sacrificó, desangró y empobreció, por su tesón en conservar este tesoro para sí y para todas las demás naciones del continente,
Tenían, pues, razón los Pontífices que, en documentos solemnes, llamaban entonces a España y a sus católicos monarcas «Brazo derecho de la Cristiandad».
España no hacía más que cumplir la misión de su Apóstol Santiago, brazo derecho de Jesucristo y de su Vicario en la tierra. El envió al caballero Iñigo de Loyola, para fundar la guardia de corps del Pontífice Romano y luchar sin tregua contra el protestantismo. El envió a Teresa de Jesús, a Juan de la Cruz y a la pléyade de santos y sabios españoles que apuntalaron a la Iglesia en aquella terrible crisis.
Misiones que están reservadas a España para los tiempos venideros. Nuevos días de gloria para los hijos de Santiago. Sin pecar de crédulos, podemos prestar piadoso asentimiento a lo que anunció Santa Brígida, en el siglo XIV, sobre las futuras misiones de España, tanto porque se cumplió ya la primera parte de aquellas predicciones, desde siglo y medio después que fueron escritas, como porque la Iglesia, en el Breviario, las mira con extraordinario respeto, al asegurar que «le fueron revelados por Dios muchos arcanos». (Breviario Romano, 8 de octubre.)
La santa princesa sueca escribió en la primera mitad del siglo XIV sus famosas revelaciones, entre las cuales hay una, en que anuncia los sucesos principales que han de ocurrir antes de la venida del Anticristo y del fin del mundo. Comienza por anunciar que se convertirán al cristianismo algunas naciones desconocidas, lo cual se verificó siglo y medio más tarde con el descubrimiento y conversión del nuevo mundo:
«...Antes que venga el Anticristo –dice– se abrirán las puertas de la fe a algunas naciones, en las cuales se cumplirán las palabras de la Escritura: 'Un pueblo que no sabe me glorificará, y los desiertos serán edificados para mí.'»
La época que ha de seguir a la del descubrimiento del Nuevo Mundo, la describe de este modo:«Después serán muchos los cristianos amadores de herejías y los inicuos perseguidores del clero, y los enemigos de la justicia.»
Tenemos aquí tres rasgos que retratan la historia religiosa del mundo, desde el descubrimiento de América hasta hoy: l.º, la aparición de numerosas herejías entre los cristianos; lo cual se verificó veinticinco años después del descubrimiento de América, cuando en 1517 se rebeló contra el Papa el monje alemán Fray Martín Lutero, y, tras él, fueron apareciendo innumerables sectas de calvinistas, zuinglianos, anabaptistas, anglicanos, puritanos, socinianos, &c.; 2.º, el anticlericalismo, que sobre todo desde el siglo XVIII prevaleció en los gobiernos de las naciones católicas, multiplicándose en ellas las expulsiones de religiosos, desamortizaciones, despojos y atropellos de todas clases, llevados a cabo por los inicuos perseguidores del clero, y principalmente por los masones; 3.º, la lucha de clases, exacerbada por los enemigos de la justicia social, abusando los unos de su capital y los otros de su trabajo y su número. Este tercer período lo estamos recorriendo actualmente en casi todas las naciones del mundo, aunque en ninguna de ellas reviste un carácter más injusto y trágico que en Rusia, donde clases enteras de la sociedad han sido esclavizadas y despojadas de sus derechos más elementales.
A continuación describe la Santa lo que sucederá después de la época de la injusticia, y dice:
«Finalmente, vendrá el más criminal de los hombres, el cual, unido con los judíos, combatirá contra todo el mundo, y hará todo esfuerzo para borrar el nombre de los cristianos. Muchísimos serán muertos.»
Una pequeña muestra de lo que ha de ser esta persecución la tenemos en lo que están haciendo los judíos en Rusia, con su guerra nunca vista contra el cristianismo y sus ocho millones de socios activos para la propaganda del ateísmo, primera etapa destructiva, según sus dirigentes, para construir en la segunda etapa, sobre las ruinas de todas las religiones, el monopolio del judaísmo.
Pero, en esta terrible crisis, aparecerá, como en las demás grandes crisis de la Iglesia, el brazo de Santiago y de su pueblo, para defender a la Cristiandad, según lo dice a continuación la Vidente sueca:
«Tendrá fin aquella funestísima guerra, cuando sea proclamado Emperador un hombre engendrado de la estirpe de España. Este vencerá maravillosamente, con el signo de la Cruz, y será el que ha de destruir la secta de Mahoma y restituirá el templo de Santa Sofía.» (Véanse las palabras de Santa Brígida, en la obra L'odierna guerra, de Ciuffa, págs. 181 y 184, ed. Roma. Tipografía Pontificia, nell'Istituto Pío IX, 1916.)
Según esta predicción, abonada por el cumplimiento de lo sucedido hasta hoy, y por la respetable autoridad de su origen, tenemos que España y su estirpe, es decir, toda la Hispanidad, debe cumplir todavía dos brillantes misiones en la Cristiandad, para salvar a la Humanidad en su más terrible crisis:
1.º Debe derrotar al Anticristo y a toda su corte de judíos, con el signo de la Cruz.
(Bien podría ser la Cruz Roja flordelisada de Santiago, que ha sido suprimida por la actual República Española, juntamente con la Orden Militar que la ostentaba, cargada de glorias y recuerdos, y que nosotros, en desagravio, hemos colocado al frente de esté opúsculo, asociada con la Cruz Blanca de Covadonga, llamada también de la Victoria y de la Reconquista, porque lo que ahora esperamos de Santiago es especialmente «reconquista» y «victoria» contra los opresores de la Iglesia Española.)
2.º Debe España completar la obra iniciada en Covadonga, Las Navas, Granada y Lepanto, destruyendo completamente la secta de Mahoma y restituyendo al culto católico la catedral de Santa Sofía, en Constantinopla.
¡Qué hermoso ideal para enardecer el entusiasmo de las juventudes españolas e hispánicas, fraternalmente unidas bajo el signo de Santiago!
Confirmación de las grandiosas misiones futuras de España y de la Hispanidad
Coincide con lo que predijo en el siglo XIV la Vidente de Suecia, lo que escribió en su libro de Memorias, el año 1606 otro vidente y taumaturgo, residente entonces en Mallorca, San Alonso Rodríguez.
Escribe este gran Santo, en el lugar citado, que uno de los días de aquel año caminaba muy triste por las costas de Mallorca, pensando en las dolorosas noticias que había recibido de Africa, sobre los sufrimientos de unos religiosos que habían sido cautivados por los moros, y de repente «sin darse cato de tal cosa –dice, según su costumbre, en tercera persona– vio a deshora una gran armada en los mares de Mallorca. Iba Jesús en la vanguardia, María en la retaguardia, muchos Angeles entre los soldados. La mandaba el Rey en su propia persona, con una gran ejército que había de conquistar toda la Morisma, y sujetarla, y ella se convertiría con gran facilidad a la fe de Cristo Nuestro Señor.»
Y añade: «La victoria será tan grande cual, por ventura, rey cristiano haya tenido jamás, y resultará gran gloria de Dios y bien de las almas.» (Memorias de San Alonso Rodríguez, año 1606.)
Si queremos apresurar la hora del triunfo de España y de la Hispanidad, imitemos las virtudes de Santiago
Todos los Apóstoles murieron de muerte violenta, excepto San Juan. Pero el primero que regó con su sangre el Evangelio que predicaba, y el único cuyo martirio se narra en la Sagrada Escritura, fue el Apóstol Santiago.
Consta también, por la misma Sagrada Escritura, el género de muerte que le dieron: le degollaron «con espada».
Es la muerte más apropiada para un carácter tan caballeresco como el de Santiago.
En recuerdo de esta muerte, la Cruz de Santiago termina en una espada.
Y no sólo por esto, sino también porque, en varias batallas contra los invasores infieles, apareció Santiago confortando a los guerreros cristianos y hasta peleando a su lado, con su caballo y su espada.
Así lo dice el himno del Breviario Romano, en el oficio propio de España: «Cuando por todas partes nos apretaban las guerras, fuiste visto Tú, en medio de la batalla, abatiendo brioso a los desaforados moros, con tu corcel y con tu espada.» (Oficio del 25 de julio.)
Santiago fue el patrón y modelo de los esforzados caballeros de la Cruz, en los heroicos siglos de la Edad Media. El rey caballero San Luis, al morir lejos de Francia, en su tienda de campaña, bajo los muros enemigos de Túnez, en la octava Cruzada, balbuceaba agonizante la oración de la misa de Santiago: «Sed, Señor, para vuestro pueblo, santificador y custodio; a fin de que fortificado con el auxilio de vuestro Apóstol Santiago, os agrade con su conducta y os sirva con tranquilo corazón.»(Guéranger, L'année, liturgique, XXV, juillet.)
