Campañas: "Salvemos Punchauca"

PATRIMONIO RELIGIOSO DE LIMA NORTE



CRUCES, PARROQUIAS, CAPILLAS Y GRUTAS

Las cruces, parroquias, capillas y grutas representan el Patrimonio Religioso de Lima Norte y es una evidencia de la intensa y ferviente religiosidad de la comunidad en su conjunto.  Cada una de estos espacios representa un cúmulo de expresiones de devoción del imaginario religioso de esta parte de Lima que encierra adicionalmente un tipo de manifestación cultural que responde a raíces propias y singulares.
La piedad pública, como diría Fernando Armas Asín, está representado por los santos, las parroquias son el orgullo de un pasado glorioso y las cruces son el símbolo del triunfo sobre la muerte y el amor de Dios a la humanidad.  Si bien no tienen punto de comparación con el Patrimonio Religioso Sagrado que custodia la Iglesia Católica, cada una de estas edificaciones es importante porque evidencia la fe y esperanza de un pueblo eminentemente católico.
Las cruces, parroquias, capillas y grutas se pueden encontrar en zonas de fácil o difícil acceso, en los lugares menos imaginados, pero también en plazas, parques, carreteras, autopistas, zonas urbanas formales e informales y junto a instituciones públicas y privadas de todo tipo.
Las formas con las que se han construido representan una extraña combinación entre la modernidad y lo tradicional, así como de las tendencias artísticas nacionales y extranjeras. Algunas son recientes y otras tienen más de cincuenta años, pero todas mantienen viva la fe, la esperanza y la salvación en la mente y el corazón de los devotos.
Los materiales con los que han sido cimentados son diversos, pues encontramos cruz, capillas y grutas de cemento, madera, cartón, fierro, etc., muchas de ellas enlucidas con pintura acrílica o loseta. Algunas veces tienen formas caprichosas y están muy recargadas, mientras que otras se caracterizan por su sencillez.
Entorno a ellos existe un gran número de personas y devotos que organizan las celebraciones y festividades religiosas que básicamente cubren todo el año. Ellas forman comunidades y hermandades religiosas y están ahí solo por su fe y devoción.
Esta muestra organizada por el Centro de Estudio del Patrimonio Cultural de Lima Norte, presenta veintidós fotografías con evidencias del Patrimonio Religioso de Lima Norte, seleccionadas por el Área de Historia de los trabajos presentados por los alumnos de las facultades de Ciencias de la Educación y Ciencias Económicas de la Universidad Católica Sedes Sapientiae.
Al iniciarse el Año de la Fe, el CEPAC invita a ensanchar nuestra mirada hacia el rico patrimonio religioso de la Diócesis de Carabayllo. Este es un primer paso en la formación de un archivo fotográfico de la UCSS al que te invitamos a colaborar enviando tus fotos para luego compartirlo.

Lic. Santiago Tácunan Bonifacio

EL GALLO DE PUNCHAUCA ¡CANTA!

Gracias, profesora Haydee Lidia, gracias por su magnífico reportaje sobre la dramática y cruda realidad de Punchauca. Gracias porque su entusiasmo contagiante siembra esperanza en nuestros niños y jóvenes. Las fotos hablan por sí solas: Punchauca amenaza con lotizarse, se cae a pedazos como un cuerpo leproso y carcomido…¡Qué elocuente el monumento de la cruz del peregrino rematada por el gallo! A mí me ha recordado al que cantó a Pedro. ¡Cuántos Pedros en torno a esta inapreciable huaca “Punchau” con sabor a “dios sol”, hacienda “Santiago” recordando al patrono de las Españas, testigo mudo de un encuentro perdido entre el último virrey –Laserna- y el primer Libertador –san Martín-¡ Pero que nos permitió soñar en un mundo de paz, de diálogo y de hermandad, ¿acaso la auténtica peruanidad?

Hace 2000 años “Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó”. (Lc 22, 60). A continuación el Evangelio narra que “Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente”.

Ciertamente, los Pedros de ahora (personales, institucionales) deberíamos llorar por Punchauca, pero el bimilenario necesita de jóvenes valientes, profesores entusiastas, instituciones arriesgadas que digan: ¡Sí, se puede! Ya, pues. Que la unión hace la fuerza.


PUNCHAUCA, 11 octubre 2012, el GRAN SALTO ADELANTE
Hoy 12 de octubre, fiesta de la Virgen del Pilar, día de la hispanidad, cumpleaños del Sr. Ministro de Cultura, Dr. Luis Peirano, siento un gozo grande que quiero compartirles. Ayer fui testigo de una de las acciones más espléndidas del ser humano: el encuentro .Y ayer, jueves 11 de octubre del 2012, en Punchauca, vi ante mis ojos un nuevo milagro de San Martín (de Porres) en el mes del Señor de los Milagros. Desde hace 12 años, todos los que lleva mi Universidad Católica Sedes Sapientiae de existencia, estamos buscando hacer algo por nuestro patrimonio cultural de Lima Norte. Se han organizado congresos, publicado libros, librado campañas, pero nunca se había dado el deseado encuentro entre el Estado, la Municipalidad, la Universidad y la Iglesia. Y ayer se dio. Con esfuerzo: fue a las 7 de la mañana, en punto; y llegar por camino de trocha, tras pasar el kilómetro 22, y sin señales, camino hacia Canta, no es fácil. Pero llegaron los responsables máximos, las autoridades. Claro que se necesitan más: la empresa, el capital, el pueblo, los medios de comunicación, las asociaciones… Pero, ayer, y gracias al trabajo de Mariana Moul de Pease que ha estado animando permanentemente y está haciendo el seguimiento legal y la vigilancia de la acción mancomunada, y por último la generosa dádiva de Julie Freundt que ha dado todo su material de tesis de arquitectura y que ha logrado unir y reunir a las tres instituciones y sus representantes clave, se dio el GRAN PASO ADELANTE. Mil gracias.
Acudieron puntuales a la cita y "tocaron" tierra, realidad sobrecogedora de abandono, pero los tres abogaron por la inmediata puesta en acción: Estado (con la presencia del Sr. Ministro, Luis Peirano, Sr. Viceministro del Patrimonio Cultural, Dr. Rafael Varón), la Municipalidad (Sr. Alcalde Rafael Álvarez y Regidores), la Academia e Iglesia (Monseñor Lino Panizza, Obispo de Carabayllo, Secretario General de la Conferencia Episcopal Peruana, Fundador y Gran Canciller de la UCSS), con la clara determinación de RESTAURAR LA HACIENDA (huaca Punchao –del sol-, hacienda con Santiago Apóstol como titular) del histórico evento del 2 de junio del 1821 entre el último virrey del Perú, General Laserna, y su Libertador, General José de San Martín, en el que soñaron y diseñaron un Perú independiente, sin guerra, con paz, libertad, fraternidad.
Hoy ha quedado claro:
1. Que la Municipalidad debe declarar hoy mismo la zona en estado de emergencia
2. Que el Estado, a través del Ministerio de Cultura ((Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales), intervendrá inmediatamente de tal manera que en esta semana colocarán el rótulo del monumento y se pondrán los hitos.
3. Que el Ministro nombrará un grupo de trabajo con un responsable ejecutivo para coordinar.
4. Convocatoria de un Foro por parte del Viceministro para recabar información de cuantas iniciativas se hayan acometido (publicaciones, tesis, proyectos, campañas...) para sistematizar, actualizar y programar de modo concreto la restauración.
Hoy, tengo motivos para seguir creyendo en el Perú, el de siempre, el de todas las sangres, el que aglutina culturas y pueblos, el que camina en pos del Cristo Morado, con sus santos y los que lo quieren ser. El de ayer, el de siempre, pero sobre todo el de el de hoy, el que se enrumba al 2021, pero pisando fuerte con los pies en la tierra- realistas- y el corazón en el cielo. Allá vamos. Gracias, Señor Alcalde, gracias Señor Obispo, Gracias Señor Ministro, ¡muy feliz día hoy por su santo! Y no nos cansemos nunca de estar empezando siempre. 