Y en efecto, los rasgos morales del carácter de Santiago son los de un caballero andante de Cristo. Por eso la Cruz de Santiago, además de la espada en que termina, tiene tres flores de lis, que son los símbolos heráldicos del honor sin mancha que profesaban los caballeros.
Y hasta, si creemos a Alfonso el Sabio, en su Primera Crónica General, el mismo Santiago se mostró defensor de su título de caballero de Cristo.
Cuenta el Rey Sabio que, en el siglo XI, reinando Fernando el Magno, fue en peregrinación a Santiago de Compostela el Obispo griego Estiano, y que, al oír que Santiago «parescíe como cavallero en las lides a los cristianos», les dijo con enojo y porfía: «Amigos, non le llamedes cavallero, mas pescador».
Pero el Santo se encargó de desengañarle; porque aquella misma noche se le apareció Santiago «a guisa de cavallero muy bien garnido de todas armas claras et fermosas» y le dijo: «Estiano, tú tienes por escarnio, porque los romeros me llaman cavallero, et dizes que non lo so; ...nunqua iamás dubdes que yo non so cavallero de Cristo et ayudador de los cristianos contra los moros».
En confirmación de ello, le dijo que al día siguiente a las nueve de la mañana, entregaría la ciudad de Coimbra al rey Fernando, que la tenía cercada hacía mucho tiempo. A la mañana siguiente comunicó el Obispo al pueblo, en la Catedral, que Santiago le había anunciado para aquel día la toma de Coimbra; y, en efecto, días más tarde llegó a la ciudad del Apóstol la noticia de la victoria, que tuvo lugar el mismo día y hora que había anunciado el Obispo. (Primera Crónica General, cap. 807.)
Santiago, ferviente devoto de la Virgen María
Los dos hijos del Zebedeo y de María Salomé se distinguieron por su amor a su augusta tía la Virgen Santísima, que había sido encomendada por Jesucristo, desde la Cruz, a los cuidados filiales del hermano menor de Santiago, en cuya casa tuvo desde entonces su residencia la Madre de Dios.
Antes de que partiera Santiago para su audaz y remota expedición a España, refiere la tradición que se despidió de la Santísima Virgen (si es que no fue ella la inspiradora del viaje), y le prometió visitarle en aquella ciudad de España en que iluminase a mayor número de fieles con la luz del Evangelio.
En efecto, la Santísima Virgen vino un día maravillosamente en carne mortal a Zaragoza, visitó al Apóstol, le entregó una columna de mármol, que simbolizaba la firmeza de la fe sembrada por él en la Península Ibérica, le pidió que levantará allí una capilla donde ella fuese invocada (la primera que se erigió en el mundo, en honor de la que había dicho de sí misma en el «Magnificat»: Me llamarán bienaventurada todas las generaciones), y le avisó que volviera después a Jerusalén, donde había de tener término su misión.
La Iglesia de España, fundada por el caballeresco sobrino de María Santísima, y honrada por ella, antes de su muerte, con su visita corporal y con el regalo de su Pilar, no podía menos de ser devotísima de la celestial Señora, como en efecto lo ha sido, a través de todos los siglos.
Santiago, amigo fidelísimo de San Pedro
Santiago fue llamado por Jesucristo al Apostolado el mismo día y en el mismo sitio que San Pedro.
Jesucristo quiso anudar una amistad especialísima entre San Pedro y Santiago, separándolos de los demás Apóstoles, y llevándolos en su más íntima compañía, junto con San Juan, en las ocasiones más solemnes.
Santiago correspondió a esta amistad recibiendo en su cabeza la cuchillada que iba dirigida al jefe de la Iglesia cristiana, en la intención de Herodes y de los judíos.
San Pedro correspondió a la amistad de Santiago, ordenando de Obispos a los Siete Varones Apostólicos, discípulos de Santiago, y enviándolos a fundar otras tantas Sedes en el Sur de España, donde Santiago no había dejado Obispos.
La Iglesia española, a semejanza de su fundador, ha sido siempre muy adicta a la autoridad del Romano Pontífice, y seguirá siéndolo, por merecer el honor de desempeñar en los momentos críticos el oficio jacobeo de brazo derecho de San Pedro.
Santiago sabe cambiar su armamento según las necesidades de la época
Nota muy bien Dom Guéranger, en el lugar antes citado, que Santiago, después de su temprana muerte, continuó su Apostolado en el mundo, por medio de la Iglesia española, y que, en cada época, adoptó las armas y los medios que reclamaban las circunstancias.
Hubo una época en que no se podía defender a la Iglesia eficazmente con predicaciones, ni libros, ni discusiones; porque los mahometanos, por mandato de su ley, rechazaban toda discusión. Y entonces Santiago apoyaba a los guerreros de la Cruz, apareciendo entre ellos, como un rayo, tremolando con una mano su estandarte blanco adornado con la Cruz Roja, y blandiendo con la otra su espada reluciente.
Pero, «cuando los Reyes Católicos arrojaron al otro lado de los mares a la turba infiel que nunca debió pasarlos –añade Guéranguer– el valiente jefe de los ejércitos de España, se despojó de su brillante armadura, y el terror de los moros se convirtió en mensajero de la fe.
»Subiendo a su barca de pescador de hombres y rodeándose de las flotas de Cristóbal Colón, de Vasco de Gama o de Albuquerque, los guiará por mares desconocidos, en busca de playas a donde hasta entonces no había sido llevado el nombre del Señor.
»Para traer su contribución a los trabajos de los Doce, Santiago acarreará del Occidente, del Oriente, del Mediodía, mundos nuevos que renovarán el estupor de Pedro, a la vista de tales presas.»
Y aquél, cuyo apostolado, en tiempo del tercer Herodes, pudo creerse tronchado en flor, antes de haber dado sus frutos, podrá repetir aquellas palabras (de San Pablo): «No me creo inferior a los más grandes Apóstoles; porque por la gracia de Dios, he trabajado más que todos ellos.» (L'année liturgique, XXV juillet, págs. 226, 227).
Las armas actuales de Santiago y de sus caballeros
Hoy día, los hijos de Santiago, esparcidos por Europa, América, Oceanía y algunos también por las colonias españolas y portuguesas de Africa y Asia, deben imitar a su Apóstol, con las armas que les impone la imperiosa necesidad del momento crítico en que nos encontramos.
Las armas jacobeas de hoy son cuatro: enseñanza catequística; prensa, sobre todo diaria y periódica; cátedra, sobre todo la oficial; y organización obrera.
Los modernos «caballeros de Santiago», deben adiestrarse y ejercitarse en el manejo de estas armas, sin descuidar, por supuesto, los demás medios de santificación y defensa que son eternos, y no necesitan cambios, sino reparaciones.
Súplica de Dom Guéranguer por España
El sabio escritor francés a quien acabamos de citar, conocía y penetraba, mejor que muchos españoles, el sentido de la Historia de España y su misión providencial en el mundo.
España ha sido destinada por Dios para proseguir la misión del Hijo del Trueno, proclamando y defendiendo, en gran estilo, como lo hizo en Nicea, en Toledo y en Trento, las verdades católicas fundamentales; y su mayor desgracia sería la de inutilizarse para esa misión, por el debilitamiento, o como dice gráficamente el mismo escritor, por el achicamiento de esas grandes verdades en su espíritu público.
Por eso dirige él a Santiago esta súplica, que gustosos reproducimos y repetimos:
«¡Oh Patrón de las Españas! No os olvidéis del ilustre pueblo que os debe a Vos su nobleza espiritual y su prosperidad temporal. Protegedle contra el achicamiento de las verdades que hicieron de él, en sus días de gloria, la sal de la tierra. Haced que piense en la terrible sentencia de Jesucristo, en que se advierte que 'si la sal se vuelve insípida, no vale va para nada sino para ser arrojada y pisada por las gentes'.» (San Mateo, V, 13.)
¡No! ¡El espíritu de España no ha de tolerar mucho tiempo este achicamiento!
¡El espíritu de España se erguirá caballeresco y altivo contra el masonismo, laicismo y judaísmo que lo pisotea!
¡El espíritu de España defenderá el tesoro de Santiago contra los moros modernos que han invadido su herencia sagrada!
Porque Santiago y España tienen que cumplir todavía dos misiones a cual más gloriosas:
Santiago y España tienen que defender un día a la Iglesia de San Pedro, combatiendo y derrotando al Anticristo y a su corte de judíos;
Santiago y España tienen que cantar un día el Credo de Nicea en la mezquita de Santa Sofía, después de haber rasgado en su pórtico, entre los aplausos de la Morisma bautizada, los falsos mandamientos de Mahoma.
Así sea. •• Zacarías de Vizcarra
A continuación describe la Santa lo que sucederá después de la época de la injusticia, y dice:
«Finalmente, vendrá el más criminal de los hombres, el cual, unido con los judíos, combatirá contra todo el mundo, y hará todo esfuerzo para borrar el nombre de los cristianos. Muchísimos serán muertos.»
Una pequeña muestra de lo que ha de ser esta persecución la tenemos en lo que están haciendo los judíos en Rusia, con su guerra nunca vista contra el cristianismo y sus ocho millones de socios activos para la propaganda del ateísmo, primera etapa destructiva, según sus dirigentes, para construir en la segunda etapa, sobre las ruinas de todas las religiones, el monopolio del judaísmo.
Pero, en esta terrible crisis, aparecerá, como en las demás grandes crisis de la Iglesia, el brazo de Santiago y de su pueblo, para defender a la Cristiandad, según lo dice a continuación la Vidente sueca:
«Tendrá fin aquella funestísima guerra, cuando sea proclamado Emperador un hombre engendrado de la estirpe de España. Este vencerá maravillosamente, con el signo de la Cruz, y será el que ha de destruir la secta de Mahoma y restituirá el templo de Santa Sofía.» (Véanse las palabras de Santa Brígida, en la obra L'odierna guerra, de Ciuffa, págs. 181 y 184, ed. Roma. Tipografía Pontificia, nell'Istituto Pío IX, 1916.)
Según esta predicción, abonada por el cumplimiento de lo sucedido hasta hoy, y por la respetable autoridad de su origen, tenemos que España y su estirpe, es decir, toda la Hispanidad, debe cumplir todavía dos brillantes misiones en la Cristiandad, para salvar a la Humanidad en su más terrible crisis:
1.º Debe derrotar al Anticristo y a toda su corte de judíos, con el signo de la Cruz.
(Bien podría ser la Cruz Roja flordelisada de Santiago, que ha sido suprimida por la actual República Española, juntamente con la Orden Militar que la ostentaba, cargada de glorias y recuerdos, y que nosotros, en desagravio, hemos colocado al frente de esté opúsculo, asociada con la Cruz Blanca de Covadonga, llamada también de la Victoria y de la Reconquista, porque lo que ahora esperamos de Santiago es especialmente «reconquista» y «victoria» contra los opresores de la Iglesia Española.)
2.º Debe España completar la obra iniciada en Covadonga, Las Navas, Granada y Lepanto, destruyendo completamente la secta de Mahoma y restituyendo al culto católico la catedral de Santa Sofía, en Constantinopla.
¡Qué hermoso ideal para enardecer el entusiasmo de las juventudes españolas e hispánicas, fraternalmente unidas bajo el signo de Santiago!
Confirmación de las grandiosas misiones futuras de España y de la Hispanidad
Coincide con lo que predijo en el siglo XIV la Vidente de Suecia, lo que escribió en su libro de Memorias, el año 1606 otro vidente y taumaturgo, residente entonces en Mallorca, San Alonso Rodríguez.
Escribe este gran Santo, en el lugar citado, que uno de los días de aquel año caminaba muy triste por las costas de Mallorca, pensando en las dolorosas noticias que había recibido de Africa, sobre los sufrimientos de unos religiosos que habían sido cautivados por los moros, y de repente «sin darse cato de tal cosa –dice, según su costumbre, en tercera persona– vio a deshora una gran armada en los mares de Mallorca. Iba Jesús en la vanguardia, María en la retaguardia, muchos Angeles entre los soldados. La mandaba el Rey en su propia persona, con una gran ejército que había de conquistar toda la Morisma, y sujetarla, y ella se convertiría con gran facilidad a la fe de Cristo Nuestro Señor.»
Y añade: «La victoria será tan grande cual, por ventura, rey cristiano haya tenido jamás, y resultará gran gloria de Dios y bien de las almas.» (Memorias de San Alonso Rodríguez, año 1606.)
Si queremos apresurar la hora del triunfo de España y de la Hispanidad, imitemos las virtudes de Santiago
Todos los Apóstoles murieron de muerte violenta, excepto San Juan. Pero el primero que regó con su sangre el Evangelio que predicaba, y el único cuyo martirio se narra en la Sagrada Escritura, fue el Apóstol Santiago.
Consta también, por la misma Sagrada Escritura, el género de muerte que le dieron: le degollaron «con espada».
Es la muerte más apropiada para un carácter tan caballeresco como el de Santiago.
En recuerdo de esta muerte, la Cruz de Santiago termina en una espada.
Y no sólo por esto, sino también porque, en varias batallas contra los invasores infieles, apareció Santiago confortando a los guerreros cristianos y hasta peleando a su lado, con su caballo y su espada.
Así lo dice el himno del Breviario Romano, en el oficio propio de España: «Cuando por todas partes nos apretaban las guerras, fuiste visto Tú, en medio de la batalla, abatiendo brioso a los desaforados moros, con tu corcel y con tu espada.» (Oficio del 25 de julio.)
Santiago fue el patrón y modelo de los esforzados caballeros de la Cruz, en los heroicos siglos de la Edad Media. El rey caballero San Luis, al morir lejos de Francia, en su tienda de campaña, bajo los muros enemigos de Túnez, en la octava Cruzada, balbuceaba agonizante la oración de la misa de Santiago: «Sed, Señor, para vuestro pueblo, santificador y custodio; a fin de que fortificado con el auxilio de vuestro Apóstol Santiago, os agrade con su conducta y os sirva con tranquilo corazón.»(Guéranger, L'année, liturgique, XXV, juillet.)
Y en efecto, los rasgos morales del carácter de Santiago son los de un caballero andante de Cristo. Por eso la Cruz de Santiago, además de la espada en que termina, tiene tres flores de lis, que son los símbolos heráldicos del honor sin mancha que profesaban los caballeros.
Y hasta, si creemos a Alfonso el Sabio, en su Primera Crónica General, el mismo Santiago se mostró defensor de su título de caballero de Cristo.
Cuenta el Rey Sabio que, en el siglo XI, reinando Fernando el Magno, fue en peregrinación a Santiago de Compostela el Obispo griego Estiano, y que, al oír que Santiago «parescíe como cavallero en las lides a los cristianos», les dijo con enojo y porfía: «Amigos, non le llamedes cavallero, mas pescador».
Pero el Santo se encargó de desengañarle; porque aquella misma noche se le apareció Santiago «a guisa de cavallero muy bien garnido de todas armas claras et fermosas» y le dijo: «Estiano, tú tienes por escarnio, porque los romeros me llaman cavallero, et dizes que non lo so; ...nunqua iamás dubdes que yo non so cavallero de Cristo et ayudador de los cristianos contra los moros».
En confirmación de ello, le dijo que al día siguiente a las nueve de la mañana, entregaría la ciudad de Coimbra al rey Fernando, que la tenía cercada hacía mucho tiempo. A la mañana siguiente comunicó el Obispo al pueblo, en la Catedral, que Santiago le había anunciado para aquel día la toma de Coimbra; y, en efecto, días más tarde llegó a la ciudad del Apóstol la noticia de la victoria, que tuvo lugar el mismo día y hora que había anunciado el Obispo. (Primera Crónica General, cap. 807.)
Santiago, ferviente devoto de la Virgen María
Los dos hijos del Zebedeo y de María Salomé se distinguieron por su amor a su augusta tía la Virgen Santísima, que había sido encomendada por Jesucristo, desde la Cruz, a los cuidados filiales del hermano menor de Santiago, en cuya casa tuvo desde entonces su residencia la Madre de Dios.
Antes de que partiera Santiago para su audaz y remota expedición a España, refiere la tradición que se despidió de la Santísima Virgen (si es que no fue ella la inspiradora del viaje), y le prometió visitarle en aquella ciudad de España en que iluminase a mayor número de fieles con la luz del Evangelio.
En efecto, la Santísima Virgen vino un día maravillosamente en carne mortal a Zaragoza, visitó al Apóstol, le entregó una columna de mármol, que simbolizaba la firmeza de la fe sembrada por él en la Península Ibérica, le pidió que levantará allí una capilla donde ella fuese invocada (la primera que se erigió en el mundo, en honor de la que había dicho de sí misma en el «Magnificat»: Me llamarán bienaventurada todas las generaciones), y le avisó que volviera después a Jerusalén, donde había de tener término su misión.