2 comentarios:

Enrique Mori dijo...
Esperemos mayores iniciativas en lo concerniente a Punchauca, que de paso esta en claro proceso de lotización (hasta los cerros) y de tantos otros monumentos pre-hispanicos que están muy abandonados...saludos por la iniciativa y la participación directa del Ministerio de Cultura
José Antonio Benito on 13 de octubre de 2012 05:03 dijo...
Esta información que difunde José Antonio Benito nos permite seguir avanzando en la recuperación histórica y arquitectónica de la casa hacienda Santiago de Punchauca así como su reinserción en la vida cotidiana de Carabayllo, génesis de Lima Norte. El simbolismo hispano andino de este monumento nacional también debe ser recuperado ya que su denominación alude al Sol que en figura humana vio el Inca Pachacutec cuando debió enfrentarse a los chancas, según los cronistas; también su nombre nos refiere al Apóstol Santiago cuya presencia en España esta vinculada al temprano culto de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. La ocasión es propicia para resaltar que Mons. Lino ha propuesto y sustentado que la tarea identitaria por Punchauca sea asumida como trabajo en equipo y así lo hago teniendo siempre en cuenta que para el Bicentenario de la Independencia del Perú (1821-2012)debemos poder decir conjuntamente: ¡tarea cumplida!

Mariana Mould de Pease

http://jabenito.blogspot.com/2012/10/punchauca-11-octubre-2012-el-gran-salto.htm
CONFERENCIA DE PUNCHAUCA” DEL PINTOR LEPPIANI

LEPIANI, Juan B.: (1864-1932). Pintor. Cultivó su vocación artística siendo discípulo del pintor español Ramón Múñiz y de Francisco Masías. Viajó (1903) a Europa, Italia, a continuar con el perfeccionamiento de su arte, al regresar al país se dedicó a la pintura de carácter histórico, a tal punto que se afirma que "Leppiani es el cronista minucioso —aunque tardío— de la Guerra del Pacífico a través de sus cuadros". Así, son notables: "La respuesta de Bolognesi", "El último cartucho", "El tercer reducto de Miraflores", "Alfonso Ugarte"; destacan también sus obras: "Pizarro en la isla del Gallo", "La proclamación de la independencia", "La captura de Atahualpa", "El asesinato de Pizarro". Lepiani murió en Roma (1933), allí reposan sus restos.
En la Revista Mundial, nº 411, Lima 27 de abril de º928 hay un artículo titulado “Cinco telas de Leppiani” en el que se describe el célebre cuadro “La conferencia de Punchauca”.
Allí se indica que eespués de haberlos esperado Juan Leppiani durante varias semanas por fin llegaron los últimos cuadros que en Italia pintara el veterano artista antes de una cruel enfermedad  a los ojos. En la Escuela de Bellas Artes permanecieron dichos trabajos algunos días.
Formaban el lote: “La Conferencia de Punchauca” “Alfonso Ugarte”, “La captura de Atahualpa”, “El Cántaro Roto” y “Balaán”. Cuando Leppiani llegó a Lima después de su ausencia de 28 años, el autor anónimo de la nota de “Mundial” expuso la dolorosa situación del pintor amenazado de perder para siempre la vista. El gobierno resolvió dispensar su protección al hombre anciano y enfermo que supo en muchas telas contribuir a la educación cívica de nuestros jóvenes presentándoles las escenas más gallardas de la historia nacional. Leppiani pues con el subsidio acordado tornó pronto a Europa a continuar el tratamiento que le devolviese la salud. Antes de embarcarse ofreció en venta al Estado los cuadros de índole histórica que figuraban entre los recién llegados…
Comenta el articulista: La Conferencia Punchauca aunque no está totalmente concluida atrae por su composición bien meditada. La prestancia de la figura de San Martín, la atenta actitud del Virrey y la forma en que se agrupan por separado los equitos de los grandes personajes centrales se hallan a tono con lo que podríamos llamar la idealización de la famosa entrevista. Desde el punto de mira técnico hay que destacar la factura del Virrey. La plasticidad el indumento, la fijeza y la intención del que escucha a un contrario de gran valía resaltan a primera vista. En San Martín a puesto el pintor el fuego de los visionarios sublimes que son al mismo tiempo incontenibles conductores de muchedumbres. Leppiani ha sentido en toda su intensidad el soplo dramático de esa página de nuestra emancipación y la ha desarrollado con brío y soltura. En un salón de Palacio de Gobierno tendría esta tela su sitio.
Ojalá que aparezcan nuevos datos sobre este gran pintor y cómo se documentó y pintó su inmortal obra sobre Punchauca. 

JULIE FREUNDT entrega a la UCSS su documentación delPROYECTO: PUESTA EN VALOR Y NUEVO USO DE LA CASA HACIENDA PUNCHAUCA

La conocida cantante peruana JULIE FREUNDT LÓPEZ, que preparó su proyecto de tesis de arquitectura en la UNIFE a fines de los 90, ha entregado al CEPAC  -Centro del Patrimonio Cultural- de la UCSS toda la documentación generada (fotos, dibujos, entrevistas, transcripción de documentos históricos, propuestas) de su PROYECTO: PUESTA EN VALOR Y NUEVO USO DE LA CASA HACIENDA PUNCHAUCA.  Este material de su tesis inconclusa servirá para investigar, elaborar proyectos, unir propuestas encaminadas a poner en valor y restaurar la histórica Hacienda de Santiago de Punchauca.
En la entrega y recepción de los documentos -hoy 28 de agosto del 2012- estuvieron presentes Monseñor Lino Panizza Richero, Gran Canciller de la UCSS y Obispo de Carabayllo, Mons. Joaquín Martínez Valls, Rector de la UCSS, P. Pedro Martínez Díaz, párroco del Buen Pastor, Mariana Mould de Pease, de la Asociación "Colección Franklin Pease G.Y. para la historia andina del Perú"/ACFP. y José Antonio Benito Rodríguez, director del CEPAC.

En el ambicioso proyecto están participando el Instituto "Riva Agüero" y la Municipalidad de Carabayllo, quienes se han comprometido a velar por el saneamiento legal, hacer de puente con el Ministerio de Cultura (solicitud de rótulo identitario, cerco perimétrico...) y facilitar las gestiones institucionales para la añorada restauración de la Casa-Hacienda con vistas al Bicentenario de la Independencia del Perú. De hecho, instituciones como la UNIFE ha ofrecido desde la Escuela de Arquitectura la continuidad arquitectónica y ejecución del proyecto de Julie Freundt. Se están organizando conversatorios y preparando publicaciones con el fin de aglutinar voluntades e incentivar proyectos y acciones que coronen con la restauración de esta antigua huaca, luego casa hacienda donde se celebraron tratativas de paz entre el general José de San Martín y el Virrey Laserna, días antes de la Independencia. 
La UCSS, a través del CEPAC, agradece la disponibilidad de Monseñor Lino Panizza, su fundador y gran canciller, Monseñor Joaquín Martínez Valls, Rector, Mariana Mould, "Colección Franklin Pease G.Y. para la historia andina del Perú/ACFP"  y, especialmente de la donante Julie Freundt, por esta contribución a la defensa y puesta en valor de este icono de la peruanidad. Antes de la entrega, nuestra popular cantante y arquitecta visitó nuevamente la Casa Hacienda acompañada de Mariana Mould y el historiador Santiago Tácunan. A pesar de lamentar el estado de abandono, alentó a trabajar unidos para sacar adelante Punchauca. 