La Iglesia de España, fundada por el caballeresco sobrino de María Santísima, y honrada por ella, antes de su muerte, con su visita corporal y con el regalo de su Pilar, no podía menos de ser devotísima de la celestial Señora, como en efecto lo ha sido, a través de todos los siglos.
Santiago, amigo fidelísimo de San Pedro
Santiago fue llamado por Jesucristo al Apostolado el mismo día y en el mismo sitio que San Pedro.
Jesucristo quiso anudar una amistad especialísima entre San Pedro y Santiago, separándolos de los demás Apóstoles, y llevándolos en su más íntima compañía, junto con San Juan, en las ocasiones más solemnes.
Santiago correspondió a esta amistad recibiendo en su cabeza la cuchillada que iba dirigida al jefe de la Iglesia cristiana, en la intención de Herodes y de los judíos.
San Pedro correspondió a la amistad de Santiago, ordenando de Obispos a los Siete Varones Apostólicos, discípulos de Santiago, y enviándolos a fundar otras tantas Sedes en el Sur de España, donde Santiago no había dejado Obispos.
La Iglesia española, a semejanza de su fundador, ha sido siempre muy adicta a la autoridad del Romano Pontífice, y seguirá siéndolo, por merecer el honor de desempeñar en los momentos críticos el oficio jacobeo de brazo derecho de San Pedro.
Santiago sabe cambiar su armamento según las necesidades de la época
Nota muy bien Dom Guéranger, en el lugar antes citado, que Santiago, después de su temprana muerte, continuó su Apostolado en el mundo, por medio de la Iglesia española, y que, en cada época, adoptó las armas y los medios que reclamaban las circunstancias.
Hubo una época en que no se podía defender a la Iglesia eficazmente con predicaciones, ni libros, ni discusiones; porque los mahometanos, por mandato de su ley, rechazaban toda discusión. Y entonces Santiago apoyaba a los guerreros de la Cruz, apareciendo entre ellos, como un rayo, tremolando con una mano su estandarte blanco adornado con la Cruz Roja, y blandiendo con la otra su espada reluciente.
Pero, «cuando los Reyes Católicos arrojaron al otro lado de los mares a la turba infiel que nunca debió pasarlos –añade Guéranguer– el valiente jefe de los ejércitos de España, se despojó de su brillante armadura, y el terror de los moros se convirtió en mensajero de la fe.
»Subiendo a su barca de pescador de hombres y rodeándose de las flotas de Cristóbal Colón, de Vasco de Gama o de Albuquerque, los guiará por mares desconocidos, en busca de playas a donde hasta entonces no había sido llevado el nombre del Señor.
»Para traer su contribución a los trabajos de los Doce, Santiago acarreará del Occidente, del Oriente, del Mediodía, mundos nuevos que renovarán el estupor de Pedro, a la vista de tales presas.»
Y aquél, cuyo apostolado, en tiempo del tercer Herodes, pudo creerse tronchado en flor, antes de haber dado sus frutos, podrá repetir aquellas palabras (de San Pablo): «No me creo inferior a los más grandes Apóstoles; porque por la gracia de Dios, he trabajado más que todos ellos.» (L'année liturgique, XXV juillet, págs. 226, 227).
Las armas actuales de Santiago y de sus caballeros
Hoy día, los hijos de Santiago, esparcidos por Europa, América, Oceanía y algunos también por las colonias españolas y portuguesas de Africa y Asia, deben imitar a su Apóstol, con las armas que les impone la imperiosa necesidad del momento crítico en que nos encontramos.
Las armas jacobeas de hoy son cuatro: enseñanza catequística; prensa, sobre todo diaria y periódica; cátedra, sobre todo la oficial; y organización obrera.
Los modernos «caballeros de Santiago», deben adiestrarse y ejercitarse en el manejo de estas armas, sin descuidar, por supuesto, los demás medios de santificación y defensa que son eternos, y no necesitan cambios, sino reparaciones.
Súplica de Dom Guéranguer por España
El sabio escritor francés a quien acabamos de citar, conocía y penetraba, mejor que muchos españoles, el sentido de la Historia de España y su misión providencial en el mundo.
España ha sido destinada por Dios para proseguir la misión del Hijo del Trueno, proclamando y defendiendo, en gran estilo, como lo hizo en Nicea, en Toledo y en Trento, las verdades católicas fundamentales; y su mayor desgracia sería la de inutilizarse para esa misión, por el debilitamiento, o como dice gráficamente el mismo escritor, por el achicamiento de esas grandes verdades en su espíritu público.
Por eso dirige él a Santiago esta súplica, que gustosos reproducimos y repetimos:
«¡Oh Patrón de las Españas! No os olvidéis del ilustre pueblo que os debe a Vos su nobleza espiritual y su prosperidad temporal. Protegedle contra el achicamiento de las verdades que hicieron de él, en sus días de gloria, la sal de la tierra. Haced que piense en la terrible sentencia de Jesucristo, en que se advierte que 'si la sal se vuelve insípida, no vale va para nada sino para ser arrojada y pisada por las gentes'.» (San Mateo, V, 13.)
¡No! ¡El espíritu de España no ha de tolerar mucho tiempo este achicamiento!
¡El espíritu de España se erguirá caballeresco y altivo contra el masonismo, laicismo y judaísmo que lo pisotea!
¡El espíritu de España defenderá el tesoro de Santiago contra los moros modernos que han invadido su herencia sagrada!
Porque Santiago y España tienen que cumplir todavía dos misiones a cual más gloriosas:
Santiago y España tienen que defender un día a la Iglesia de San Pedro, combatiendo y derrotando al Anticristo y a su corte de judíos;
Santiago y España tienen que cantar un día el Credo de Nicea en la mezquita de Santa Sofía, después de haber rasgado en su pórtico, entre los aplausos de la Morisma bautizada, los falsos mandamientos de Mahoma.
Así sea. •• Zacarías de Vizcarra
III. Santiago mata-indios. La creencia en Santiago como portador de rayo y trueno terminó por asentarse en el folklore latinoamericano. En algunas regiones andinas, señala Emilio Choy en el estudio de los documentos de Castro Pozo, “creen que el rayo es arrojado por Santiago en su lucha con el demonio”. Guamán Poma de Ayala lo llama "Santiago mata-indios", acorde al prestigio de "mata-moros" que tenía al llegar a América. Hasta rinden tributo a estatuillas donde aparece arrollando a un indio con su poderoso corcel. Más detalles en el artículo "Santiago Mataindios". Entre los meses de julio y agosto se celebran las fiestas de la Herranza o marcación del ganado - también conocidas como Santiago - para agradecer a la tierra y los apus tutelares y pedir al santo que como dueño de la lluvia fecunde los pastos y haga reproducir el ganado. Es un santo amigo de profundo arraigo, especialmente entre los campesinos de diferentes regiones.
Santiago está vinculado a Illapa, dios milenario de origen pre-inca, muy temido en el mundo andino y asociado al rayo, el trueno y las tempestades, que trae la lluvia que beneficia los campos y da la vida, pero también envía las descargas eléctricas e incendios producidos por el rayo, los que pueden causar la muerte de los animales.
Santiago está vinculado a Illapa, dios milenario de origen pre-inca, muy temido en el mundo andino y asociado al rayo, el trueno y las tempestades, que trae la lluvia que beneficia los campos y da la vida, pero también envía las descargas eléctricas e incendios producidos por el rayo, los que pueden causar la muerte de los animales.
IV. Benedicto XVI. El apóstol Santiago el Mayor enseña a los cristianos de todos los tiempos que la gloria está en la Cruz de Cristo y no en el poder, constató Benedicto XVI este miércoles. El pontífice dedicó su intervención en la audiencia general a recordar la figura del hermano del apóstol Juan, los «hijos del trueno», como les llamaba Jesús, que, a través de su madre pidieron al Señor un lugar de preferencia en su Reino.
Santiago se convertiría en el primero de los apóstoles en «beber del cáliz de la pasión» a través del martirio en Jerusalén, a inicios de los años 40 del siglo I. De este modo, ante los más de 30 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre continuó con la serie de meditaciones sobre la Iglesia y sus orígenes, en las que está repasando las figuras de los doce apóstoles. Hasta ahora ha presentado las figuras de Pedro y Andrés.
Santiago se convertiría en el primero de los apóstoles en «beber del cáliz de la pasión» a través del martirio en Jerusalén, a inicios de los años 40 del siglo I. De este modo, ante los más de 30 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre continuó con la serie de meditaciones sobre la Iglesia y sus orígenes, en las que está repasando las figuras de los doce apóstoles. Hasta ahora ha presentado las figuras de Pedro y Andrés.
La plaza de San Pedro se encontraba bajo un tremendo sol y temperaturas muy elevadas. El Papa, compadecido de los fieles, abrevió su intervención, concentrándose en los dos momentos decisivos de la vida de Jesús que Santiago vivió de cerca junto a Pedro y a Juan: la transfiguración en el monte Tabor y la agonía, en el Huerto de Getsemaní.Esta última experiencia, explicó Benedicto XVI, «constituyó para él una oportunidad para madurar en la fe, para corregir la interpretación unilateral, triunfalista de la primera: tuvo que atisbar cómo el Mesías, esperado por el pueblo judío como un triunfador, en realidad no sólo estaba rodeado de honor y gloria, sino también de sufrimientos y debilidad».
«La gloria de Cristo se realiza precisamente en la Cruz, en la participación en nuestros sufrimientos», añadió.
«Esta maduración de la fe fue llevada a cumplimiento por el Espíritu Santo en Pentecostés», preparando a Santiago para aceptar el martirio a manos del rey Herodes Agripa.
El Papa recordó también las sendas tradiciones en las que se narra el ministerio de Santiago como evangelizador de España, ya sea antes de morir, o después de su muerte, con el traslado de su cuerpo a Compostela.
La intervención del Papa concluyó sacando las lecciones que los cristianos pueden aprender hoy de Santiago: en particular, «la prontitud para acoger la llamada del Señor, incluso cuando nos pide que dejemos la “barca” de nuestras seguridades humanas».
Del hijo de Zebedeo es posible imitar, añadió, «el entusiasmo» para seguir a Jesús «por los caminos que Él nos indica más allá de nuestra presunción ilusoria; la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía y, si es necesario, con el sacrificio supremo de la vida».
«Esta maduración de la fe fue llevada a cumplimiento por el Espíritu Santo en Pentecostés», preparando a Santiago para aceptar el martirio a manos del rey Herodes Agripa.
El Papa recordó también las sendas tradiciones en las que se narra el ministerio de Santiago como evangelizador de España, ya sea antes de morir, o después de su muerte, con el traslado de su cuerpo a Compostela.
La intervención del Papa concluyó sacando las lecciones que los cristianos pueden aprender hoy de Santiago: en particular, «la prontitud para acoger la llamada del Señor, incluso cuando nos pide que dejemos la “barca” de nuestras seguridades humanas».
Del hijo de Zebedeo es posible imitar, añadió, «el entusiasmo» para seguir a Jesús «por los caminos que Él nos indica más allá de nuestra presunción ilusoria; la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía y, si es necesario, con el sacrificio supremo de la vida».
«De este modo, Santiago el Mayor se nos presenta como ejemplo elocuente de generosa adhesión a Cristo», concluyó, viendo en su vida terrena «un símbolo de la peregrinación de la vida cristiana, entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios».
«Siguiendo a Jesús, como Santiago, sabemos, incluso en las dificultades, que vamos por el buen camino», aseguró.
«Siguiendo a Jesús, como Santiago, sabemos, incluso en las dificultades, que vamos por el buen camino», aseguró.
PROYECTO IDENTIFICARÁ PUNTOS VULNERABLES DEL PATRIMONIO
Un gran proyecto en el que colabora el Cepac de la UCSS a través de su Co-director el arquitecto Luis Villacorta.
Catedral de ICA
Interesante entrevista en el diario la república acerca de la construcción, restauración, en que se menciona la colaboración de la UCSS en la catedral de Ica a través del arquitecto Luis Villacorta, Co-director del Cepac.
Luego de un año: Catedral de Huacho
reconstruida ya luce hermosa
TOUR:
“FORTALEZA DE COLLIQUE”
UNA NUEVA PERSPECTIVA
Si usted es arqueólogo académico, magister de historia, estudiante de arqueología, de arquitectura. Docente o estudiante de turismo. Va tener que actualizar sus conocimientos acerca de este sitio arqueológico. Pues desde el año 1989 todo lo que se afirmaba y suponía de este sitio ya son obsoletos, Y no concuerdan con su verdadera significancia y uso.
La escasa compresión de la cosmovisión de los pobladores prehispánicos Yungas de parte de los arqueólogos e historiadores ocasiono que durante mas de 2 siglos este importante sitio haya sido considerado como una “fortaleza de tipo militar” cuando no lo fue. De ahí que el nombre que le dieron los arqueólogos e historiadores no le aviene, pues no ayuda a comprender su valor.
Quienes debieron hacerlo en su tiempo no escudriñaron la evolución de la ocupación del peñón rocoso donde asienta el sitio a través del tiempo. Ni ubicaron los vestigios y huellas de esas etapas en el lugar. Obnubilados más en estudiar las estructuras de la edificación y los restos que aparecían se olvidaron observar el peñón rocoso.
Fue el investigador Enrique Niquin Castillo quien el año 1971 después de unas lluvias torrenciales descubrió un extraño promontorio rocoso en uno de los flancos del peñón que aunado a la observación del sitio desde el km 27 de la carretera Panamericana norte. Y al levantamiento de un plano de su contenido logro entender su significancia y valor.
Su trabajo dado a conocer a un grupo de profesores el año 1989 en una conferencia titulada: “Fortaleza de Collique / Una nueva Perspectiva”, a venido revolucionando los tradicionales conocimientos que se tenían de este sitio dejando atrás viejos conceptos dados por arqueólogos e historiadores fosilizados en sus asientos.
LA PARTIDA
Los que deseen conocer este sitio arqueológico y asimilar nuevos datos pueden separar su salida los sábados del mes de Mayo. La partida será a las 9am desde el “Museo de los Colli” sito en el Pasaje Libertad, Lote 5, Mza LL de la 3ra Zona de Collique. Y terminara a las 1pm. El costo del Tour es S/. 5 por persona incluyen guía, y folleto.
Traer cuaderno de notas, cámara fotográfica o equipo de video. Mochila con sus alimentos, buenas zapatillas. Y estar en buen estado de salud ya que es un Tracking.
Pd.
Informes:
“Proyecto Collique Monumental”
Pasaje Libertad, Lote 5, Mza LL, 3ra Zona de Collique Comas
CEL. 999333552 / 986388583
'Discursos sobre el Arte Sacro'
Un libro del pintor e historiador del arte Rodolfo Papa
ROMA, miércoles 2 mayo 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos un artículo de monseñor Daniel Estivill sobre el reciente libro “Discursos sobre el Arte Sacro”, del Rodolfo Papa, editado por Cantagalli, Siena.
*****
Por monseñor Daniel Estivill
“Pintor, teórico e historiador del arte”, así es debidamente presentado el autor de este libro. Apelativos que denotan la personalidad poliédrica de Rodolfo Papa, mientras lo vinculan a las grandes figuras del mundo del arte del pasado, cuando el pintor unía a su capacidad técnica una notable cultura clásica junto con el conocimiento de los principios teóricos del arte. Pero esta presentación no sería completa si no se agrega que él es un hombre de fe, activamente vivida en la Iglesia católica. Sólo de este modo se hace plenamente comprensible el alcance de sus discursos sobre el arte, que –sin violar la legítima autonomía de la actividad artística– abren amplios horizontes en el mundo del espíritu a la luz de la fe en Jesucristo.
El discurso, como género literario, ha sido expresamente elegido por el autor para afrontar el complejo tema del arte, a través de una estructura de pensamiento circular a distintos niveles, pero sin embargo orientada hacia un objetivo final: el arte sacro. En efecto, come se afirma explícitamente en la introducción, la idea de fondo que emerge con claridad en una lectura de conjunto «es que sólo analizando en modo completo la identidad del arte se puede afrontar en manera correcta la delicada cuestión del arte sacro». No es casual, por lo tanto, que el séptimo capítulo, dedicado al arte sacro, es precedido por otros seis capítulos sobre el tema del arte en general, aunque no faltan en éstos, cuando se hace necesario, específicas referencias al arte cristiano.
Así, en medio a la variada y caótica diversidad de opiniones que caracterizan hoy los estudios sobre el arte, el autor abre un prolífico discurso, en el primer capítulo, afrontando el delicado problema de definir el arte. Con esta finalidad entra en un denso diálogo con los más conocidos representantes del pensamiento contemporáneo sobre la materia para desenmascarar sus miedos y sus reticencias a dar una definición del arte. Convencido, sin embargo, aunque en contracorriente, de la «necesidad de definir los términos sobre los cuales apoyar las opciones individuales, y en consecuencia el sentido del obrar y del hacer, también del quehacer artístico», el autor encuentra una solución al problema proponiendo la definición “real” y “clásica” del arte –ars est recta ratio factibilium– pero dejando también flexiblemente abierta la cuestión de la definición de un estatuto epistemológico para cada especie de arte.