VIDEO HOMENAJE A SAN MARTIN UNO DE LOS PROTAGONISTAS DE PUNCHAUCA
http://www.taringa.net/posts/info/7728032/General-Jose-de-San-Martin---El-post-que-se-merece_.html
Memoria historia y patrimonio[1]
Liliana Regalado de Hurtado
Pontificia Universidad Católica del Perú


El asunto de las visiones acerca de la sociedad y la manera cómo se maneja la memoria y la memoria histórica si bien es un asunto antiguo exige un permanente y, por ende, renovado análisis, pues la pregunta qué somos es formulada continuamente por los individuos y muchos grupos y sociedades pero, además, remite, en materia de cultura e identidad, a otra cuestión: qué nos pertenece  y qué nos identifica. En el caso de Iberoamérica ambas interrogantes, surgidas ya entre la primera generación que sigue a la conquista también las hicieron suyas otros sectores de la sociedad: indígenas, mestizos y población africana y parecen no haber sido completamente absueltas hasta ahora, sobre todo, desde las urgencias de nuestro tiempo cuando hablamos de patrimonio cultural, patrimonio inmaterial, exclusión versus inclusión, identidad, alteridad, interculturalidad, etc. En efecto, qué somos es quizás la nota más distintiva que se destaca y que caracteriza a la vez las expresiones culturales de los habitantes del llamado "nuevo continente" durante el período colonial; es decir, en un continente visto desde un "otro", desde un centro que no era el suyo[1]. El surgimiento del estado nación peruano a partir del inicio del periodo republicano y tras la etapa emancipatoria no sólo mantuvo pendiente el asunto al continuar esquemas sociales que venían desde la colonia sino que lo agravó en la medida que transcurría el tiempo. La misma pregunta se formula ahora la diversidad de naciones dentro de un mundo globalizado en términos económicos y de tecnología de la información pero abiertamente fragmentado en identidades culturales múltiples a nivel mundial y también variadas dentro de estados y países.
Se menciona con cierta frecuencia que siendo la historia la disciplina social  más directamente responsable de los discursos  sobre la identidad nacional que circulan a nivel popular, las discrepancias entre los historiadores no se reducen a lo académico, sino que se trata también de confrontaciones ligadas a la aspiración de tener ingerencia en la construcción de imágenes sobre un país.[2] De otro lado, cuando se habla de alteridad se plantea también que el ser humano la contiene en sí mismo, ya que cada persona resulta plural por necesidad en el sentido de que posee experiencias fundamentales pero desemejantes, lo que requiere una aceptación de suyo difícil. Esas experiencias fundamentales serían las siguientes: el dominio de la naturaleza (que llevará al desarrollo de la ciencia y la tecnología; el dominio del hombre por sí mismo (esfera ética) y la distinción que cada sociedad hace entre el lenguaje cotidiano y el lenguaje poético (conocido como estética a partir del siglo XVIII).[3] Recientemente, muchas corrientes sociológicas como la teoría de la estructuración o la que emplea la noción de habitus han tomado en cuenta que tanto el individuo como el colectivo son, en mayor medida, relaciones que categorías ontológicas mientras que, para otros, tanto la categoría sujeto como la de relaciones son realidades sociales virtuales dialécticamente ligadas.[4] De cualquier manera, este asunto todavía está sujeto a debate lo que no le resta a las ideas mencionadas su carácter sugerente para el hilo de nuestro análisis en el sentido de que este conjunto de ideas no hacen sino reforzar la validez del interés que las ciencias sociales y humanas (entre ellas la historia), vienen confiriendo, desde hace bastante tiempo, a todo lo que significan los actos, experiencias y vínculos entre individuos y colectividad, con especial interés en sus aspectos subjetivos, cosmovisiones, ideologías, etc.
Considerando también lo que acabamos de revisar  es oportuno indicar que recordar, hacer memoria de manera simple o producir conocimiento del pasado (historiar) adquieren siempre connotaciones de orden moral y tienen repercusión individual, social y política, por lo que remiten a más de un asunto central en la hora actual y que, sin duda, mantendrán su importancia en adelante. En tales condiciones, cómo entender o qué alcance dar al conocimiento de nuestro pasado como parte de nuestro patrimonio. Si la relativa inmaterialidad del mismo lo hace tan elusivo, ¿mejor sería no tomarlo en cuenta en la lista de aquello que debemos preservar como parte fundamental de nuestra identidad y de nuestra capacidad para desplegarnos plenamente como seres humanos y en medio de la sociedad? Revisemos todo esto con calma.
Tomemos primero en cuenta que durante los años ochenta del pasado siglo el asunto de la memoria cobró gran importancia, lo mismo que el patrimonio. Se estableció que el patrimonio debería ser no solo catalogado, valorado y protegido sino que  merecía que se volviese a pensar acerca del mismo. Por eso es que siguiendo dicha línea también se han empezado a plantear críticas a los abusos acerca de la memoria o del patrimonio destacando el escenario francés del debate sin negar que la discusión, lo mismo que la aceptación de la existencia y valor del patrimonio como un bien colectivo (cultural) que puede ser material e inmaterial, están más bien generalizados, es decir que han alcanzado nivel mundial. Sobre todo, porque si bien se puede decir que la formación de una conciencia patrimonial puede ser rastreada desde la Antigüedad, debe reconocerse la eclosión de una conciencia patrimonial moderna que alcanza de manera renovada hasta nuestros días.[5]
De todas formas, hablar de memoria y de historia y, además, relacionarlas con patrimonio puede resultar un asunto complejo que exige considerar cuestiones tales como qué cosa es la verdad y la objetividad, de qué manera se conforma la memoria individual y colectiva, cómo deben manejarse los testimonios, entre otras. También está, de un lado, el asunto tan actual de la llamada “opinión pública”, noción que estuvo originalmente ligada a la política pero que de alguna forma ha significado después una respuesta a la búsqueda de algún tipo de “verdad” y  parte del esfuerzo para recobrar de el sentido de unidad puestos a prueba o cuestionados radicalmente por los avances científicos y tecnológicos, lo mismo que por el reconocimiento de la complejidad social que puso en relieve lo diverso y fragmentario, respectivamente Y, de otra parte, tenemos que la historiografía moderna suele ser definida como una  práctica cultural que crea un nuevo sentido de temporalidad basado en la escritura por lo que se considera que “las escrituras” sobre el pasado, producidas por los historiadores, constituyen de suyo, no solo una suerte de memoria histórica sino también la forma cómo las sociedades modernas se han observado a sí mismas en términos temporales[6].  En este contexto, el asunto del patrimonio y su importancia ha ganado a la opinión pública y la historiografía  lo ha asumido como temática y referente.
No puede soslayarse el hecho de que ligados a la patrimonialización de la cultura y, naturalmente, también de la memoria y de la historia está el reconocimiento de la existencia de bienes y artefactos culturales. En cuanto a los segundos, se ha dicho con claridad que artefactos culturales públicos de la memoria pueden ser: un memorial, un museo, un monumento o una “marca territorial”. Sin embargo, se ha especificado que un artefacto no lleva necesariamente en sí mismo el sello de un significado perenne y unilateral pues para el caso de los “artefactos de la memoria” debe apreciarse un juego binómico entre artefactos oficiales y no oficiales en donde se ponen en práctica y tensión versiones o visiones alternativas que se penetran, entrecruzan y dialogan lo que constituye una experiencia temporal. De otro lado,  hay que diferenciar entre marca y  huella del pasado ya que en el primer caso una marca como los monumentos o placas recordatorias tienen, por ejemplo, un carácter deliberado y público y cumplen no solo la función de apelar a la memoria sino también de otro carácter como crear espacios que puedan ser utilizados turísticamente, movilizar a la opinión pública hacia diversos propósitos, más allá de la rememoración. En el segundo caso entendemos como huella a los restos del pasado cuyo existencia  no siempre obedece a una acción deliberada de alguien.
De aquí se desprende una dimensión ética del trabajo del historiador que no consiste
“... solamente en establecer unos hechos, sino también en elegir algunos de ellos por ser más destacados y más significativos que otros, relacionándolos después entre sí; ahora bien, semejante trabajo de selección y de combinación está orientado necesariamente por la búsqueda no de la verdad sino del bien. La auténtica oposición no se dará, por consiguiente, entre la ausencia o presencia de un  objetivo exterior a la propia búsqueda, sino entre los propios y diferentes objetivos de la misma; habrá oposición no entre ciencia y política, sino entre una buena y una mala política.”[7]