Después de este primer paso, el discurso prosigue sobre el tema del estilo, término frecuentemente equívoco en el lenguaje corriente en referencia a las artes visuales. Con este propósito, tomando como referencia el desarrollo histórico del concepto de estilo y concretizándolo en la producción artística de Caravaggio, la cuestión “estilística” es presentada en relación a la maniera y a la schola, que serían declinaciones particulares de un sistema más amplio y sobrentendido, que es precisamente el sistema del arte, argumento del tercer capítulo. Al definir el sistema artístico como «un conjunto de principios y reglas que subyacen a un sistema de signos», en estrecha relación con una específica visión del mundo (Weltanschauung), el autor establece el fundamento teórico para definir la identidad y la esencia del sistema del arte cristiano. De este modo, pone en evidencia non sólo, la diversidad entre el sistema figurativo y el no figurativo o anicónico, sino también y sobre todo la relación íntima entre religión y sistema artístico.
Altamente significativo es el discurso sobre la luz, desarrollado en el cuarto capítulo, en el cual se demuestra cómo al «cambiar la luz por el color» el arte contemporáneo no ha hecho otra cosa que pasar «de una visión metafísica a una materialista». La luz, metáfora de la verdad y símbolo de la belleza, se transforma en este discurso en principio hermenéutico para comprender la dimensión de la corporeidad en sentido cristiano. En esta visión, el abstractismo y el hiperrealismo no pueden ser sino los frutos de una concepción desacertada y reduccionista de la corporeidad y, en última instancia, de la luz.
Muy pertinente, además, es el discurso acerca de las imágenes y el cuerpo, orientado a demostrar, por un lado, cómo la llamada “sociedad de las imágenes” en la cual vivimos, es, en realidad, una sociedad «intrínsecamente iconófoba», y por otro lado, cómo la relación entre la imagen y la corporalidad es decisiva en la visión occidental del cristianismo. Según esta impostación del discurso es posible, entre otras cosas, relevar el aspecto más revolucionario de la perspectiva en su capacidad de “hacer presente” la realidad in imagine picta al servicio de las exigencias contemplativas de la espiritualidad franciscana y de la fe en la encarnación.
No podía faltar un discurso sobre la belleza, aspecto ineludible en cualquier reflexión sobre el arte. Este discurso revela en modo particular la sólida formación del autor en la doctrina escolástico-tomista. En efecto, él evoca varias veces la concepción de la belleza en términos ontológicos de “trascendental”, en estrecha relación con el verum y el bonum. No carece de interés apuntar que tal prospectiva, como es puntualmente subrayado, se encuentra en una línea de continuidad con las enseñanzas del Concilio Vaticano II (cf. Sacrosanctum Concilium, 122), así como también con el Magisterio post conciliar (cf. Juan Pablo II, Veritatis splendor, 51; Benedicto XVI, Sacramentum Caritatis, 31 e 41).
El discurso sobre el arte sacro, último de la serie, merece la máxima atención en cuanto constituye la coronación de todos los discursos precedentes, así como para el autor – pintor, teórico e histórico del arte – todo está orientado al arte sacro, leitmotiv de su vida de “artista y hombre de fe”. Al subrayar lo específico del arte sacro en el hecho de su referencia a la liturgia, se hace posible abrir un discurso de fundamental importancia para comprender el arte sacro en relación a la fe y para poder definirlo – asumiendo el modelo de la definición tomista – como «fides et recta ratio factibilium». Siempre en analogía a la relación entre fides et ratio, el autor reconoce en la historia de la relación entre arte y fe «tres estados: un arte autónoma respecto a la fe, un arte cristiano iluminado por la fe y un arte interpelado por la fe», es decir un arte llamado por la fe a una función más específica. Éste último es precisamente el arte sacro. Esta distinción puede ser una guía segura tanto para el conocimiento adecuado de la tradición en el arte de la Iglesia, como para delinear el perfil del artista cristiano, e incluso para reconocer el arte sacro auténtico. Respecto a este último aspecto resulta iluminante el comentario a los cinco puntos ya señalados por el Card. Joseph Ratzinger en su Opera Omnia sobre la Teología de la liturgia: la imposibilidad de conciliar la iconoclastía con la fe en la encarnación del Verbo, la historia de la salvación como fuente del arte sacro, el lugar central que ocupa la imagen de Cristo en el arte sacro figurativo, la imagen sacra como instrumento de contemplación, la ausencia de espacio para la arbitrariedad y para el subjetivismo en el arte sacro. Finalmente, en su discurso conclusivo, el autor llega a sintetizar con gran lucidez mental cuatro características fundamentales que se relacionan con la identidad del arte sacro: la universalidad, la belleza, la figuratividad y la narratividad.
El libro, fruto de la madurez del pensamiento del autor, nace en un momento histórico particularmente significativo para la vida de la Iglesia y para el arte sacro. En efecto, mientras es publicada la obra de R. Papa se acercan dos celebraciones importantes, la del 50º aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II y la del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI con la Carta apostólica Porta Fidei. Para ambos eventos, el libro aquí presentado puede ser considerado como una contribución válida y digna de consideración. En referencia al Concilio Vaticano II, los discursos desarrollados en el libro no sólo se alinean en aquella hermenéutica de los textos conciliares auspiciada por Benedicto XVI (cf. Discurso a la Curia Romana, 22 de diciembre de 2005), sino que también constituyen una aplicación práctica y concreta de la orientación conciliar sobre la formación de los artistas y del clero (cf. Sacrosanctum Concilium 127 y 129). En este sentido sería conveniente una amplia difusión de la obra en vista de la formación en los ambientes universitarios eclesiásticos y en aquel vasto “areópago” del mundo del arte, que hoy es presentado como un nuevo escenario de evangelización. También en relación al Año de la Fe este libro puede ofrecer una valiosa contribución. En efecto, si hoy una «profunda crisis de fe ... afecta a muchas personas» (Porta fidei, 2), no parece que existan válidos motivos para poder excluir a los artistas de entre aquellos que son tocados por esa crisis de fe. Por lo tanto, estos discursos sobre el arte sacro son una alentadora invitación para que, hoy más que nunca, el arte sacro sea contemplado con los ojos de la fe y, sobre todo, para que los artistas comprendan cuán noble puede ser el propio arte si éste es concebido según la fe y asume como finalidad última el servicio a la gloria de Dios en la Iglesia.
México: Piden un código ético mundial para el turismo
VII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo en Cancún
CANCÚN, jueves 26 abril 2012 (ZENIT.org).- “El Código Ético Mundial para el Turismo. Dirección ética para la evolución responsable del turismo”, es el tema con el que se abrió la cuarta jornada, este jueves, del VII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo, que tiene lugar en Cancún, México.
La ponencia fue pronunciada por Norberto Tonini, miembro de la Comisión Mundial de Ética del Turismo, quien expuso las razones que a su juicio merecen poner en marcha una atenta reflexión sobre las principales cuestiones éticas que se refieren e implican el fenómeno turístico.
Son razones que le han inducido a buscar la posibilidad de detectar las coordenadas valoriales de “Otro turismo”, y que le han llevado a poner en evidencia las dificultades a superar para que el turismo pueda realmente presentarse como una relevante actividad económica, social y cultural, importante factor de desarrollo sostenible, de cohesión social, de solidaridad y de promoción humana.
Una propuesta eclesial de turismo accesible fue el argumento del que trató el obispo encargado de la pastoral del turismo de Italia, monseñor Giuliodori. El servicio ofrecido por las “Casas de vacaciones”, que en Italia son más de tres mil, es parte integrante del rostro y de la acción pastoral de la Iglesia italiana. La experiencia italiana en el aspecto de la acogida en estructuras religiosas asume las características de un “caso” único e irrepetible. Esta puede comprenderse a partir de la singularidad de la posición histórico geográfica de la misma Italia. Roma alberga la sede de Pedro y el “centro” de la Iglesia católica: aquí la acogida se ha calificado según los principios y los valores religiosos, con los signos de la fraternidad, la comunión y la solidaridad, sobre todo hacia los más necesitados y los más pobres. La fisonomía de las “Casas de vacaciones” se funda en una hospitalidad virtuosa encaminada a exaltar el primado de la persona, el respeto de las convicciones religiosas, el pluralismo étnico y cultural.
Es una forma de solidaridad concreta y apropiada con una especial actitud de socorrer a quien se encuentra en necesidad, según la enseñanza misma de Jesús.
Dos mesas redondas, dedicadas al tema “Hacia el turismo social, responsable y justo”, afrontaron diversos temas: las casa de vacaciones, como propuesta eclesial de turismo accesible; el turismo como ocasión para conocer realmente a la población local; turismo y diversidad cultural; recurso para salir de la pobreza; viajes solidarios, un tiempo dedicado a los otros; programas eclesiales de turismo sostenible y lucha contra la pobreza; lucha contra la explotación sexual y comercial de niños, niñas y adolescentes (ESCNNA). Participaron delegados de Italia, Gabón, Brasil, Tanzania, Chile, Argentina y Colombia.
Hubo un diálogo en aula sobre la base de las siguientes cuestiones: ¿Qué puede ofrecer la Iglesia en estos ámbitos? ¿Es posible educar/hacer tomar conciencia a los turistas, a los políticos y a los empresarios?
Se dedicó un cierto tiempo al debate sobre los temas conclusivos y a las propuestas de pastoral para el presente y el futuro.
En la tercera jornada, este miércoles, entre los temas del orden del día, las nuevas tecnologías, las redes sociales y la pastoral del turismo. Habló de ello Gabriele Torresan, observando que los últimos decenios han visto la superposición de nada menos que tres revoluciones: la informática, la telemática y la de las redes sociales, de las que la última está apenas en los inicios. El mundo religioso y eclesiástico no se ha dejado encontrar impreparado ante las dos primeras: ha adoptado rápidamente y aprovechado los nuevos instrumentos tecnológicos y ha captado las oportunidades de internet.
Significativa en este ámbito es la experiencia del portal: hospites.it, nacido de una idea conjunta con el Centro Nacional Ecónomos de Comunidad (CNEC) y desarrollado junto al Centro Turístico Juvenil (CTG), que recoge todas las tres mil casas para vacaciones italianas y guía a peregrinos, grupos parroquiales, familias y turistas en la elección de la estructura religiosa que más se adapta a las propias necesidades. Ahora las redes sociales representan un ineluctable futuro pero también una nueva oportunidad para el turismo religioso y social, siempre que se inscriban en sus dinámicas y sean aprovechadas en sus áreas valoriales.
La ponencia de base fue pronunciada por el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, quien observó que el turismo en el contexto de la nueva evangelización lleva consigo grandes desafíos a los cuales se está llamados a dar prioridad como Iglesia universal. Entre estas prioridades, se subrayan el acompañamiento de las comunidades anfitrionas, de los turistas, de los trabajadores del turismo y de las empresas del turismo. A este respecto, se ponen a punto propuestas litúrgicas y formativas para el acompañamiento y el trabajo en el sector turístico, tomando en consideración todos los elementos que comprende. Se presentan propuestas concretas para la organización del trabajo en el campo misionero y en la evangelización de la pastoral del turismo por partes de las conferencias episcopales, de las diócesis y de las parroquias.
Una mesa redonda sobre el tema: “Experiencias pastorales en el ámbito del turismo de los cristianos”, trató de: oración y celebración eucarística en los lugares turísticos; la celebración de los sacramentos en los lugares turísticos, fuera de las iglesias; propuestas pastorales no litúrgicas para el tiempo de vacaciones; atención a los turistas fuera de los confines de su país. Se alternaron expertos de la República Dominicana, México, España y Alemania.
Una segunda mesa redonda, titulada “Organizar la pastoral del turismo en los diversos niveles pastorales”, profundizó en la coordinación de la pastoral del turismo a nivel continental; en las conferencias episcopales; en el contexto de los programas diocesanos; y en el ámbito de la parroquia. Los relatores fueron del CELAM, Italia, Costa Rica y Bélgica.
Una ponencia se ocupó de la Jornada Mundial del Turismo, como oportunidad para la pastoral, a cargo del padre Horacio Hernández, encargado del sector en México.
Se habló también de los voluntarios para la acogida, su perfil y formación; el carnet del animador de las peregrinaciones en Tierra Santa, Legislación, dificultades y exigencias; el turismo religioso en los programas educativos universitarios; la reflexión teológica sobre el turismo y el tiempo libre. Aportación de las facultades teológicas. Los ponentes de esta mesa redonda, con el título de “Formación en el ámbito del turismo religioso”, fueron de Canadá, Tierra Santa, Argentina y Polonia.
Los cerca de 250 participantes de cuarenta países, de cuatro continentes, se trasladaron para asistir a la bendición del terreno donde será edificada la iglesia de Santa María del Mar, en la laguna de Nichupté, que será dedicada a la pastoral del turismo.
25 NUEVOS DEFENSORES UNIVERSITARIOS DEL PATRIMONIO EN LA UCSS
Lima milenaria y programa bicentenario de la independencia se dieron la mano en la graduación de 25 jóvenes defensores del patrimonio en la UCSS de Lima Norte.
Otra nueva promoción de DEFENSORES DEL PATRIMONIO se ha comprometido públicamente a defender y a apostar por nuestro Patrimonio este martes 10 de abril. La ceremonia se llevó a cabo en el Auditorio Principal de la UCSS y contó con la presencia del Dr. P. Javier Campos y Fernández de Sevilla, OSA, Fundador y Director del Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas (Madrid, España), padrino y conferenciante. Presentó el evento el comunicador de CEPAC, Iván Torres, quien dio la palabra primero al profesor Santiago Tácunan, coordinador del programa, quien dio cuenta de las altas metas conseguidas por los nuevos defensores, tanto en las clases teóricas como en las jornadas prácticas. Por su parte, el profesor José Antonio Benito, director de CEPAC, destacó el presente como el abrazo de un rico pasado de la Lima milenaria que hay que custodiar y un desafiante futuro del proyecto bicentenario a construir del que los nuevos graduados son protagonistas; terminó presentando al conferenciante y agradeciendo a los asistentes.
El padrino Dr. Javier Campos pronunció la conferencia LA IGLESIA EN HISPANOAMÉRICA EN VÍSPERAS DE LA INDEPENDENCIA[1] que fue seguida con suma atención.
Llegó por fin el momento del juramento de los 25 Jóvenes universitarios del Programa Defensores que se comprometieron a defender y divulgar el valioso patrimonio cultural y natural de esta localidad y de todo el país. A cada uno de ellos se le entregó un certificado y una medalla que les acredita como defensores. Aquí los nombres:
ALDERETE HUAMAN, EDWIN FREDY
ARROSPIDE NUÑOVERO, MACARENA
BAZAN SERPA, HAMM JEFFERSON
CARLOS NUÑEZ, FIORELLA
CHAMBA CORREA, SANDRA LOURDES
CORNEJO BENAVIDES, GRECIA
ESPINOZA VERAMENDI, TANIA
FIGUEROA MERMAO, HANDREA KAROLINA
GARCÍA MALDONADO, MARÍA
GARIZA HINOSTROZA, NATALY
GOMES LOMAS, JUAN CARLOS
HERNÁNDEZ, RONY
LA SERNA AYVAR, ANA CECILIA
LOPEZ ESPINOZA, ROGER
MOSCOL ALAYO, MARÍA LAURA
ORRILLO TIRADO, GUIDO
PALACIOS SANCHEZ, DIEGO FUKENCIO
ROJAS GONZALES, KAREN ASTRID
SANDOVAL, GISELA
SEGURA TRAUCO, JULISSA
TORRES ALARCON, KIARA
VARGAS TORRES, KATHERINE
VELASQUEZ LÓPEZ, JUAN CARLOS
VILA VEGA, PABLO ÁNGEL
ZURITA SALDAÑA, YOSELIN VANESSA
El coordinador del programa anunció el inicio del nuevo curso (todos martes de 2 a 3.30 p.m.). Por último, el flamante padrino invitó a los nuevos graduados a caminar siempre, sin cansancios ni desmayos, a ejemplo de San Agustín del que dio un recuerdo de sus pensamientos con el logotipo de la institución escurialense que representaba.
Las fotos para el recuerdo y el compromiso y un brindis final cerraron un curso y dieron comienzo a otro con el único objetivo de luchar por nuestro patrimonio.
[1] Publicada en https://mailucss.ucss.edu.pe/owa/redir.aspx?C=58839cbffcc94e86aed45950464c3f53&URL=http%3a%2f%2fwww.javiercampos.com, novedades.