Es evidente que la historiografía tiene el poder de contribuir de manera decisiva en la construcción de los imaginarios nacionales. Es decir, uniendo partículas de memoria en un todo histórico[8] en un discurso cuya pretensión principal no será solo dar sentido e inteligibildad a los eventos sino integrarlos, para lo cual la forma de exposición y argumentación narrativa ha sido siempre el medio más socorrido y útil entre los historiadores.
Bibliografía

Aróstegui, Julio
2004    La historia vivida. Sobre la historia del tiempo presente. Madrid: Alianza Editorial.

Ballart Hernández, Joseph y Jordi, Juan i Tresserras
2001    Gestión del Patrimonio Cultural. Barcelona: Ariel

Costa Lima, Luiz
2003    “La función social de la historia: ¿cómo pensarla?”La función social de la historia. Historia y grafía N° 21. México: Universidad Iberoamericana. Departamento de Historia. Oak Editorial S.A. de C.V. (pp. 19-53)

Gómez-Martínez, José Luis
1994    “Mestizaje y ‘frontera’ como categorías culturales iberoamericanas" Texto publicado originalmente en: Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe 5.1: (pp. 5-19).

Méndez, Cecilia
2000    “La tentación del olvido: guerra, nacionalismo e historia del Perú” Diálogos en historia N°2. Lima: Grupo de Estudios e Investigaciones Clío (pp. 231-248)

Todorov, Tzvetan
2000    Los abusos de la memoria Barcelona: Paidos Asterisco. Traducción de Miguel Salazar.
Zermeño, Guillermo
1996    “El problema del pasado en el futuro: notas sobre teoría y metodología de la historia”. Tiempo y escritura. Revista electrónica. México: Universidad Autónoma Metropolitana. Número 0. www.azc.uam.mx/publicaciones/tye
2002    La cultura moderna de la historia. Una aproximación teórica e historiográfica. México: El Colegio de México.





[1] Gómez-Martínez 1994 p. 8
[2] Méndez 2000 p. 233
[3] Costa Lima 2003 p.40
[4] Aróstegui 2004 p.364
[5] Ballart y Juan 2001 pp. 31 y ss.
[6] Zermeño 2002 pp. 23, 36 y37
[7] Todorov 2000 p. 49
[8] Zermeño 1996  p.65 




[1] Algunos de los planteamientos formulados en esta nota formaron parte de la ponencia  que  presentadéen el Forum UNESCO Universidad y Patrimonio. Facultad de Urbanismo y Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, realizado entre el 11 al 15 de octubre del 2004 y del capítulo cuarto de mi libro Clío y Mnemósine. Estudios sobre historia, memoria y pasado reciente Fondo Editorial PUCP; Fondo Editorial UNMSM Lima:2007
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                                    SANEAMIENTO LEGAL DE PUNCHAUCA.
CARTA ABIERTA AL DIRECTOR DE EL COMERCIO

Sr. Dr.:

En El Comercio del domingo 12 de febrero del 2012 se usa la fotografía en blanco y negro de la fachada de casa hacienda de Punchauca que resalta su desgarrador deterioro para decir y preguntar: CULTURA A LA DERIVA: ¿QUE FUE DE LA LEY DE MECENAZGO?

En EL Comercio del domingo 26 de febrero del 2012 se utiliza una fotografía a color del limpio interior de la casa hacienda de Punchauca para afirmar: SALVAR HUACAS Y CASONAS: PARTE DE LA LUCHA CONTRA LA POBREZA.

La limpieza de este lugar que albergó en junio de 1821 las conversaciones entre el virrey José La Serna y el general José de San Martín en busca de una pacífica independencia del Perú se debe a que ya ha comenzado su recuperación y reinserción cultural en el valle del Chillón.

En ninguna de estas coberturas periodísticas de EL DECANO se alude a que el saneamiento legal de la casa hacienda Santiago de Punchauca es requisito indispensable para la nueva visión del patrimonio y desarrollo que promueve este importante medio de comunicación, por ello, en seguimiento a nuestra conversación de ayer me permito sugerir que -por favor- incluyas en este blog con estas líneas de presentación las siguientes cartas enviada a El Comercio de Lima y que no han sido publicadas. 

La ocasión es propicia para recordar que en seguimiento a la legislación peruana nadie puede intervenir en un monumento arqueológico, histórico y arquitectónico sin el consentimiento de su propietario y dado que los sucesivos dueños de Punchauca han descuidado su conservación desde 1932 propongo que la Municipalidad Distrital de Carabayllo se constituya en parte interesada y comprometida con su salvaguarda.   

La preservación del patrimonio cultural del Perú requiere de perseverancia y continuidad. Contribuir al saneamiento legal de Punchauca es tarea asumida ya por el Proyecto Lima Norte Desarrollo con Identidad que dirige la Dra. Teresa Cañedo-Argüelles de la Universidad de Alcalá, España con el auspicio de esta universidad y en colaboración con la Universidad Católica Sedes Sapientiae.


Cordialmente,
Mariana Mould de Pease
DNI 07829661   

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Punchauca y la Independencia del Perú. Sustentación histórica para la recuperación de su casa hacienda. UN CONVERSATORIO ALENTADOR




UN CONVERSATORIO ALENTADOR: Punchauca y la Independencia del Perú. Sustentación histórica para la recuperación de su casa hacienda

Sí, este martes 6 de diciembre, de 2 p.m.- 4 p.m. el Auditorio Principal de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, Esquina Constelaciones/Sol de Oro. Los Olivos, fue testigo de un conversatorio lleno de esperanza.
Comenzó presentando el video editado por la UCSS “El legado del Chillón” que sirvió para abrirnos a la realidad, lacerante por el olvido, gozosa por lo que vale y se puede mejorar, del patrimonio cultural de Lima Norte.

Dio la bienvenida y presentó el evento José Antonio Benito, director del CEPAC, quien agradeció la iniciativa y la presencia de académicos, autoridades políticas y religiosas, así como un buen puñado de alumnos dispuestos a jugársela por el patrimonio del Perú. Destacó la posibilidad de soñar muy alto pero con los pies en el suelo: “Si conocemos la grandeza de nuestra historia, si valoramos nuestro patrimonio respetaremos la identidad cultural abriéndonos a la globalización desde y ahora, Punchauca 2011, para hacer algo digno para el 2021.

La ponencia central corrió a cargo de la historiadora Ascensión Martínez Riaza, catedrática de Historia Contemporánea y Directora del Departamento, de la Universidad Complutense de Madrid quien disertó acerca de “El decisivo e histórico encuentro de Punchauca entre La Serna y San Martín”. Contextualizó el encuentro del 2 de junio de 1821 entre el general José de San Martín y el último virrey del Perú José de Laserna, dejando bien claro que fue una iniciativa del gobierno español del Trienio Liberal, que dio a Laserna instrucciones concretas para negociar y cómo San Martín estaba dispuesto a ello. Se pensó primero en la hacienda Torreblanca pero el virrey temió a los espías y lo pasó a la Casa Hacienda Santiago de Punchauca. Allí se descubre que San Martín es partidario de la Monarquía en el Perú. Parece que el General fue muy flexible pero Laserna tenía el plan de ir a Cusco y convertirla en capital; los altos oficiales militares españoles no respaldaban la negociación, eran partidarios de la guerra. San Martín entró en Huaura y Lima y proclama la Independencia. El encuentro fue una posibilidad de paz perdida y Punchauca un icono de esa negociación fallida.