VISITA AL MUSEO DE SITIO DE PACHACAMAC
La UCSS, en Lima, acoge durante los meses de verano a 25 jóvenes de culturas amazónicas que pertenecen a las etnias Ashaninka, Asheninka, Shipibo y Matsiguenga; ellos gozan de un programa de visitas a museos, centros culturales, todo relacionado a cultura e historia para fortalecer la interculturalidad. Este sábado 3 de marzo, en compañía de Manuel Cornejo Chaparro del CAAAP, hicieron un recorrido muy especial porque se encontraban nuestras culturas amazónicas vivas con el legado de culturas pre-incas e inca, facilitándonos conocer la relación que había entre culturas de la costa, sierra y selva. Proceso los datos de tres alumnos que facilitan sus apuntes para elaborar un informe lo más objetivo posible.
El santuario arqueológico Pachacamac está ubicado en la antigua panamericana sur km. 31.5-Lurín- Lima-Perú. El santuario brinda atención al público de todas las edades y cuenta con guías profesionales. Asimismo, cuenta con una pequeña tienda y una hermosa biblioteca en donde se encuentra el inicio de las investigaciones: sala de exposición, trabajos, fotos, mapas y publicaciones de los estudios arqueológicos realizado en el siglo xx en el valle de Lurín. En la sala de exposición del museo se exhibe una colección de piezas de cerámicas de diversas formas y estilos perteneciente a la cultura Wari, Ychsma e Inca. El museo tiene una superficie de 34.000m2. y consta de 16 pirámides, el centro ceremonial, el acllawasi con estilo de construcción trapezoidal. Pachacamac es el centro más importante de la costa central, identificándose con su significativo ídolo (dios Pachacamac) que tenía relación con los movimientos telúricos, y al que llegaban en peregrinación desde todas partes del Perú trayendo ofrendas. En la actualidad, es un museo importante que en el campo de la investigación está inconcluso y en el que los arqueólogos, estudiosos, continúan realizando excavaciones, reconstrucciones y mantenimiento del lugar. Este museo cuenta con material arqueológico recuperado durante excavaciones realizada por investigadores nacionales e internacionales y hasta hoy podemos apreciar a investigadores realizando trabajo minucioso de campo: En la sala de exposición se ve un ídolo tallada en madera, colección más grande de quipus que posiblemente sirvieron como sistema de registro administrativo, cerámica, telares, instrumentos de hilado que son idénticos al de los ashaninkas-asheninkas.
Gran templo del Sol
Visitamos el gran templo del sol, se dice que en este lugar hubo sacrificios humanos, porque Max Hule en 1896 encontró cadáveres de mujeres vírgenes y niños que posiblemente hayan sido sacrificios para el Dios Pachacamac, además cuenta con el mito de Kuniraya y Kawiyaka, mito cumbre que nos hace conocer su cosmovisión y religiosidad de las culturas que se asentaron en este magno lugar y la síntesis es como sigue: El Dios Kuniraya fecundó una fruta, que embarazó a Kawiyaka al comerla y ella no sabía la identidad del padre, entonces decide que el niño reconozca a su padre en una reunión convocada a todos los dioses, en este suceso el niño se dirigió a un pobre y harapiento hombre, al darse cuenta la mamá intentó todo tipo de rechazo y corrió hacia el mar llevando a su hijo, en seguida Kuniraya cambió de aspecto convirtiéndose en un rey poderoso y bien atractivo que fue al alcance de Kawiyaka llamándola, preguntó al cóndor y al puma que le dieron buena respuesta y les dio bendiciones, al contrario cuando preguntó a los loros y al zorro no obtuvo aviso alguno, por ello, este animal es despreciado por su olor y los loros solo pueden repetir lo que escuchan, finalmente Kuniraya convierte en roca a Kawiyaka por orgullosa que hoy podemos ver en el mar frente templo del sol una roca grande y una pequeña, es Kawiyaka junto a su hijo.
Es verdaderamente de reflexión todo este acontecimiento que nos permite conocer en el tiempo el valor de los valores morales y la aceptación de la realidad tal como es.
A Edinson Rúa Gutiérrez le impresiona observar los restos que se encuentran a mas de 1500 años de antigüedad, que habitaron durante el periodo prehispánico siendo el santuario de Pachacamac el más importante de la costa central. De igual manera, le impresiona su prestigio por la forma de las construcciones y las interrelaciones que existieron entre culturas de la costa y la selva. Los restos muestran la pura realidad de una vida diferente que, comparado a la actualidad, los demuestran una cultura pura y verdadera del Perú.
Carlos Tardelli Huaroco Cuestas destaca el protagonismo de los que forjaron el MUSEO DE SITIO: Max Hule quién inició las primeras excavaciones, Julio C. Tello el restaurador del edificio inca y Arturo Jiménez Borges en 1965 preparó los circuitos turísticos del museo e inauguró con la finalidad de preservar y exponer el material cultural.
Por su parte, Cesar R. Príncipe Vargas rescataa el hecho de que sea el santuario más importante de la costa central y de que la riqueza cultural de sus antepasados desde hace 200 a.C. Su organización social, ubicación geográfica estratégica que cuenta con terreno agrícola muy fértil en el valle de Lurín, vista panorámica al mar y una impresionante puesta del sol, lo que demuestra la relación mítico-mágico de las culturas que lo habitaron: La cultura Lima, El imperio Wari a partir del año 650 d.C. luego por el señorío de Ychsma que aportó gran parte de la construcción de la ciudadela religiosa, la llegada del gran imperio Inca donde los sacerdotes del santuario adoptaron símbolos del Tawantinsuyu y se realizaron la construcción del templo del sol, el Acllawasi y espacios rituales incas, finalmente la llegada de los españoles le da un matiz único, se dice que en la casa del gobernador inca-curaca principal Tauri Chumpi se encontró cerámica vidriada proveniente de España, además la relación que hubo con culturas amazónicas citando a los Yaneshas ubicados hoy en la región Pasco y confirman sus ancianos que su Dios es Yos que en momentos parece unirse a Pachacamac. Existió una relación especial con las culturas amazónicas, de los andes centrales y alguna de occidente que participaron en el proceso de desarrollo con posturas asimilacionista, e intercultural esta última que se dio claramente entre las culturas del Perú que hicieron posible el desarrollo de lo que hoy conocemos como Santuario arqueológico de Pachacamac.
José Antonio Benito
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Defendamos el Patrimonio Cultural de Lima Norte
Publicado el 19 febrero 2012 por http://www.limanorte.com/
- Según la Ley 28296, Ley General Patrimonio Cultural de la Nación, TODA autoridad Municipal, DEBE incorporar el principio de Protección del Patrimonio Cultural dentro de sus Políticas de Planificación del Desarrollo (Plan de Desarrollo Concertado -PDC-).
- Según el Código Penal vigente, Artículo 229: OMISION DE DEBERES DE FUNCIONARIOS PUBLICOS. Lee más »
Conversatorio "Miradas de Lima"
El Centro de Estudios y Patrimonio Cultural de la UCSS participó en el marco de la celebraciones de los 477 años de la fundación española de la ciudad de Lima en el coloquio "Miradas de Lima, un testimonio de la ciudadanía" con el tema " Una visión desde el norte de Lima" a cargo del Prof. Iván Torres, Coordinador de investigaciones del CEPAC.
Dicho evento ha sido organizado por PROLIMA, la Red de Museos del Centro Histórico y SPATIUM, y se llevará a cabo el martes 24 de enero a las 7:00 pm en la Basílica de San Pedro (Jr. Azángaro, Cdra. 4, Cercado de Lima) de 7:00 a 9:30 pm.
Estudiosos disertarán sobre personalidades del Caballero de los Mares
www.ucss.edu.pe/cepac/prensa/prensa004.htm Cobertura Informativa Internacional On-line del Conversatorio “San Martín de Porras: Ícono de Humanidad”
www.padrenuestro.net/.../conversatorio-sobre-san-martin-de-porres/
www.aciprensa.com (Noticias de América Latina para el Mundo)
www.arzobispadodelima.org/notas/2009/
wwww.moralyluces.wordpress.com/.../370º-aniversario-de-san-martin-de-porras/
www.connuestroperu.com
www.peru.feeder
www.archimadrid.es/princi/menu/notdirec/ (Madrid, España)
www.radiosantarosa.com.pe
www.mundonazareno.blogspot.com
www.papabenedicto16.org/peruanos-celebran-370º-aniversario-de-san-martin-de-porras-con-conversatorio/
www.keegy.com/.../peruanos-celebran-370-aniversario-de-san-martin-de-porras-con-conversatorio/ (Estados Unidos, México, España, Argentina, Ecuador y Cuba)
www.cunoticias.com/hemeroteca-latam/general/7-11-2009/ (Noticias Latinoamérica)
www.camineo.info/news (México)
www.buscador.terra.com.mx (México)
www.churchforum.org
www.encuentrosmatrimoniales.mx.org (México)
www.aciprensa.com (Noticias de América Latina para el Mundo)
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