Por su parte la historiadora Mariana Mould de Pease, se refirió a Punchauca como una oportunidad y una posibilidad a 9 años del bicentenario. Lamentó el deplorable estado de Punchauca recorriendo algunas visitas históricas como la de Raúl Porras Barrenechea y miembros del Instituto Sanmartiniano con la colocación de una memorable placa hoy robada.

Claudio Zegarra, teniente alcalde de la Municipalidad de Carabayllo, ofreció su persona para apostar por Punchauca, comprometiéndose ante la municipalidad y la sociedad. De hecho estuvo acompañado de la regidora Martiza Oblitas, miembro de la Comisión de Educación y Cultura, y del equipo de Prensa.

El profesor de la UCSS y la UNMSM,  Santiago Tácunan, coordinador del programa de Defensores del Patrimonio, presentó la rica realidad arquitectónica e histórica de las haciendas del Perú, centrándose en Punchauca. Culminó su exposición con elogiosas palabras para Enrique Niquín que tiempo atrás elaboró un atractivo diseño del complejo de Punchauca.
Por último, Monseñor Lino Panniza, Fundador y Gran Canciller de la UCSS, Secretario de la Conferencia Episcopal Peruana, manifestó el gran interés de la Iglesia por el patrimonio y la necesidad de compromisos concretos por parte de las autoridades políticas (en concreto se refirió a la Municipalidad de Carabayllo), culturales y sociales para que nuestro sueño sea compartido por muchos y se haga realidad la restauración de Punchauca como la diócesis está tratando de hacer con San Pedro de Carabayllo. Sus palabras fueron de aliento y esperanza.

Los asistentes manifestaron su gratitud y su disponibilidad para hacer realidad un sueño: Restaurar la Casa Hacienda Punchauca, icono de encuentro y de paz para el Perú del Bicentenario, tal como compendió la doctora Liliana Regalado que nos acompañó en el evento.

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P. Antonio San Cristobal
LA CASA – HACIENDA PUNCHAUCA:




1.         La distribución de la planta

El núcleo central de la casa-hacienda Punchauca conserva, aunque con deteriores materiales de mucha consideración, las estructuras de dos grupos habitacionales entre los que se intercala un amplio patio central, y la diminuta capilla adosada a la residencia principal.

Aunque este conjunto parece haber conformado originariamente un rectángulo completo, sin embargo se observa la falta de un sector de construcciones colocado en posición longitudinal al fondo del lado derecho del rectángulo, mirando de frente a la fachada principal. Y cabe suponer que también falta otra sección de construcción en el lado izquierdo alargado del rectángulo que cerraría el patio por ese sector.

Se emplea en esta casa-hacienda el sistema constructivo de las crujías alargadas, que es característico de las viviendas virreinales limeñas.  Consiste la crujía en un espacio alargado que está delimitado por dos largos muros paralelos, y que se puede subdividir internamente en aposentos más pequeños mediante muros transversales tendidos desde un muro longitudinal al otro.  Las crujías de la construcción virreinal alcanzaban en las casas de vivienda una anchura que no sobrepasaba nunca las siete varas y media, es decir un equivalente máximo aproximado a 6.40 metros.  Las habitaciones formadas por la subdivisión de la crujía solían tener planta rectangular con el lado largo alineado en la dirección de la crujía, y el lado corto correspondiente a la anchura de la misma crujía.

El sistema constructivo de las crujías facilitaba el tendido de las cubiertas sobre los aposentos. Se formaban las cubiertas por vigas gruesas de sector rectangular denominadas cuartones: éstos se colocaban asentados perpendicularmente por el lado más largo.Los cuartones se tendían de un muro longitudinal al otro, dejando una separación uniforme de cuartón a cuartón de media vara, es decir, aproximadamente unos cuarenta centímetros.  El número de los cuartones que cubrían cada habitación dependía de la longitud de los cuartones para cubrir los aposentos de una misma casa, ya que todas las crujías eran aproximadamente iguales en su anchura.

Para la distribución de esta casa-hacienda Punchauca, han adoptado la disposición de las crujías según los dos grupos habitacionales de que se compone el edificio.  El sector principal, destinado a la residencia de los propietarios, se compone de tres crujías acopladas en forma de rectángulo que deja un lado corto abierto.  Hay una crujía frontera que ocupa todo el frente principal de la casa-hacienda, a la que se antepone el corredor cobijo sustentado por columnas toscanas de madera.  En realidad, este corredor no forma parte inteligente de la crujía frontera, sino que se antepone a ella a modo de cobertizo para proteger las puertas y ventanas contra la intemperie del sol y de la escasa lluvia.  La crujía frontera está conformada por los dos muros paralelos alargados en los que se abren los vanos de las puertas y de las ventanas.  De igual modo, tampoco forma parte de la crujía frontera la pequeña capilla y su sacristía adjunta, que corresponden a una construcción posterior y sobreañadida.

En los extremos de la crujía frontera se acoplan otras dos crujías perpendiculares que actualmente han perdido la parte más adelantada, pero que en otro tiempo llegaron a cerrar los lados laterales del patio en forma de U.  Esta disposición topográfica de las tres crujías era común en las casa de morada más importantes de Lima, y se conserva dispuesta en e palacio de Torre Tagle, la Casa de Pilatos, la casa de la Riva, la de la sede del Instituto Riva Agüero, etc.

Las tres crujías de esta casa-hacienda han quedado exentes en ambos muros laterales; y por consiguiente se pueden abrir vanos de puertas y ventanas en los dos muros básicos de cada crujía.  Se trata de una disposición típica de las casas-hacienda, porque ellas no tienen casa adosadas en alguno de sus flancos. Contraste la apertura de vanos en ambos muros laterales de las crujías perpendiculares a la frontera en las casas urbanas de Lima, por cuanto en estas últimas. El muro exterior de tales crujías perpendiculares estaba necesariamente ciego en toda su longitud ya que servía de pared medianera o divisoria con la casa vecina.

El segundo núcleo habitaciones, que se encuentra situado al fondo de la planta, está compuesto de tres crujías de igual longitud y distribuidas de modo contiguo en sentido paralelo por el lado más alargado de cada rectángulo.  Estas tres crujías paralelas delimitan el lado corto en el rectángulo de la planta al final del patio, y forman un sector paralelo al de la crujía frontera aunque más corto y más profundo que ella; entre uno y otro sector paralelo se encuentra delimitado el patio central de la casa-hacienda.  La crujía exterior de las tres, situada en el lado izquierdo, está subdividida en dos aposentillos mediante un muro transversal en cuyo centro se abre una puerta.  Se abren vanos de puertas y ventanas en todos los muros de las tres crujías paralelas, tanto en los muros alargados como en los cortos.

Aunque parece que estos dos núcleos básicos de habitaciones debían cerrar los cuatro lados del patio rectangular, sin embargo, siguen la tradición de las casas limeñas virreinales, que dejan siempre un callejón abierto en una de las esquinas del patio primero para servir de vía de comunicación entre el patio principal y el segundo patio.  Este callejón de Punchauca está abierto en el lado izquierdo del patio, al fondo del mismo, y discurre entre el final dela crujía perpendicular y el frente del mismo, y discurre entre el final de la crujía perpendicular y el frente de la primera crujía de las tres paralelas en este mismo lado.  Servía este callejón para la entrada a las tres crujías paralelas del fondo desde el exterior a través de una puerta lateral a la que se ingresa por una escalera externa paralela a la crujía perpendicular y adosada a ella.

          En el estado actual de las ruinas no se puede discernir con seguridad si los dos núcleos habitacionales el frontero de las tres crujías en U y el del fondo con las tres crujías paralelas estuvieron incomunicados, o bien se abrían libremente hacia el patio interior.  Se pueden observar los restos de lo que parece haber sido un muro muy delgado por el que se prolongaba el callejón de entrada hasta el extremo opuesto a la escalerilla de ingreso.  Por el escaso grosor de este presunto muro divisorio, que no corresponde a la construcción virreinal de adobes, se puede suponer que no pertenecía a la construcción primera de la casa hacienda, sino que fue introducido muy tardíamente para separar dos viviendas independientes y dotadas de entrada distinta.  Lo más conforme al sistema de la distribución topográfica en la casa virreinal era que todos los aposentos situados en los cuatro lados de un mismo patio tuvieron libre comunicación abierta hacia ese mismo patio central, aunque habitaran distintas familias en unos u otros aposentos.


2.         Las Fachadas

Constituyen las fachadas uno de los componentes estructurales más identificatorios de los edificios virreinales.  Para analizar las fachadas de esta casa hacienda de Punchauca, es conveniente tener en cuenta que todo el rectángulo del conjunto habitacional está alzado sobre una plataforma a cierto nivel más elevado que el suelo exterior a la propia casa hacienda.  Es posible que mediante esta elevación de la casa en la plataforma pretendieron preservar los muros de adobe contra el debilitamiento con que los hubiera erosionado la humedad de los desbordes de las acequias de regadío o de limpieza.  La elevación de la casa hacienda sobre la tal plataforma por encima del terreno de las tierras circundantes obligo a incorporar algunas escaleras para el ingreso de las habitaciones, en todos los lados donde se habría puertas de ingreso al rectángulo elevado.  Estas escaleras antepuestas en el frente de las puertas, constituyen parte integrante de las fachadas externas de la casa hacienda Punchauca.

La construcción de la actual capilla y su sacristía en el lado derecho de la fachada principal modifica profundamente este sector de la fachada de frontera, tanto en la conformación de la fachada misma, como en la planta de la crujía frontera; además desde que discontinuo la galería del corredor cobijo que anteriormente abrazaba de modo continuo en ángulo recto este sector de la crujía frontera.

Integran la fachada principal tres componente parciales: el primero es la escalera de doble rampa antepuesta  la galería y en sentido paralelo a ella; el segundo consiste en el sector ahora remanente de la galería de corredor cobijo; y el tercero esta dado por el frente lateral de la capilla y la sacristía; las dos escalinatas frontales terminan en un cuerpo central elevado a un mismo nivel que la galería del corredor, y que esta situado enfrente de la puerta de la sala.  Debajo de este cuerpo alto horizontal se alberga un aposentillo pequeño con su puerta para guardar utensilios de limpieza pequeñas.  En la parte baja la escalera doble se reitera el friso de grandes rectángulos ochavados que adorna el cuerpo bajo de la galería.  Ocupaban inicialmente la escalera dela puerta de la sala la posición de eje central de la fachada, formándose dos cuerpos simétricos a los los lados: en cada cuerpo se habría el mismo número de vanos laterales; pero la incorporación de la capilla y su sacristía a desarticulado en un tiempo posterior aquella simetría frontal de la casa hacienda.

La galería delantera esta cubierta con un corredor cobijo.  Lo denominamos corredor cobijo; por que la plataforma que lo recubre no sirva para él transito sobre ellos; sino para cobijar esa galería.  Sustenta actualmente el sector remanente de corredor cuatro columnas toscanas exentas con notorio énfasis en el fuste, y dos medias columnas adosadas a los muros en los extremos sobre le capital de las columnas que no llega a conformar una zapata propiamente dicha, asienta una viga madre alargada en la que se apoyan los extremos salientes de los cuartoncillos con la que se cubre la galería.  Antes de incorporarse la galería y su sacristía, la galería acogía a los vanos de los aposentes fronteros dispuestos con armoniosas simetría a los dos lados de la escalera y de la puerta de la sala.  Pero en la actualidad, la galería y los vanos del muro del fondo quedan desplazados en el lado izquierdo de la fachada frontera, pues el otro lado de la fachada opuesto ofrece un aspecto distinto.

En el lado derecho de la fachada principal, destaca liso y desnudo el muro lateral del conjunto capilla-sacristía, elevado a la misma altura que el sector de la galería; y por encima del muro de la capilla sobre sale el extradós de la pequeña bovedilla.  Solo se abren en este muro lateral a dos ventanas pequeñas de la capital y de la sacristía, que se alzan en lo alto de los muros según la práctica tradicional en las iglesias virreinales.

La fachada lateral en el frente derecho de la casa hacienda muestra el mismo rompimiento discontinuo introducido por la construcción tardía del conjunto capilla-sacristía, en este ángulo de la casa.  Se descompone esta fachada lateral en tres sectores: el muro testero de la sacristía con una pequeña ventana en lo alto; el sector remanente de la galería en ángulo recto; y el muro externo longitudinal de la crujía perpendicular a la crujía frontera de la casa.  El sector de la galería esta conformado por un corredor cobijo más simple que el de la fachada principal, pues sustenta la viga madre tres delgados pies derechos desprovistos de zapatas.  La pequeña galería permanece ahora en una posición marginal respecto de toda la estructura de la casa hacienda.  Reiteremos nuestro convencimiento de que anteriormente este sector de galería constituye el lado derecho de la gran galería unitaria extendía en ángulo recto.  La capilla se introdujo en el vértice de la gran galería continua angular, y la ha fragmentado en los dos sectores distanciados ahora remanentes.  Puesto que este sector lateral de galería a quedado desvinculado del sector frontero a la casa, se ha hecho necesario añadir una escalerilla para la súbita independiente de la otra escalera doble.

La fachada lateral en el lado izquierdo del rectángulo de la planta muestra la austera sobriedad de un muro alargado, y continuo en el que se abren algunos vanos de ventanas correspondientes a los dos sectores habitacionales antes señalados.  Solamente destaca en este muro la puerta de entrada al callejón que conduce al segundo núcleo de los aposentos.  Se antepone a esta puerta una escalera de una sola rampa colocada también en sentido paralelo al muro alargado.

La cuarta fachada que pudiéramos denominar del muro testero de la planta rectangular, manifiesta al exterior la estructura constructiva del segundo sector habitacional.  Aparecen en lo alto del muro las tres ventanas pequeñas una por cada crujía paralela; y además se anteponen al muro testero cuatro pilares a modo de contrafuertes para consolidad los cuatro muros longitudinales que delimitan las tres crujías paralelas.

En su conjunto, esta casa hacienda de Punchauca muestra un aspecto variado de noble sencillez, pero muy expresivo de la arquitectura virreinal propias de las casas señoriales del campo.  Contrasta este aspecto con el de las casas urbanas, porque deja visible los cuatro frentes de las fachadas en el rectángulo construido; mientras que en la ciudad las casas solo muestran la fachada de calle.  El segundo elemento que diferencian las casas hacienda respecto de las casas urbanas consiste en la galería del corredor cobijo antepuesta al muro de los pies.  En las casas limeñas del siglo XXIII, el corredor cobijo se antepone en la sala atravesada en el patio enfrente del arco del zaguán, nunca delante de la fachada de la calle.  Todo el conjunto de la casa hacienda resalta además por estar asentado sobre una plataforma elevada que impone la necesidad de colocar escaleras frontales párale acceso a los aposentos.  Algunas casas urbanas en la escuela arquitectónica en la ciudad de Trujillo se alzan sobre plataformas al igual que la casa hacienda Punchauca.


3.         Distribución interna de la casa de vivienda
            
          Analizamos la distribución de los aposentos  en esta casa-hacienda de Punchauca con referencias al contexto del modo como se distribuían las habitaciones en la casa urbana virreinal. De este modo destacamos con mayor nitidez las características peculiares de esta casa-hacienda de Puchauca.

         También existe  en la casa-hacienda una crujía frontera de semejanza de la que lindaba con la calle en las casas urbanas. Pero aparece inmediatamente el contraste en la conformación de una y otra tipología de crujías. Que cuentan las casa urbanas de vivienda con un zaguán abierto por ambos frentes, que ocupa el centro de la crujía frontera; y a los lados del zaguán suele instalarse la carrocera, una tienda o algún aposento secundario para habitación del escudero o portero. A diferencia de ello, la crujía frontera de la casa-hacienda está ocupada en toda su longitud por habitaciones de uso familiar, y naturalmente carece del zaguán libre intercalado entre ellas.

La crujía frontera de Punchauca aparece actualmente integrada por dos aposentos muy desiguales de longitud: el uno corto y el otro desmesuradamente largo; pero  es posible   que antes de incorporarse en el sector frontero, la capilla y su sacristía, esa crujía tuviera una división triple, con un aposento más amplio en el centro, y otro aposento menor a cada lado del aposento central, semejante al que ahora existe en el lado izquierdo. Esos aposentos laterales, que existieron antes de la actual capilla, mantendrían puertas de comunicación con los aposentos continuos de las dos crujías perpendiculares, tal como ahora se observa.

Supuesta esta distribución topográfica de los aposentos en la crujía frontera, podemos interpretar que el aposento central más amplio correspondería a la sala; y además que cada uno de los aposentos laterales menores tendría este uso: uno de ellos como cámara de dormir con su adjunta recámara; y el otro como “escritorio” o despacho donde con su adjunta recámara; y el otro como “escritorio” o despacho donde el dueño de la hacienda administraba su negocio agrícola. En la crujía perpendicular del lado izquierdo, que parece haber sido la de mayor longitud, pudo haber existido otro conjunto de cámara-recámara que posiblemente fuera utilizado para alojamiento de huéspedes.
       
       La galería del corredor, cobijo antepuesto en el lado extremo izquierdo de la crujía frontera, sugiere esta interpretación. Puesto que la casa-hacienda carece de otra crujía  atravesada en el patio a cierta distancia de la crujía frontera y en posición paralela a ella, pareciera como que la casa-hacienda hubiera prescindido de todo el amplio sector integrado por la crujía del zaguán-carrocera-tienda y del patio tan característico de la casa urbana limeña; y comenzará a desplegarse hacia el inferior del solar a partir de esta segunda crujía paralela en la casa urbana en la que está colocada la sala con su corredor cobijo antepuesto. Resulta que el patio principal de la casa-hacienda Punchauca equivale en realidad al segundo patio de las casas urbanas limeñas que se extiende detrás de la crujía donde esta situada la sala.

        Esta casa-hacienda de Punchauca localiza la sala en una crujía simple alargada. También difiere esta conformación respecto de la que es usual en las casas virreinales de Lima. A la crujía de la sala, se yuxtapone otra crujía paralela para la cuadra de estrado, formando ambos aposentos una doble crujía sala-cuadra atravesada entre los patios.

Integran también la planta de esta casa-hacienda las tres crujías paralelas situadas en el fondo del patio central. Presentan ellas la conformación un tanto anómala de incorporar la puerta de entrada a los aposentos en el muro corto del rectángulo; pues la norma común en las casas de vivienda urbanas es la de abrir la puerta de entrada a los aposentos y una ventana, si lo permite la longitud de la habitación, en uno de los dos muros alargados del rectángulo. Pero resulta que al disponer las tres crujías en paralelo alargado, no que daba otra alternativa posible para situar las puertas de los aposentos, que abrirla en uno de los lados cortos del rectángulo que quedara libre.

Este análisis  topográfico de la planta de Puchauca no permite conocer cual haya sido el destino asignado a estos tres aposentos del fondo del patio. Posiblemente hayan servido como vivienda del capellán de la hacienda, del administrador o de la cocinera. De todos modos, constituyen unas edificaciones anómalas en relación a los aposentos usualmente habitables en las casas virreinales de Lima.

<!--[if !supportLists]-->4.                  <!--[endif]-->El conjunto de capilla y sacristía

  Están incorporadas la capilla y su sacristía en el ángulo derecho de la fachada principal, a manera de un cuerpo autónomo, al que se ingresa por el lado derecho del corredor cobijo frontero. Los dos ambientes pertenecen a una sola crujía alargada, en la que se ha introducido un muro transversal para separar la capilla de la sacristía, dejando una puertecilla de comunicación entre ellas. Difieren estos dos espacios consecutivos porque cada uno se cubre con distinto  tipo de cubierta. Destaca esta crujía capilla-sacristía por su mayor anchura respecto de todas las otras crujías de la casa-hacienda.
      
      En lugar de construir una capilla independiente y separada de la casa-habitación, prefirieron adjuntar adosada a las habitaciones del primer conjunto. Fue acomodada esta nueva crujía sobre una parte del corredor cobijo antepuesto a la fachada principal y el ala lateral derecha. De este modo, el conjunto de capilla-sacristía rompió la unidad continua del corredor cobijo, que ahora aparece fragmentado en dos sectores independientes, distanciados y antepuestos a distintas fachadas.
           
         Suponemos, pues, que la crujía de capilla-sacristía fue añadida a la casa-hacienda en una época posterior a la construcción del edificio de las habitaciones. Aunque sigue la alineación del eje frontal del corredor, sin embargo, esta crujía tiene mayor anchura que el mismo corredor, lo que se observa porque en el lado de la casa invade un espacio interno de la sala, como una franja longitudinal; y por el lado exterior sobresale fuera de la línea de las columnas sustentantes del corredor. Resulta además que la sacristía se prolonga más adelante del límite externo en el otro sector corto del corredor lateral localizado a la derecha de la casa.

La sacristía recibió la cubierta plana cuartones, tablas torta de barro comúnmente usada en los aposentos de las casas limeñas. La cubierta de la pequeña capilla es sumamentre interesante por su originalidad. Consiste en una bóveda de medio cañón con una curvatura regular, pero menor que la de media circunferencia, aunque sin formar arco carpanel propiamente dicho, ni tampoco un arco rebajado. La peculiaridad de esta bovedilla no atañe a su tipología, que es la del medio cañón común a muchas otras bóvedas virreinales del período barroco; sino que radica en su original sistema constructivo. Notemos que solamente se pudo aplicar esta estructura constructiva debido a la reducida longitud de la navecilla en esta capilla.

Los carpinteros virreinales emplearon las cerchas para labrar las bóvedas de medio cañón armadas con madera, cañas y yeso. Consisten las cerchas en unos tablones aserrados que forman segmentos de circulo, con los cuales, amarrados unos con otros firmemente, se completa un arco de medio punto, o en algún caso un arco carpanel como el que presentan las bóvedas en las trinitarias y El Carmen Alto de Lima.

Una vez formadas  las cerchas, se asientan paralelamente sobre muros laterales de la nave a cubrir, dejando cierta distancia de una cercha a otra. Las corchas así colocadas en sentido vertical se recubren después con las cañas o tablas y el yeso. Pues bien, resulta que la bovedilla de esta capilla de Punchauca no ha sido armada con cerchas curvas, sino con cuartones rectos puestos horizontalmente de peralte. Ejecutaron la terminación curva de un sector menor que la media circunferencia en lo alto del muro testero y del muro de los pies en la corta navecilla; y siguiendo la curvatura de estos muros, tendieron unos cuartones restos desde un muro al otro paralelo. Las cerchas de las iglesias comunes asientan sobre los muros sobre los muros transversales que son el muro testero y el muro de los pies. Para asegurar la estabilidad de los cuartones restos y alargados distribuidos en forma curva, e impedir su corrimiento hacia abajo, amarraron los cuartones unos con otros mediante unos tirantes transversales de madera introducidos en los extremos y en tres lugares intermedios en la longitud de los cuartones distribuidos equitativamente a distancias proporcionales. El peso de la armadura de las cañas y el yeso, junto con la torta de barro gravita en esta capilla de Punchauca en sentido transversal a lo que comúnmente acaece en las iglesias con bóvedas de medio cañón labradas con materiales ligeros de madera y yeso. La caparazón de la cubierta carga en Punchauca sobre los cuartones rectos tendidos longitudinalmente y en sentido horizontal desde el muro testero al de los pies; Mientras que en las bóvedas comunes limeñas la cobertura pesa sobre las cerchas alineadas transversales a los muros longitudinales paralelos de la nave.

El pequeño retablo de la capilla muestra una estructura muy simple. Por encima la mesa del altar se alza un banco horizontal con una pequeña hornacina en el centro. El cuerpo único del retablo esta conformado por pares de columnas jónicas a cada lado, entre las que se abre la gran hornacia central ahora vacía. Se corona el retablito con una especie informal de frontón de dos pilastrillas, unos roleos laterales y un recuadro arqueado central.

Sería una pena que llegara a desaparecer totalmente por abandono esta hermosa casa-hacienda de Punchauca.
                
P. Antonio SAN CRISTÓBAL. Miembro de la Academia Nacional de Historia
(Publicado en Revista STUDIUM, nn. 2-3, 2001, pp.61-73)

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Ochenta universitarios con tres profesores de la UCSS se estremecieron el domingo 11 de julio del 2004 al llegar al bello paraje en el que se ubica la hacienda de Santiago de Punchauca, en el km. 25.2 de la antigua carretera Lima Canta, en el distrito de Carabayllo. “Hay fumones, no entren” nos alertaron los vecinos. Con cierta precaución, bajé del ómnibus y me acerqué. Ningún morador, muchas huellas: papeles, excrementos, olores, suciedad…A pesar de su belleza etimológica, Punchauca significa en quechua: “punchau”: día con sol y “huaca” lugar de adoración, hoy todo huele a podrido en este abandonado solar, otrora corazón patrio, y que en 1980 fue declarada Patrimonio Monumental de la Nación.

La casa hacienda de Punchauca ocupa alrededor de 1,400 m2, y está rodeada de extensas tierras de cultivo en las que sembraban trigo, caña y algodón. De acuerdo con estudios la casa poseía un huerto ubicado en la parte posterior, una botica, la casa del doctor, de las enfermeras y la servidumbre. También tiene un sótano instalado en las escaleras de las puertas de ingreso principal y era utilizado como calabozo. A pesar de lo deteriorado de sus instalaciones se deja percibir que en esta construcción predominan tres colores, el primer ambiente era de color mostaza, el segundo ambiente añil y por último blanco.

El maestro Porras Barrenechea, citando el diccionario Stiglich denunciaba ya en ese entonces (1950) su abandono: “En 1932 realicé con mis alumnos de Historia del Perú del colegio Raimondi una visita a este lugar histórico abandonado. La casa Punchauca está hoy deshabitada, pero a la distancia de los que llegan a ella ofrece una noble prestancia antigua. Restaurada en parte, ha conservado su antañona disposición, sus viejos balaustres torneados y sus puertas amplias y talladas de clásica hidalguía hispana…La sala principal donde se realizó la Conferencia está ahora ocupada por fardos de algodón y en la parte posterior de la casa hay una amplia galería que mira a un huerto abandonado en el que una para se retuerce con un gesto añoso sobre la impasibilidad del muro destartalado y polvoriento”.

La cantante Julie Freundt le dedicó su tesis de arquitectura. El P. San Cristóbal describió magistralmente su estilo arquitectónico cuando todavía seguía en pie, en la revista STUDIUM de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (Lima 2001): “El núcleo central de la casa-hacienda Punchauca conserva, aunque con deteriores materiales de mucha consideración, las estructuras de dos grupos habitacionales entre los que se intercala un amplio patio central, y la diminuta capilla adosada a la residencia principal…En su conjunto, esta casa hacienda de Punchauca muestra un aspecto variado de noble sencillez, pero muy expresivo de la arquitectura virreinal propias de las casas señoriales del campo”.

Punchauca es un modelo de arquitectura rural del s. XVIII, y fue construida sobre las bases de una huaca. Se levantó sobre este lugar sagrado para evitar que los indios siguieran rindiendo culto a sus dioses. Por orden del cabildo limeño, estas tierras del señorío de Collique, le fueron otorgadas en 1543 al primer burgomaestre limeño, Nicolás de Rivera “El Viejo”. La casona fue bautizada como Santiago de Punchauca, por su devoción al santo apóstol; para su culto se construyó una capilla interior, con una imagen en su honor de madera policromada. También se hallaba en este altar la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, aunque algunos hablan de La Merced y de un lienzo con la figura de Cristo. Sea como fuere, lo cierto es que hasta hace diez años el altar y la imagen de Santiago todavía perduraban. Los pobladores del lugar dicen que la madera del altar fue arrancada y empleada como leña, en tanto que la imagen de Santiago montado en su caballo (de aproximadamente 50 kilos) fue encontrado semidestruido, y ahora es custodiado por uno de los vecinos.

A la muerte de Nicolás de Rivera, en 1593, su esposa Elvira Dávalos confirma la posesión de esta encomienda; sus descendientes la venden a Francisco Donoso. Después de pertenecer a varios dueños, la casa hacienda Santiago de Punchauca pasó a manos de don Antonio Jimeno, partidario del virrey Don José La Serna. En 1821 cuando el calmado ambiente limeño era movido por las ideologías separatistas, este local cumplió un gran papel, pues fue testigo de las conversaciones entre el virrey José La Serna y el general Don José de San Martín. Fue a las tres de la tarde del 2 de junio de 1821 cuando La Serna llegó a Punchauca, donde lo esperaba el Libertador para exponer su propuesta monárquica. En este momento se decidió el destino del Perú. Tras días de espera finalmente el virrey la Serna después de haber estudiado el pensamiento y las pretensiones del libertador rechazó sus propuestas. Treinta días después, el 28 de julio, San Martín en Lima proclamó la independencia del Perú.

Luego de este histórico suceso, la casa hacienda de Santiago de Punchauca cobró notoriedad durante la guerra con Chile, cuando el presidente Nicolás de Piérola, en su huida al centro del país comunica desde Punchauca al coronel Belisario Suárez, jefe militar de la Plaza se retire de Lima sin oponer resistencia para que la capital sea respetada por los chilenos. Ya en el siglo XX, la hacienda tenía como propietario a la familia Nicolini y hacía los años 45 fue embargada para luego ser adquirida por la familia Dibós. Ellos fueron los últimos propietarios de este inmueble hasta que por la famosa Reforma Agraria del general Velasco Alvarado las tierras pasan a manos de los trabajadores que reciben sus títulos en 1974. De esta forma Punchauca se convierte en la Cooperativa Agrícola y de Servicio.

Según refiere el profesor José Ramírez, ex-funcionario de la alcaldía de Carabayllo, estudioso de este histórico lugar, la hacienda de Punchauca era todo un basural hasta que él y sus alumnos decidieron limpiarla; encontraron valiosos objetos como monedas, clavos hechos a mano, una balanza romana, una herradura, una talla de madera de Santiago Apóstol, un mortero y otras piezas de artículos domésticos. También fragmentos de cerámica, cristalería, vajillas de la época colonial y republicana.

A fin de que este “santuario” de la peruanidad no se convierta en un estercolero, los responsables del cuidado de éste, el INC, la municipalidad de Carabayllo, SEDAPAL, los vecinos, tienen la palabra.

José Antonio Benito

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ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO